Segundo Concierto del ciclo Brahms
Orquesta Sinfónica Municipal
Mar del Plata
12 de Junio de 2012
Escribe: Eduardo Balestena
Orquesta Sinfónica Municipal
Director: Emir Saúl
Solistas: Rafael Gintoli (violín), Alejandro Biancotti (cello)
Programa: dedicado a J. Brahms
- Doble concierto para violín, cello y orquesta en la menor, opus 102
- Sinfonía Nro. 2 en re menor, opus 73
    La Orquesta Sinfónica  Municipal, en el marco del ciclo de obras de Johannes Brahms se presentó el 16  de junio, bajo la dirección del maestro Emir Saúl, con la actuación solista de  Rafael Gintoli en violín y Alejandro Biancotti en cello.
      Doble concierto para violín, cello y  orquesta en la menor, opus 102
      Distanciado  de su amigo el violinista Joachim Brahms concibió el concierto como un modo de  retomar aquella amistad. Última de las obras para instrumentos solistas y orquesta  no es sin embargo la más rica musicalmente. Ello no significa que el menor  vuelo en ideas melódicas y en una construcción muy diferente a las del  concierto para violín o de la cuarta sinfonía, impliquen una menor dificultad  en una ejecución que requiere un sonido muy amalgamado entre los dos solistas y  la orquesta, aunque no explote en todas sus posibilidades a ambos instrumentos,  especialmente al cello, muy lejos de las cumbres a las que habría de llevarlo  Dvorak.
      La dificultad se advierte no solamente  en los motivos que pasan de un instrumento a otro, sino en el equilibrio del  conjunto solista con una orquesta siempre integrada a ellos, que discurre en  elementos diferentes y enriquece armónicamente dichas intervenciones, pero lo  hace desde un sonido que siempre diferenciado. 
      Si bien  ambos instrumentos se encuentran vinculados desde el modo en que discurren sus  frases, en las intensidades y en la musicalidad ninguno pierde su carácter  propio en una interpretación que resultó muy clara en la relación con la  orquesta.
      Rafael  Gintoli ha tenido una muy extensa y destacada actuación como solista, docente y  jurado de concursos internacionales. Entregó un sonido de una gran delicadeza  expresiva, suavidad y ductilidad en una obra que se hace íntima en el violín.  Alejandro Biancotti, quien también lleva una extensa trayectoria, en el país y  en el exterior abordó los pasajes del cello, que son los que en gran parte  presentan y lideran la obra, tanto en el tema inicial como en el rondó del tercero,  con gran claridad, ductilidad y riqueza en un fraseo tan seguro como suelto y  expresivo. 
      En la  conversación con Eliseo Tornese, veterano clarinetista, él planteaba que no  podemos decir que una obra es menos rica sino que somos nosotros quienes la  conocemos menos; que la obra se abre a medida que la escuchamos y vamos  pudiendo percibir su contenido y sus sentidos. En parte parece cierto si  podemos tenerla por solistas que verdaderamente sean capaces de darle una  riqueza a sus matices y destacar, en la claridad con que la plantean, sus  articulaciones. Ello es así en la amalgama de los dos instrumentos. El mejor  momento es el adagio: la obra se hace camarística, íntima en ese tema  folklórico cuya enunciación y cuya respuesta discurren muy parejas entre los  solistas y la orquesta en un diálogo estrecho y de gran riqueza expresiva.
      Sinfonía nro. 2 en re menor, opus 73
      La  oportunidad de tener un ciclo de Brahms permite apreciar tanto las diferencias  como las semejanzas, en este caso, con la primera sinfonía. Así, la segunda se  presenta con particularidades distintas: un mayor lirismo –muy presente  particularmente en una cuerda que siempre se mostró muy homogénea- y una  estética que descansa, en gran parte, en la alternancia de los elementos  melódicos y en el modo en que discurren, lo que involucra al aspecto dinámico y  la fluidez en la exposición de los motivos. Más que la energía es la  flexibilidad en el sonido, en la presentación de elementos temáticos muy ricos  que son expuestos de diversos modos: desde la forma sonata ampliada del primer  movimiento como en la forma rondó del último –Allegro-, en base al tema  pastoral del primero: expone el tema varias veces y lo enriquece, con un  segundo y con un nuevo desarrollo hasta el final.
      En la  orquesta el requerimiento está en lograr esa ductilidad y profundidad en las  frases y en las intervenciones solistas (como las extensas y referenciales de  la trompa, en el primer movimiento), particularmente en el allegretto gracioso  y el allegro final, así como en la rica polifonía de las maderas en el tercero.  Con una dirección más pendiente de la cuerda que de las entradas de metales y  maderas, hubo una absoluta claridad en un tempo que permitió apreciar la  riqueza de construcción de una sinfonía apoyada, además de en la riqueza  melódica, en el carácter íntimo de sus sonoridades.
      Destacaron  José Garrefa (corno); Franco Gidoni y Alexis Nicolet (flautas); Mario Romano y  Gustavo Asaro (clarinetes); Guillermo Devoto y Andrea Porcel (oboes); Sabrina  Pugliese y Elizabeth Gautín (fagotes) y la línea de metales.
      Es de  destacar la calidad de los solistas que han sido hasta ahora convocados en el  ciclo Brahms: Alexander Panizza; Rafael Gintoli y Alejandro Biancotti.
Eduardo Balestena
http://www.d944musicasinfonica.blogspot.com


