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En el ciclo Mozarteum

Experimentos Chinos en el Colón

 

Teatro Colón

Lunes 26 de Mayo de 2014

 

Escribe: Carlos Ure

 

 

Bauer: “Seven Seas”

Vivaldi: Concierto en re mayor, RV 93

Reich: “Music for Pieces of Wood”

Hamilton Green, Engel y Witt: “Ragtimes Suite”

Peck: “Lift Off”

Rouse: “Ogoun Badagris”

Jungck: “Taklamakan”

Piazzolla: Tango Nº 2, de “Tango Suite”

Wenjing: “Rite of Mountains”

Miki:”Marimba Spiritual”.

 

Li Bao Percussion Group

 

 

 

¿Tiene lógica un concierto, se supone que dedicado a la música clásica, conformado por tangos, Vivaldi, jazz, obras experimentales contemporáneas, ritmos furiosos seudo africanos, piezas chinas, todo en el mismo programa y en la misma noche? La respuesta es obvia.


Lo cierto es que según el proyecto primitivo, el lunes, en cuarta función de abono del Mozarteum, debía presentarse por primera vez en nuestro medio la Orquesta Sinfónica Nacional China, que bajo la conducción de Lu Xincao y con el concurso del percusionista Li Biao, iba a ofrecer creaciones de su país y otras pertenecientes al repertorio occidental, lo que había despertado, desde ya, enorme interés. Sin embargo, se supone que por razones logístico-presupuestarias, esa visita quedó para otro momento, y en su reemplazo la entidad organizadora hizo actuar, casi en condición residual, al “Li Biao Percussion Group”, agrupación de siete miembros que ofreció una velada desde luego distinta, privada de mayor  atractivo musical y verdaderamente aturdidora.      

 
Sonidos rígidos
A partir de esta plataforma y en un marco instrumental de rica diversidad (gongs, tambores, tamboriles, timbales, bombos, platillos, placas, clave, marimbas con tubos de diferentes calibres, vibráfono, triángulo, xilofón y otros acerca de cuya nómina completa los pobrísimos comentarios del programa de mano no suministraron información alguna), la jornada se fue desenvolviendo con escabrosidades diversas y notas desprovistas de matices (salvo los vibrátiles; recordemos que tanto en la Argentina como en el Uruguay existen asimismo elencos de percusionistas de calidad y alta especialización).


En dicha dirección, el Concierto RV 93, de Vivaldi, fue objeto de una transcripción herético-disparatada, la “Música para Piezas de Madera·”, de Steve Reich, pareció un ejercicio de olvidable intrascendencia (cinco pequeños bloques golpeados con diferente rítmica) y conocidas piezas dedicadas al “rag time” hicieron pensar antes que otra cosa en la banda sonora de divertidos “cartoons” o dibujos animados.


Obras nuevas
Al margen de una almibarada exposición piazzolliana, lo que generó atención fueron dos creaciones actuales pertenecientes a Rudolf Bauer y Philipp Jungk, integrantes del conjunto, concebidas con iluminada visión en cuanto apuntan al desenvolvimiento de las posibilidades colorísticas y las interacciones tímbricas del grupo. Una página china de Guo Wenjing fue objeto, además, de la ejecución solista de Li Biao (gongs, cajas metálicas, platillos).


Pero ya en el final, tanto la “Marimba Spiritual”, de Minoru Miki, como antes lo habían sido “Lift Off”, de Russell Peck y una obra de Christopher Rouse fueron volcadas de manera absolutamente atronadora, con frenéticos golpes de parche susceptibles de alterar la tranquilidad media y aun el ritmo cardíaco de cualquier espectador. Buena parte del público se retiró durante el transcurso de la velada con dolor de cabeza. Una inspección comunal hubiera suspendido el concierto por exceso de decibeles. Mas nada de ello impidió que Li Biao, figura de notable vibración y destreza técnica, exhibiera uno a uno a sus acompañantes, como en un show de otros ámbitos, para presentarlos y reclamar los aplausos de la concurrencia.


Carlos Ernesto Ure