FESTIVAL INTERNACIONAL DE PIANO
CHOPINIANA 2010
Miércoles 20 de Octubre, a las 19.30
Noguera, en una gran noche
Chopiniana 2010 ofreció un concierto brillante en manos de su organizadora
Escribe Juan Carlos Montero
Publicado en La Nacion, 24 de Octubre
Recital de la pianista Martha Noguera. Programa con obras de Mozart, Liszt, Chopin y Prokofiev. En el marco del Festival Internacional Chopiniana 2010. Palacio Paz.
El recital ofrecido por la pianista Martha Noguera en el apacible salón circular del Palacio Paz, maravilloso edificio diseñado por el arquitecto francés Luis Marie Sortais, se ha constituido en uno de los acontecimientos más significativos de la temporada musical de Buenos Aires, opinión que se sustenta en la calidad musical del programa, la admirable interpretación de las obras, tanto desde el punto de vista estilístico, como por el virtuosismo sin mácula y musicalidad que surgió del piano, también él, merecedor de elogio, tanto por la calidad de su sonido como por la firmeza de su afinación.
Ya de por sí, la primera composición fue un aporte de interés porque las nueve Variaciones en Re mayor de Mozart sobre un tema inicial de un minuete del compositor y prestigioso violonchelista francés Jean-Pierre Duport, es música de infinita belleza, y una curiosidad, no se recuerda haberla oído en nuestro tiempo en sala de conciertos. La entrega de Noguera fue impecable.
Había más
A renglón seguido se incluyó una cumbre de las obras para piano. La Sonata en Si menor de Liszt, aquella que presenta contenidos poéticos, elocuente grandeza sonora, y que invariablemente provoca un magnetismo difícil de explicar. Y en esta actuación Martha Noguera, dándonos una grata sorpresa, ofreció una admirable versión no sólo desde el punto de vista de la mecánica, sino también por haber lucido formidable pulcritud en la digitación, además de un fraseo poético, sobrio y muy seductor.
Asimismo, la actuación de Noguera en la segunda parte generó renovada admiración por el fuerte contraste de la selección de obras elegidas, al incluir la valiosa Fantasía op. 49 de Chopin, tan compleja y original que en época del autor adelantaba la evolución de la música para piano a estéticas impensadas, mérito que seguramente para algunos estudiosos podría ser sólo producto de la casualidad. Y de inmediato, se apreció la formidable Séptima sonata de Sergei Prokofiev, que, en sus tres movimientos, estampó su inconfundible lenguaje musical, maravilloso y distintivo. Un trabajo donde no falta el ritmo de marcha, en este caso en esos momentos del primer movimiento Allegro inquieto aflora la atmósfera musical de "El amor por tres naranjas" con su compás tan distintivo y genial, como no era posible de otro modo con un talento de la magnitud del compositor ruso.
Noguera ofreció una excelente versión de la obra, cautivando por la claridad de la articulación y la gran variedad de matices, resolviendo con tino las variables que el autor cinceló en sus tres grandes movimientos, el último de los cuales fue indicado precipitato , y que por su dinámica escurridiza es ideal para un cierre realmente brillante de recital. Lo que provocó un efusivo y sostenido aplauso que con su insistencia logró que la pianista sumara un contraste maravilloso; el "Claro de luna" de la suite Bergamasque , de Debussy, tan delicado y refinado como muy bien interpretado por la concertista. Una acierto de elección y final de un recital donde todo había sido dicho.