El Réquiem de Verdi en Mar del Plata
Catedral de Mar del Plata
Martes 15 de Abril de 2014
    Escribe:   Néstor Echevarría
      “Misa de Réquiem”, de Giuseppe Verdi.
Director musical: Emir Saúl.
Director coral: Horacio Lenci.
Solistas vocales: Soledad de la Rosa, Eugenia Fuente, Gustavo López Manzitti y Homero Pérez Miranda.
Orquesta Sinfónica Municipal y Coral Cármina.
      Una  de las obras capitales de la música sinfónico-coral tuvo su ingreso al acervo  musical de Mar del Plata en  esta Semana  Santa . Todo un acontecimiento para la ciudad balnearia que fue gestado a  partir de la Secretaria de Cultura de la Municipalidad de Gral. Pueyrredón, en  el propio ámbito de la Catedral marplatense, puesta bajo la advocación de San  Pedro y Santa Cecilia.
      En  ese ámbito arquitectónico histórico, una obra neogótica realizada por el  arquitecto francés Pierre Benoit ( urbanista de La Plata y proyectista de la  monumental catedral platense en un mismo sesgo estilístico), se instaló en el  transepto del templo, la Orquesta Sinfónica Municipal conducida por su titula  Emir Saúl, en tanto el Coral Cármina, dirigido por Horacio Lanci, que tiene  dilatada trayectoria en “la feliz” se ubicaba en una gradería en el ábside, de  frente a la nave mayor.
      El público  desbordó las comodidades de bancos y se ubicó también de pie en las naves  laterales. En este contexto, transcurrió la “Misa de Réquiem” ,magistral obra  verdiana, que fuera concebida como homenaje al gran poeta italiano Alessandro Manzoni  cuando su deceso, y estrenada en 1874 en la Iglesia de San Marcos de Milán.
      El  emprendimiento marplatense fue entonces digno de encomio, vinculando los dos  cuerpos (orquesta y coro) cuyo desempeño denotó efectividad y  solvencia, mostrando la Sinfónica marplatense  con sus cincuenta y ocho integrantes mas seis contratados al efecto, un  rendimiento altamente eficaz en las diversas partes de la misa, en las  entradas, los “tutti” y su eficacia instrumental fue en continuo  crecimiento,llegando a un gran afiatamiento a  partir del “Offertorium”.
      Por  su parte ,el  Coral Cármina reclutó,  además de los integrantes actuales, a veteranos del mismo cuerpo en sus veinte  años de existencia y apareció enjundioso y prolijo, destacando las voces  masculinas y femeninas  un relieve significativo en las líneas  polifónicas del discurso verdiano .
      El  cuarteto de solistas, especialmente convocado, fue de cantantes vinculados a la  actividad porteña que en otras ocasiones han sido escuchados también en Mar del  Plata. La soprano Soledad de la Rosa, con  bella voz y una línea cantable de gran pureza  y musicalidad se destacó especialmente, acompañada por .la mezzosoprano Eugenia  Fuente que produjo una convincente actuacion también en el decir y el  significado del texto. En las partes masculinas en tanto, el tenor Gustavo López  Manzitti cantó un convicente “Ingemisco” y compartió en las demás participaciones,  con el bajo chileno Homero Pérez Miranda,   una faena vocal de efectividad y solvencia.
      En  suma, un ponderable logro marplatense que me complazco en consignar aquí,  presentando, a una distancia temporal extendida nada menos que ciento cuarenta  años  desde aquel memorable estreno en  Milán,  esta obra maestra del genio  verdiano, recibida con entusiasmo y verdadera unción por el numeroso público  que acudió al acontecimiento. 

