Excelente versión en manos del elenco nacional
Teatro Colón
7 de Octubre de 2012
Ecribe: Graciela Morgenstern
Fotos: Arnaldo Colombaroli
Opera en dos actos
Música de Gioachino Rossini
Libreto de Jacopo Ferretti
Angelina: Guadalupe Barrientos
Don Ramiro: Gustavo De Gennaro
Dandini: Gustavo Gibert
Don Magnifico: Luciano Miotto
Clonrinda: Marina Silva
Tisbe: Monica Sardi
Alidoro: Omar Carrión
Orquesta Estable del Teatro Colón
Coro Estable del Teatro Colón
Ballet Estale del Teatro Colón
Director Musical: Renaldo Censabella
Director de escena: Segio Renán
Gran nivel artístico tuvo la versión de La Cenerentola que ofreció el elenco nacional, encabezado por Guadalupe Barrientos en el rol protagónico. La joven mezzo lució una voz aterciopelada de bello color y cantó con musicalidad y línea de canto impecables. Con buen caudal sonoro, resolvió los pasajes de coloratura y sorteó las dificultades que la obra presenta. También mostró total entrega al personaje y resultó más que convincente desde lo actoral. Su aria “Nacqui al’affanno” y rondó final “Non piú mesta” contaron con un nivel de jerarquía artístico que nada tiene que envidiar a las versiones de las reconocidas figuras internacionales. Los aplausos no se hicieron esperar y Guadalupe Barrientos cosechó una bien merecida ovación.
      También muy aplaudido fue el Don Magnifico de Luciano  Miotto. Con los recursos vocales adecuados, buena articulación y actuación  destacada, dio el tinte humorístico que el rol del padrastro requiere y resultó  muy divertido. Igualmente histriónico fue el Dandini de Gustavo Gibert quien si  bien al principio, pareció no  sentirse demasiado cómodo con el estilo rossiniano,  superó este escollo durante el transcurso de la función. El tenor Gustavo de  Gennaro como el príncipe Ramiro,  cantó  con fraseo elegante y refinamiento, con agudos de afinación certera aunque no  estentóreos y dio a su personaje el romanticismo que le es inherente. Marina  Silva y Mónica Sardi como las hermanastras Clorinda y Tisbe respectivamente,  fueron muy efectivas tanto en lo vocal como en la faz actoral y brindaron  muchos de los momentos más humorísticos de la obra, con desenvoltura. Completó  el elenco Omar Carrión en el rol de Alidoro, afirmando una vez más, la  excelencia de su canto, siempre basado en su uso del fiato, con una emisión franca e impecable fraseo. También, actuó  con autoridad.
      El Coro Estable masculino fue muy efectivo en sus  intervenciones, al igual que los figurantes y bailarines. La Orquesta Estable  bajo la batuta de Reinaldo Censabella actuó con corrección.
      El público disfrutó muchísimo de la puesta en escena de  Sergio Renán y su equipo de trabajo ya descripta en una crítica anterior (ver  27/09/2012) y con una sala repleta, el famoso “rugido del Colón” no se hizo  esperar.  








