Concierto inicial del ciclo del Cuarteto de cuerdas de la Universidad
Cuarteto de Cuerdas de la Universidad de Mar del Plata
Los Gallegos Shopping
18 de Mayo de 2013
Escribe: Eduardo Balestena
      El Cuarteto de Cuerdas de la Universidad Nacional  de Mar del Plata, integrado por Iris Ruzycki –segundo violín- Pablo Albornoz –primer  violín- Guillermo Becerra –viola- y Eduardo Falchi –cello- se presentó en el  espacio de extensión cultural de Los Gallegos Shopping el 18 de mayo.
      En la oportunidad abordó obras del alto  barroco: un arreglo para cuarteto de cuerdas del Concierto opus 8 nro. 1 en mi mayor La primavera, de ciclo Il  cimento dell’ amonia e dell´ inventione (la lucha entre la armonía –razón- y la  invención –imaginación- ) de Antonio Vivaldi (1678-1741) . En su oportunidad,  en el ciclo de extensión cultural de Los Gallegos Shopping, el profesor Carlos  Novotny abordó –en dos entregas- el análisis integral y la historia de esta  obra programática, que sigue musicalmente el desarrollo de cuatro sonetos, en  uno de los rasgos del período del alto barroco: la claridad de sentido del  discurso musical que expone un mensaje. Quizás las más conocida de las obras  del compositor veneciano, es especialmente exigente en el violín solista, dado  el lenguaje del período en que a la sección confiada a los instrumentos  fundamentales –el bajo continuo, generalmente integrado por la viola da gamba,  tiorba y cembalo- se destacaba la de los instrumento ornamentales, generalmente  el violín o la flauta, en una  que no  sufre grandes transformaciones en el arreglo para cuarteto de cuerdas.
      El programa siguió con el Aria de la suite nro. 3. de Johann  Sebastián Bach (1685-1750) también muy conocida, que en su sentido de  delicadeza e introspección, requiere una particular dulzura en la inflexión  sonora.
      Le sucedió el Cuarteto, nro 4 en do mayor, K. 157 de Wolfgang Amadeus Mozart (1756-1791), obra temprana del compositor que se desarrolla en tres movimientos  y que claramente perteneciente al periodo clásico. Sin la complejidad de sus  planteos posteriores –en los que adhiere a la estética del movimiento sturm und drang-, es una obra breve  festiva pero de gran belleza que requiere el equilibrio y claridad que siempre  demanda la música de Mozart. No es casual que el cuarteto de cuerdas se haya  consolidado durante el clasicismo como una de las formaciones camarísticas más  importantes que adquirió en el periodo tanto un papel de experimentación como  de introspección.
      La segunda parte estuvo dedicada a Astor  Piazzolla (1921-1992) con Pedro y Pedro; Invierno Porteño y Tango Ballet. A diferencia de las  anteriores, esta última fue escrita por el compositor para cuarteto de cuerdas.  Aquello que marca al compositor con su sello único –frases recurrentes que  funcionan como motivos que dan unidad, cambios rítmicos y una armonía que  parece tender a la disonancia en algunos pasajes- y lo hace reconocible de  algún modo encubre a la complejidad de una textura que requiere un ensamblaje  muy justo entre las voces, mucha claridad y una rítmica muy cambiante y  precisa.
      El cuarteto de cuerdas de la Universidad es una de  las formaciones decanas en la ciudad, ya que lleva 36 años de actividad y ha  abordado un amplio repertorio. En su plan de trabajo actual anunció futura la  presentación de compositores argentinos.  
Eduardo Balestena
      http://opus155musicadecamara.blogspot.com

