Un concierto desparejo
20 AÑOS NO ES NADA
Jueves 29 de julio, 20.30 hs.
Escribe: Donato Decina
Séptimo concierto del abono a 20 a cargo de la Orquesta Filarmónica de Buenos Aires, Director: Ilán Volkov. Solista: Alexander Panizza (Piano). Programa: Sibelius: “Las Oceánidas”, Grieg: Concierto en La Menor Op. 16. Nielsen: Sinfonía Nº 4 “Lo Inextinguible”. Teatro Colón (29/07/10).
“… tenés que salvarme, me falló el solista. Tenemos en dos semanas “El Emperador” de Beethoven, … vení.” (Diálogo telefónico desarrollado desde alguna oficina del Teatro Colón hace 21 años con un importante pianista argentino ya desaparecido).
“Maestro Panizza, lo llamamos del Teatro Colón. El maestro Buchbinder ha cancelado su actuación y pensamos en Ud. para reemplazarlo en el Concierto de Grieg, en un mes y medio” (Dialogo aproximado desarrollado desde el mismo edificio del Colón).
Y sí, veinte años no es nada, parafraseando a Le Pera. Las soluciones en la emergencia son las mismas, aún más cuando se trató el pasado 29 de un programa temático y no había forma de cambiar obras. Entonces nos acordamos de la valía de los intérpretes argentinos y los convocamos para salvar el momento. Por cierto y más allá de alguna pifia, o algún pasaje poco claro, fundamentalmente en el primer movimiento, Panizza hizo muy dignamente lo suyo, al igual que el colega mencionado al comienzo de esta crónica. Supo crear el clima justo en cada movimiento y esa notable veta romántica demostrada con creces al encarar el segundo. Un Mendelssohn a pleno para lucirse en el bis y demostrar toda su valía, mas allá que después de salvar el programa de apuro no es poco.
Ilan Volkov es un muy joven intérprete, dueño de un curriculum muy impresionante para su juventud. Había por lo tanto, muchas expectativas puestas en él que sin embargo, fueron defraudadas. ¿Será el motivo la inexplicable falta de campana acústica en los conciertos? Tal vez, pero si fuese así ¿por qué en oportunidad de conciertos anteriores no se notó la ausencia? ¿Impericia? Probablemente, pero no se notó en “Las Oceánidas” de Sibelius que sonó en el estilo adecuado, con notables intervenciones solistas de los atriles que integran los vientos de la Orquesta.
Ya en la obra de Grieg se produjo un cambio, con un acompañamiento discreto y en la Sinfonía “Inextinguible”, de Nielsen, hubo una degradación aún más profunda. Pocas veces se vio un comienzo tan poco amalgamado, mas allá de la indudable jerarquía de los atriles presentes el jueves, tempi tan descolocados con cambios de velocidad increíbles desde el desborde inicial a la apatía y lentitud del segundo movimiento de la obra donde una vez más los vientos salvaron la noche. No se recuerda una chatura e inexpresividad absolutas para vertír una obra llena de momentos vibrantes y si por vibrante se entiende el desborde en la intervención de los dos timbalístas al comenzar la última parte del trabajo, se nos queman los papeles. Evidentemente, Volkov no encontró la interpretación adecuada a la concertación, fue apática y el resultado fue un producto deshilachado y fuera de control.
Estamos ante un abono que en algunas localidades registró aumentos desde el cierre hasta ahora del 400%. Pasamos de directores histriónicos a la apatía total. Esperamos para las próximas temporadas mayor equilibrio al programar y convocar.
Donato Fabián Decina