Apuntes de la XXVIII edición del Campus Musical de La Armonía
Escribe: Eduardo Balestena
    Desde 1991 el maestro Jordi Mora –educador,  oboísta, director de orquesta- ha venido impartiendo el Campus Musical de Santa  María de la Armonía, llevado a cabo en un lugar de privilegiada belleza y  quietudy contribuido –a lo largo de casi tres décadas- a la formación y  perfeccionamiento de numerosos músicos en diferentes disciplinas.      La dinámica del Campus comprende  clases durante la mañana, tarde y noche, con una pausa luego de la cual tiene  lugar la conferencia magistral, y cierra con un concierto con las obras sobre  las cuales los solistas trabajaron.
      En esta vigésimo octava edición los siguientes  participantes trabajaron sobre las obras enumeradas a continuación:       
    Carolina Cho  y Christina Hassenklever. Obra: J. S. Bach, Sonata n.6 en sol Mayor, BWV 1019. Pamela  Gallardo, José Eisayaga – J. Brahms – Sonata op 120/1 en fa menor para  clarinete y piano (Allegro appasionato – Andante un poco Adagio – Allegretto  grazioso – Vivace); Erik Hassenklever, Paula Gelpi, Lucas Brass: Shostakovich,  Trío n. 1 op 8 para violín, chelo y piano. Adrián Pellegrino y Jazmín Velardi –  Floro Ugarte - Sonata para violín y piano´.Adrián Pellegrino y Ezequiel Lurbe –  Clarinete y piano – Schumann, Robert Fantasiestücke, op 73, Hindemith, Paul,  Clarinet Sonata, primer movimiento. Lucas Brass y Paula Gelpi – Schubert –  Arpeggione – Allegro Moderato – Adagio – Allegretto –.Oriana Kemelmajer y  Facundo Dominguez - F. Schubert. Die  Schöne Müllerin.  Marcela Crusat –  Deux Arabesque – C. Debussy – 1ª  / F.  Chopin, Preludios n 22 y 18 – J. S. Bach – Preludio y Fuga n. 3 BWV 848 –  Gurdjieff/De Hartmann: 5 obras de Music for the piano Volumen I. Martín  Schuster. L. V. Beethoven, Sonata op. 13 en do menor –Patética- . Pablo Igovich  – Chopin, Balada n. 3 en La bemol, op 47; Brahms, Rapsodia en Sol menor, op 79,  n. 2; Schubert Impromptu n. 2 op 90, n. 2.  María Belén Nuñez. Sonata en la menor para flauta sola de Carl Philipp Emanuel Bach (Wq  132).Eric Hassenklever – J. S. Bach Chaconne en re menor para violín  solista - . Dulce Montenegro – W.A.Mozart   - Andante in C Major K. 315 - Para flauta y orquesta. 
      Durante este transcurso pude asistir  a dos de las conferencias magistrales y al trabajo sobre la Chaconne en re  menor para violín de la partita nro. 2, BWV 1004 de Johann Sebastian Bach, por Eric  Hassenklever.
            Permanencia  y cambio
      El concepto de variación, señala,  parte de un elemento conocido en una   permanente elaboración que lo lleva a distanciarse del material inicial  hasta casi volverlo irreconocible pero sin que –gracias a un soporte armónico  complejo- nunca deje de serlo. Ejemplifica que el tema es explorado,  transformado, a veces expuesto claramente y otras enmascarado, de tal modo que  el  motivo inicial aparece cubierto y de  él  “sólo se ven los ojos”. Ello sucede  en una dialéctica de ascenso –tensión- y descenso –distensión-. Cuando ello  sucede es el momento de volver a  él  nuevamente.
      A diferencia del ruido, en el cual no podemos  orientarnos por una carencia de orden, en las variaciones existeun orden muy  cuidado: una voz principal siempre nos guía: a veces está en la línea melódica  y otras –como en algunos pasajes de las Variaciones Goldberg- en una línea de  bajo o acompañamiento que sostiene esa continuidad. Un motivo puede ser en sí  mismo sencillo: solamente dos notas pueden formarlo –ejemplifica con el sol,  sol, sol, mi de la célula inicial de la Quinta  Sinfonía de Beethoven-  pero su importancia reside en las  posibilidades de expansión dadas en ese discurrir circular que significa el  regreso del motivo de manera perceptible para que exista la unidad. 
      Refiere que  si bien el intervalo de quintaforma parte de esa expansión es la octava la que  plantea un episodio conclusivo y ejemplifica con el final de una de las  sinfonías de Bruckner: cuando luego de sucesivos acordes resueltos en un  intervalo de quinta, que expanden el final, sobreviene el de octava: ya no hay  posibilidad de volver atrás: el material ha sido resuelto. Se pregunta si en la  pintura habrá un equivalente de la octava. Si lo hay, no podemos percibirlo. En  la música, se trata de percibir aquello que no es evidente en sí mismo y  trabajar sobre ello, con un sentido formal y estético.
      Otro de los  elementos –al cual se ha referido en otras oportunidades- es el fraseo, que  implica no sólo un motivo sino la vivencia de ese motivo en todo su poder  expresivo, para lo cual –ejemplifica con Brahms- es necesario que ascienda y se  abra y que descienda, sombríamente, para volver a abrirse luego. De este modo,  nota, motivo, frase son tres elementos de una unidad y hay que concebirlos en  este balance. 
    Estos  elementos de la unidad suben a un punto de culminación resuelto en episodios de  distención, y lo hace en dentro de un marco armónico horizontal y vertical cuya  elaboración lleva a construcciones másy más complejas pero todo, a diferencia  de los Preludios y Fugas del Clave bien temperado –que se trata de unidades  autónomas- forman parte –en ese todo complejo- de una integridad mayor que así  debe ser percibida por el oído: ejemplifica con las Variaciones sobre un Tema  de Anton Diabelli, de Beethoven y nuevamente con la Chaconne de la Partita nro  2 y las Variaciones Goldberg de Bach-. El desarrollo de la conferencia se  extiende hacia la afinación, la relación interválica y armónica, el balance  sonoro entre la voz de la melodía y las demás, así como a numerosos aspectos de  percepción, estética e interpretativos.
La Chaconne de la Partita nro. 2 para violín
      Rescatada la  partitura de su terrible destino de papel para envolver pescado en una  pescadería, la Chaconne de la Partita nro. 2 de Johann Sebastian Bach para  violín es una de las mayores obras virtuosísticas para el instrumento y el  acceso, aun parcial –ya que se le dedicaron varias clases-, al trabajo de más  de una hora sobre ella, constituye una valiosa oportunidad de aproximación a esa  serie de variaciones donde el violín, siempre en notas múltiples, manejándose  en una gran amplitud –sucesiva y simultánea- del registro, alcanza sonoridades  inusitadas en registros también inusitados: articulación de los sonidos y  permanentes cambios de inflexión, sutileza armónica y una enorme exactitud la  caracterizan.
      Que el joven  violinista Erik Hassenklever la haya abordado como lo hizo es una prueba de su  nivel: ya desde su sonido: intenso, elaborado, de un contorno suave y no  incisivo y con un fraseo perfecto, planteó la obra de un modo acabado y con un total  dominio formal e interpretativo.
      Desde este  punto de partida -un manejo profundo por parte del alumno-el maestro Jordi Mora  apuntó, en sus marcaciones –ya desde el atril con la partitura, ya desde el  piano-, al aspecto puramente musical. No todo puede ser representado en la  partitura: hay inflexiones imposibles de indicar y posibilidades del  instrumento que tienden a un modo de interpretar no siempre acorde con las  relaciones armónicas o con el resto de la frase (su enunciado y su función):  sólo el contexto puede indicar el modo que el puente que significa determinada  nota o una frase de transición deben ser interpretados.
      El trabajo  fue más intenso y focalizado en una serie de variaciones –luego de una sección  de exploración y expansión del tema inicial hacia motivos derivados de sus  intervalos, que avanzan, vuelven y discurren en una alternancia de sonido;  en una de esas instancias aparece el tema del  comienzo del concierto Brandenburgués nro.3-  se presenta algo más: un cambio rítmico que  comienza en un pasaje ascendente.
      Bach, señala  el maestro Jordi Mora, toma una idea y la explota hasta el final, ya sea desde  el punto de vista de la armonía como también, en este caso del desplazamiento rítmico  que reside en concentrar –durante largos pasajes- la tensión en el primer  tiempo en lugar de en el segundo –como es propio de la Chaconne como danza- ,  con lo cual se establece una tensión que va resolviendo parcialmente en  algunosmomentos de distención, que sólo conducen a la vuelta a la tensión del  pasaje: es decir que encadena dos largas secciones de tensión en lugar de  alternarlas con una extensa de distensión: pareciera hacerlo porque una vez que  accedemos a la distensión ésta es resolutiva, ya que conduce –tras una no muy  extensa serie de variaciones- al final de la obra. 
      El modo en  que resuelve este planteo, inusitado y genial, es también inusitado y genial: primero  lleva a la re exposición invariada del núcleo del  tema inicial y luego pasa a un motivo más  lento, dulce y solemne en modo mayor, no ya en el registro agudo sino en el  medio del instrumento.Es un momento mágico de la obra, su punto de inflexión.
    La tensión se  disipa en ese motivo  que suena como un  coral en órgano: no es fácil discernir –el maestro no lo mencionó y yo no se lo  pude preguntar- si se trata de una elaboración del motivo inicial o una  respuesta a él, como da toda la impresión de ser,o si, como la Obertura  Francesa de las variaciones Golbderg, se trata de un elemento distinto-.  Aparece como una nueva variación pero en modo mayor, de carácter noble y  despojado.      El fragmento  articula con la sección final –algo más introvertida- de las variaciones, con  una amplitud de registro sobre este motivo en modo mayor;discurre con ese  sentido casi de improvisación de un tema propio de Bach en las variaciones y en  los Preludios y Fugas del Clave Bien Temperado.      El manejo de  la obra por parte del maestro Mora es exhaustivo y dado en el conocimiento  técnico tanto como en la importancia de la obra y su concepción estética.    Terminada la Chaconne  sobrevino un largo momento de intenso silencio.
Sergiu Celibidache y una concepción de la  experiencia musical
      El silencio precede a la música, se  expresa en el estado de introspección inicial de una orquesta y un director  ante algo profundo e inminente, y también, la música conduce al silencio, pero  uno distinto, producido luego de agotar esa experiencia vital en que consiste  la obra.      La música es conocimiento –uno  formal y uno interior- pero, agrega,  tal  conocimiento debe poder traducirse en algo práctico y vivencial, servir y posibilitar  la proyección a aquello que se encuentra más allá de él y también poder  evolucionar. Una postura, una concepción musical no es la misma siempre porque  el conocimiento no es algo que se pueda alcanzar definitivamente: la obra es  aquello capaz de transmitirnos algo siempre nuevo, pero no se trata de algo que  venga del exterior sino de aquello que descubrimos nosotros mismos a partir de  nuestro modo de entenderla y vivirla. En los ciclos de canciones de Schubert,  por ejemplo, en que el cambio de inflexión que lleva de una a otra para  culminar en un regreso al origen, se produce a veces en una modulación del  piano, casi inadvertida.
      La música comienza desde una  sensación de estabilidad posible de cambiar. Una primera nota en el piano  indica la estabilidad. Sin embargo, si introducimos un intervalo de quinta la  sensación de estabilidad es mayor, una estabilidad que, en esencia, debe  cambiar a algo cuyas connotaciones serán distintas según los intervalos  elegidos. De este modo, un tritono significará disonancia así como otros  intervalos significarán apertura y extroversión o retraimiento e introversión.
      En los ejemplos interválicos dados,  no fue fácil distinguir introversión de extroversión, elementos de esa  dialéctica en que la música discurre. En algunos intervalos la extroversión se  plantea como una suerte de interrogante que busca resolución. Los ejemplos de  las relaciones de acentuación e interválicas pasan al Blue, al Jazz –en la  entonación y en el piano- y a la música Hindú, en cuya entonación es posible  advertir intervalos que suscitan efectos muy diferentes a los de la música  occidental.
      Los ejemplos discurren a cuestiones  específicamente técnicas en un extenso desarrollo.
      Discípulo de Sergiu Celibidache  (1912-1996) estudió durante catorce años con el maestro rumano que lo formó en  la fenomenología de la música: la experiencia musical es única en tanto revela  algo que la obra contiene y que nosotros debemos explorar, un camino sin fin de  permanente descubrimiento.      Llega el momento en que sentimos que  Bach –por citar su ejemplo- no está simplemente exponiendo una estructura  musical sino revelándonos algo que forma parte de nuestra experiencia y  expandiendo nuestro horizonte sensible e intelectual, como si se dirigiera a  nosotros. 
    Una y otra vez, la experiencia del  campus nos permite conocer intérpretes nuevos y pensar la música como un siempre  inacabado proceso de descubrimiento.
Eduardo Balestena

