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Brillante culminación del Concurso Internacional de Violín Buenos Aires 2010

Teatro Colón, 10 a 21 de Julio de 2010
Escribe: Héctor Coda (ACMA)


Significativo brillo tuvo en el Teatro Colón la entrega de premios y el concierto de los ganadores del Primer Concurso Internacional de Violín Buenos Aires 2010, certamen que habrá de constituir sin duda uno de los hechos salientes de la temporada musical de este año. Haciendo uso de la palabra, en breve alocución, el maestro Schlomo Mintz, presidente del jurado internacional de ocho miembros que sesionó en nuestra ciudad, entre el 10 y el 21 de julio, declaró.: "La realización de este certamen sitúa a Buenos Aires en un lugar de excepción en el panorama musical internacional. He sido impulsor de este proyecto –acotó-; espero que me trascienda".


Compitieron en este certamen 23 jóvenes violinistas procedentes de quince países extranjeros. La ceremonia final, que tuvo por marco nuestro restaurado primer coliseo, contó con la presencia de las máximas autoridades del Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y del Teatro Colón, junto a las de la Fundación YPF y las de la Comunidad Amijai, las entidades organizadoras y patrocinadoras.


El jurado internacional, entre cuyos ocho miembros se encontraban los maestros argentinos Pedro Ignacio Calderón y Rafael Gíntoli, hizo entrega de los tres primeros premios del concurso que recayeron, en orden de méritos, en la violinista Jinjoo Cho (Corea del Sur) primer premio; el violinista Nigel Armstrong (Estados Unidos), segundo premio; y el violinista surcoreano Hyuk Joo Kwun, tercer premio. Los galardones que siguieron a fueron concedidos a Xavier Inchausti (Argentina), cuarto premio; Soh-yon Kim (Corea del Sur), quinto premio y Francesca Dego (Italia), sexto premio.


El jurado otorgó, asimismo, las siguientes galardones: Mejor interpretación de la obra argentina impuesta (Pampeana Nº 1, de Alberto Ginastera) a Xavier Inchausti, Primer Premio "Tango argentino", a Nigel Armstrong, y el Premio de la Orquesta Estable del Teatro Colón, a la surcorena Jinjoo Cho.


En el acto, hizo uso de la palabra la señora Georgina Ginastera, quien se refirió a la distinción que lleva el nombre de su padre y que fue entregada a Xavier Inchausti. Al término de esta primera parte dirigió al público la palabra el ingeniero Ezequiel Esquenazi, presidente de la Fundación YPF.

 


El Concierto de los Ganadores.


Los tres primeros premios mencionados intervinieron, respectivamente, como solistas en un concierto que estuvo a cargo de la Asociación de Profesores de la Orquesta Estable del Teatro Colón, con la dirección del maestro Schlomo Mintz. En primer término, el violinista surcoreano Hyuk Joo Kwun ejecutó el tercer movimiento (Rondó:Allegro spirituoso) del Concierto Nº1 para violín y orquesta de Paganini, obra que encierra notables exigencias técnicas. El solista puso en juego con gran pulcritud los considerables medios técnicos que posee, dando relieve a una valiosa labor conjunta con la orquesta.


A continuación, el violinista norteamericano Nigel Armstrong, interpretó junto con la orquesta el primer movimiento (Allegro moderato) del Concierto para violín y orquesta en Re menor Op. 47 de Jan Sibelius. La actuación de este violinista de veinte años fue descollante, tanto en el plano expresivo cuanto en el interpretativo. Exhibió un sonido amplio y sedoso, de excepcional pureza y con un rango dinámico de considerable amplitud; hacia el agudo, fácilmente llegó a la sutileza en el matiz. La estrecha interrelación que Armstrong mantuvo con la batuta de Mintz rindió en la obra de Sibelius sus mejores frutos; su cadenza tuvo excepcional relieve.


El primer premio el concurso, otorgado a la violinista surcoreana Jinjoo Cho, tuvo en el cierre del concierto una elocuente confirmación con la ovación que el público le tributó. Primeramente, interpretó el primer movimiento (Andante sostenuto) del Concierto Nº 1 para violín y orquesta de Béla Bartok, obra compleja y de filoso relieve expositivo, a la que la solista dio cabal expresión, comunicando un apasionado lirismo. Su sonido amplio y brillante, perfecto manejo de la articulación y de los golpes de arco, caracterizaron asimismo la excepcional ejecución de la Tzigane, rapsodia de concierto para violín y orquesta de Ravel que cerró el concierto, confiriendo inusitado brillo a esta culminación del Primer Festival Internacional de Violín de Buenos Aires.


Héctor Coda (ACMA)