SE  OFRECE EN EL TEATRO ARGENTINO
      UN RÉQUIEM  ALEMÁN DE  BRAHMS
La Plata, 10 de septiembre de 2012
El quinto programa del ciclo anual de conciertos del primer coliseo bonaerense estará dedicado íntegramente a la ejecución de esta gran obra del compositor alemán y contará con la dirección de Alejo Pérez, la preparación del Coro de Miguel Martínez y la actuación como solistas de la soprano Carla Filipcic Holm y el barítono Luciano Garay.
Este sábado 15 de septiembre, a las 19.30, y el domingo 16, a las 17, en la Sala Alberto Ginastera del Teatro Argentino de La Plata, dependiente del Instituto Cultural de la Provincia de Buenos Aires, continuará el ciclo anual de conciertos con la interpretación de “Un Réquiem Alemán”, Op. 45, de Johannes Brahms.
      La  dirección le corresponderá a Alejo Pérez, Miguel Martínez será el encargado de  la preparación del Coro Estable e  intervendrán como solistas vocales Carla  Filipcic Holm (soprano) y Luciano  Garay (barítono). 
      Habrá entradas desde $ 20, con descuento para jubilados y pensionados, disponibles en las boleterías del Teatro, de martes  a domingos, de 10 a 20, o a través de TuEntrada.com, Tel. 5533-5533 (Capital  Federal). 
      Quienes  se encuentren en Capital Federal o sus cercanías dispondrán de un servicio  de ómnibus que partirán desde  la Casa de la Provincia de Buenos  Aires, Callao 237, dos horas y media antes del inicio de cada  concierto. 
      Los  pasajes de ida y vuelta tienen un valor de $ 60 y también pueden ser  adquiridos con anticipación por medio de TuEntrada.com
Conmovedora meditación musical sobre la vida y la muerte
“Réquiem” es  la palabra con la que comienza típicamente el Introitus de las misas de difuntos de la Iglesia Católica y el término  que acabó dándole nombre a un género musical sacro al que, entre muchos otros,  rindieron tributo Palestrina, Scarlatti, Mozart, Berlioz, Liszt, Verdi, Dvorák  y Fauré. 
    En el mundo  protestante, abundante en himnos de alabanza, escasean sin embargo los  Réquiems, como si se rechazase el consuelo que la música pudiese proporcionar  en momentos de dolor. Por eso, “Ein Deutsches Requiem” (“Un Réquiem Alemán”), o  también “Eine Art Deutsches Requiem” (“Una Especie de Réquiem Alemán”), como  exactamente quiso denominarlo su autor, constituye una suerte de excepción. Que  haya querido llamarla de ese modo tiene que ver, precisamente, con la intención  de su creador de instituirla preferentemente como una obra de exclusiva índole  musical y más bien ajena a las celebraciones litúrgicas. 
    Esta  composición para soprano, barítono, coro y orquesta, catalogada como su opus  45, fue escrita en un extenso lapso de tiempo y al impulso de dos episodios  trágicos para Johannes Brahms: la muerte de su amigo Robert Schumann, ocurrida  en el verano de 1856, y el fallecimiento de su madre, en febrero de 1865. Al  parecer, los primeros compases datan ya de 1856 y la conclusión de la pieza se  produjo apenas unos pocos días antes del estreno, concretado el viernes santo  de 1868, en la Catedral  de San Pedro de Bremen.
 
    “Un Réquiem  Alemán” está dividido en siete partes y su texto fue especialmente elaborado  por Brahms recurriendo a distintos fragmentos, referidos a la muerte y al más  allá, tomados de las traducciones luteranas del Antiguo y del Nuevo  Testamento. 
  
      Pese a haber  sido escrita por quien al parecer era agnóstico, se trata de una de las obras  más impregnadas de espiritualidad de todo el repertorio clásico y numerosos  críticos opinan que cuenta con algunos de los momentos musicales más sublimes  de entre todos los surgidos de la imaginación del  notable compositor nacido en Hamburgo.
    


