EL RAPTO EN EL SERRALLO
Wolfgang Amadeus Mozart
      
    12 de Agosto de 2012
Escribe: Enrique Sirvén
    
      
      
      Selim Bassa:Hernán Iturralde
      Konstanze: Marisú Pavón
      Blonde: Constanza Castillo
      Belmonte: Iván Maier
      Pedrillo: Patricio Oliveira
      Osmin:Harry Peeters
      Solistas del coro: Eugenia Coronel, Gabriela Kreig, Leonardo Bosco y Germán Rúa
      Coro Buenos Aires Lírica y orquesta
      
      Dirección musical: Pedro Pablo Prudencio
      Puesta en escena: Pablo Maritano
      
      Diseño de escenografía: Andrea Mercado
      Diseño de vestuario: Sofía Di Nunzio
      Diseño de iluminación: José Luis Fiorruccio
      Director del coro: Juan Casasbellas
    
Buenos Aires Lírica rescata esta vez otro título fundamental del repertorio germano como lo hizo antes con los singspiel de Beethoven, Carl Maria von Weber y Haydn. A partir de la comedia que antecedida por la ópera seria Idomeneo inicia la etapa de temprana madurez de Mozart en el teatro lírico. La misma es una eficaz parodia de lo "turco" que le da un color especial a su orquestación a través de ciertos instrumentos de percusión. Mientras que en lo vocal Mozart se aleja totalmente del modelo barroco y de sus prescripciones según la teoría de los afectos. Distingue netamente los personajes serios de los cómicos, con una exigencia particular sobre la tesitura de la soprano a cargo de Konstanze para beneficiar a la diva de turno de entonces. En realidad exigente para todos, también para la orquesta que tiene, entre otros, una introducción muy elaborada al aria mayor del mismo personaje.
      La presente versión  recurrió a la reescritura de los díalogos a cargo de Gonzalo Demaría,  los cuales actualizan lugar de la acción y contenidos de manera eficaz,  mientras que conserva intacta los de la parte musical. Otro mérito radica en la  puesta en escena de Pablo Maritano que resulta original y  sobre todo divertida. Mientras que también fue capaz de reunir un elenco -en  parte local- a la altura de las altas exigencias.    
Con la concertación y dirección del maestro chileno Pedro-Pablo Prudencio, algo menos "turca" en el relieve que respetuosa del estilo. El cuadro de los cantantes, según orden de eficacia, a cargo del tenor ligero Iván Meier que lució en todo momento su línea de canto, dicción y musicalidad como Belmonte. Marisú Pavón es una muy esforzada Konstanze aún lograda en su noche de estreno y de acuerdo a su calidad vocal y musical. Muy celebrados y con razón por su simpatía la pareja que conforman, la chilena Constanza Castillo como Blonde y Patricio Oliveira como Pedrillo. Menos lograda parece la composición de Osmín, aún desde la misma presente adaptación que no logró mantener su carácter cómico, tampoco alcanza el relieve vocal -sobre todo en el registro grave- en la voz del veterano Harry Peeters (holandés). En cambio del personaje hablado del sultán conserva lo sustancial que es, finalmente, el perdón, con la buena dicción de Hernán Iturralde.
      Tan lograda como  cuidada la producción con el diseño de vestuario de Sofía Di  Nunzio y muy particularmente de  escenografía de Andrea Mercado y de iluminación de José  Luis Fiorruccio. Estimable la participación del conjunto instrumental y, la  del coro, a cargo de Juan Casasbellas. Fotos de Liliana Morsia
    

