Meritoria versión de “Don Pasquale” por Buenos Aires Lírica
Valiosos desempeños vocales
Teatro Avenida
Domingo 14 de Junio de 2015
Escribe: Andrés Hine
Fotos: Liliana Morsia
“Don Pasquale”, ópera en tres actos.
Libreto: Giovanni Ruffini y el compositor.
Musica Gaetano Donizetti.
Don Pasquale: Hernán Iturralde
      Norina: Oriana Favaro
      Ernesto: Santiago Ballerini
      Malatesta: Homero Velho
    Notario: Enzo Romano
Director musical: Juan Casasbellas.
Régisseur: André Heller-Lopes.
Escenografia: Daniela Taiana.
Vestuario: Sofia Di Nunzio.
Iluminación: Gonzalo Córdova.
Coro de Buenos Aires Lirica y Orquesta.
    Buenos Aires Lírica presentó una meritoria  versión de Don Pasquale, una de las  óperas más atractivas de Gaetano Donizetti. Estrenada en París en 1843, posee  un argumento poco creíble, destinado a proveer un momento de diversión. Pero la  base fundamental, como en la mayoría de las obras belcantistas, está en la  música y en las exigencias vocales. 
    Hernán Iturralde encarnó el papel protagónico,  dando muestras de su gran ductilidad, que le permite ir de Wagner a Scarpia y  luego a un rol buffo, como Don Pasquale. Aportó importantes dotes vocales y  actorales, gran presencia y realizó un retrato vivaz. El personaje que compuso  se perfiló con nítido humorismo y también se sintió cómodo en los momentos más  emotivos, como E finita Don Pasquale,  que cantó con sentimiento. 
    Santiago Ballerini como Ernesto, cantó y actuó  con estilo. Tanto en su aria “Cercheró  lontana terra” como en “Com’é gentil”, exhibió elegancia y buen  fraseo. En tanto, Homero Velho mostró astucia y agilidad vocal como Malatesta,  aunque debería cuidar un vibrato excesivo que afecta su canto. Sin embargo su  personificación resultó muy convincente desde el punto de vista actoral.
    La Norina de Oriana Favaro se destacó por su  virtuosismo en la coloratura y su talento histriónico, sumando chispa y  atractivo a su voz cristalina, sin por eso, mostrar sensibilidad frente al  predicamento de Don Pasquale.  Enzo  Romano completó el elenco , como el notario, aportando mucho humor al  personaje.
    A pesar de que el Coro de Buenos Aires Lírica  tuvo una corta intervención en esta obra, su labor fue lucida. Estuvo dirigido  por Juán Casasbellas al igual que la Orquesta de Buenos Aires Lírica, con la  que logró un buen ensamble rítmico, chispa y equilibrio entre foso y escenario.
    La régie de André Heller-Lopes fue efectiva en  cuanto a marcación escénica y humor. Por otra parte, presentó personajes de la commedia dell’arte que empezaron por  realizar una pantomima totalmente innecesaria durante la obertura. La  escenografía de Daniela Taiana si bien bella y bien confeccionada, apeló al  recurso del teatro dentro del teatro que achicó la escena considerablemente e  hizo que en muchas ocasiones, la acción transcurriera en una calle, mientras  que la obra requiere una puesta en interiores. Sin embargo, este “teatro” era  giratorio y se convertía de manera dinámica, en la casa de Don Paquale, la de  Norina o un jardín. La iluminación de Gonzalo Córdova resultó escasa por  momentos y el vestuario de Sofía Di Nunzio fue bello y colorido.
      El público, entusiasmado, premio el esfuerzo  realizado por toda la compañía, con calurosos aplausos.




