Festival de Salzburgo 2013
19 de Julio a 1 de Septiembre de 2013
Salzburgo, Austria
Escribe: Eduardo Balestena
    (a partir de la entrevista con su  Encargada para América Latina)
    El Festival de Salzburgo –que este año  tuvo lugar del 19 de julio al 1 de septiembre- es uno de los más importantes:  por su significación, historia y calidad. Tiene como marco la ciudad natal de  Mozart, una de las más bellas y mágicas de Europa, cuya tradición musical se  remonta a la edad media.  
    La   Dra. Eva  Anzaloni, es austríaca y además de encargada para América Latina del Festival es  también una de las personas vinculadas a su organización. Tuvo la gentileza de  brindarme un copioso material, que es editado en alemán e inglés por la fundación  que anualmente lo organiza, y se refiere a sus distintos aspectos, a la vez que  permite apreciar su real dimensión. Pudimos dialogar extensamente sobre estos  aspectos en la sala de prensa.
      Una  tradición que se renueva
      Impulsado  por el director teatral Max Reinhardt; el compositor Richard Strauss; el  dramaturgo Hugo von Hoffmansthal, entre otros, el Festival de Salzburgo comenzó  a celebrarse el 22 de agosto de 1920.
      Desde  su inauguración abre con la representación en la escalinata de la catedral de  Jederman, la obra que Hoffmansthal escribió para ese lugar y esa ocasión. Se  basa en la historia de un hombre rico a quien la muerte viene a anunciar que  vendrá a buscarlo en una hora. Su amante, sus amigos y hasta el dinero se  niegan a acompañarlo en ese último viaje; intenta, dramáticamente, negociar con  la muerte  y justificar una vida que  desfila ante él, enteramente, en el balance de esa última hora.
      La  orquesta estable del festival es la Filarmónica de Viena, y el acontecimiento abarca  distintos géneros: ópera (en versiones de escena y de concierto); schauspiel (teatro)  y conciertos; este último espacio abarca las categorías de Ouverture  Spirituelle (música religiosa); conciertos sinfónicos, de solistas y música de  cámara. También hay una sección de música para niños y jóvenes.
      La programación expresa, en sí misma, la  diversidad de aspectos musicales: en Overture Spirituelle, por ejemplo, hubo  obras japonesas: del famoso Töru Takemitsu –autor de música de películas de  Akira Kurosawa- y Toshio Horosama, que además de una concepción diferente,  usan, en el caso de Horosama, elementos electrónicos antes que instrumentos  occidentales, además de los instrumentos autóctonos, en una concepción musical  muy diferente: la música discurre en un flujo de sonidos (void). Lejos de otras  estéticas semeja más a una combinación de gagaku,  la elaborada música de la antigua corte imperial, y la tradición del shömyö, música vocal religiosa cantada  por las graves voces de los monjes budistas. Es interpretada con instrumentos  como la ryüteki (flauta traversera de  bamboo) que le confieren un aire meditativo.
      También diferente en concepción es la  del compositor británico Sir Harrison Birtwisle de quien fue interpretada la  ópera Gawain. Existe una idea de   individualismo de los compositores británicos, más guiados por su modo  subjetivo de concebir su música que por escuelas y tradiciones continentales.  El compositor se basa en una leyenda del rey Arturo y uno de sus caballeros.  Indaga en el mundo de los mitos. Su personaje lleva a cabo una aventura que es  más que nada la de un auto descubrimiento.     
      Junto a directores como Rudolf Buchbinder;  Christoph Eschenbach, Ádám Fischer; Charles Dutoit; Nikolaus Harnnoncourt, John  Elliot Gardiner y muchos otros, son desarrollados proyectos como el de jóvenes  directores; jóvenes cantantes; premio jóvenes directores y jóvenes, arte y  ciencia. 
      Un  universo musical
      En  el año del bicentenario del nacimiento de ambos compositores la consigna no fue  Verdi o Wagner sino Verdi y Wagner, cada uno con una gran influencia en la  música posterior. Así, subieron a escena Rienzi; Nabucco; Los maestros Cantores  de Nürnberg; Falstaff; Don Carlo, junto a otras producciones como Norma; Lucio  Silla; Jeanne D´arc.
      “Todo  lo que aparece en escena es desarrollado y construido aquí”, señalaba la    Dra. Eva Anzaloni, agregando que doscientas  personas trabajan durante todo el año y unas cuatro mil durante el festival, lo  cual incluye a todo el personal técnico.
      Las funciones se llevan a cabo en  catorce escenarios diferentes (en 2012 hubo un total de 220 presentaciones)  y son repetidas en distintas fechas con un  total, en 2012, de 261.361 espectadores, conforme lo muestran los gráficos y  cifras del festival que es financiado –en un cincuenta por ciento- por  la venta de localidades y en el otro  cincuenta por ciento por el apoyo privado de los auspiciantes (Nestlé; Siemens;  Audi y Rolex; otros auspiciantes lo hacen con proyectos puntuales, como  Montblanc con el de Jóvenes directores).
      Este año estuvo además marcado por la  presentación de El sistema, venezolano,  con diferentes organismos además de las Orquestas Simón Bolívar y Teresa  Carreño: ensambles de cámara, bronces y coros, con un total de mil trescientos  jóvenes que por primera vez actúan en ese ámbito, así como las presentaciones de  la West Eastern  Divan Orchestra, dirigida por Daniel Baremboihm.
      La versión integral de las sinfonías de  Mahler es otro de los hechos significativos. Fue llevada a cabo por distintas  orquestas, debiendo destacarse que Simon Rattle dirigió a la Orquesta Nacional  de Niños de Venezuela en la primera de la serie.
      Juana  de Arco, un símbolo cambiante
      Otra de las presencias fue la de Juana  de Arco, en la obra de Schiller , en la ópera de Verdi y en la de Walter  Braunfels (1882-1954), un compositor “degenerado” para el nazismo, que  no se exilió pero que fue marginado luego por  el largo y oscuro período de la posguerra, y nunca del todo rehabilitado. Sólo  a partir de 1990 hubo una revalorización de su música.
      La historia de Juana de Arco se refiere  a los limites de la resistencia: primero a las imposiciones de la sociedad –la  obra de Schiller comienza con el casamiento de la mayor de las hermanas, camino  al que ella renunció- , el precio de seguir una certeza y el de ser dejada sola  por aquello por lo que luchó. También, los límites últimos de esa certeza ante  la aparición de una mirada que reúne al ser amado y al enemigo al mismo tiempo.  Su fe y su determinación convierten a la derrota en victoria, pero esa fuerza  por lograr aquel cometido es la misma con que busca ejercer su propia libertad,  y lo que en un hombre sería símbolo de valor en ella es prueba de herejía.
      Del mismo modo, los símbolos que nos  entrega el arte son cambiantes pero a la vez vigentes en la medida en que  podamos volver a ellos y pensarlos en cada época de un modo distinto. 
      Una  tradición que sigue construyéndose
      La sala de prensa, en un claustro  cercano a la calle de los dos teatros más grandes (el Felsenreitschule y el  Festpielhaus), era un espacio en plena actividad (en una de las paredes estaba  el detalle de la extensa actividad en los distintos escenarios) aun así, en  medio de esa actividad Eva Anzaloni brindó su tiempo y pudimos conversar.  
      Es imposible siquiera enumerar obras y  artistas, pero es posible pensar al Festival de Salzburgo como una tradición  pero abierta a la diversidad de nuevas formas donde los oratorios de Hydn  conviven con la música japonesa tanto como una época y una latitud conviven con  otra.
                  
Eduardo Balestena
      http://www.d944musicasinfonica.blogspot.com



