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La orquesta de Florencio Varela en el Ciclo de Grandes Conciertos de la Facultad de Derecho

 

 

Bruch por una joven y talentosa violinista

 

Aula Magna de la Facultad de Derecho
30 de Mayo de 2015


Escribe: Graciela Morgenstern

 


Intérpretes:

- Solista: Katia Blejer (violín)
- Orquesta Sinfónica Municipal de Florencio Varela
- Director: Darío Domínguez Xodo


Programa:

- Obertura de la ópera "Príncipe Igor", de Alexander Borodin
- Concierto para violín y orquesta Nº 1 en sol menor, de Max Bruch
- Sinfonía Nº 9 en mi menor "Dl Nuevo Mundo", de Antonin Dvorak

 

 

 

Un concierto muy interesante con buenos intérpretes y constituido por obras atractivas, se presentó en el Aula Magna de la Facultad de Derecho, dentro del Ciclo de Grandes Conciertos.


El programa se inició con la Obertura de la ópera "Príncipe Igor", que la Orquesta Sinfónica Municipal de Florencio Varela, bajo la batuta de Darío Domínguez Xodo, interpretó con tiempos ajustados. Los colores obtenidos por las diferentes secciones instrumentales, así como su interacción, dieron realce a los pasajes más brillantes de la partitura.


Pero lo más atractivo fue la ejecución del Concierto para violín y orquesta Nº1, de Max Bruch, quien nació en Colonia, en 1838 y formó parte del grupo de músicos posrománticos de la segunda mitad del siglo XIX europeo. Fue una época en que los compositores vivieron una suerte de transición forzada en que se vieron obligados a prolongar las formas y estéticas románticas, para complacer a un público cada vez más vasto, conformado por una burguesía enriquecida que no abogaba por sofisticaciones. El concierto en sol menor, de 1868, responde en cierto modo a esa estética, pues en él aún puede apreciarse esa exacerbación de pirotecnias y virtuosismo que será más tarde abandonada por los autores por venir, dando con ello definitivo término al gran siglo romántico. Estructurado en tres movimientos, se presentó aquí, en versión de la muy joven y talentosa violinista Katia Blejer, quien abordó la obra con mucho lirismo y fuerza al mismo tiempo. Su técnica resultó muy sólida: arco perfecto y fraseo de buen gusto. Y su interpretación demostró vigor y compenetración, fue muy comunicativa y tuvo gran personalidad. La orquesta a su vez, sonó inspirada y potente. Ante la reacción altamente entusiasta del público, esta joven promesa, regaló un tango fuera de programa.


Tras el intervalo, se interpretó la Sinfonía Nº 9 en mi menor "Del Nuevo Mundo", de Antonin Dvorak.

 

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