Experiencia operística  en el Colón: “Quartett”
    
Teatro Colón
Martes 16 de Junio de 2015
Escribe: Néstor Echevarría
(Publicado en Montevideo)
      "Quartett", ópera épica en un acto, con texto y música de Luca Francesconi.
Con Allison Cook y Robin Adams.
Iluminación de Marco Filibeck
Proyecciones de Franc Aleu
Escenografía de Alfons Flores
Vestuario de Lluc Castells
"Régie" de Álex Ollé.
Orquesta Estable del teatro Colón (Brad Lubman).
El Teatro Colón incorporó en carácter de estreno americano, la ópera en trece escenas “Quartett”, del compositor italiano, nacido en Milán hace cincuenta y nueve años, Luca Francesconi, estrenada en la Scala de Milan cuatro años atrás, en la misma versión.
    Esta basada en la pieza homónima  del dramaturgo alemán Heiner Muller con  temática  que ha tenido inspiración en  “Las relaciones  peligrosas” del novelista francés Pierre Chordelos  de Laclos (del siglo XVIII en Francia), que  narra las intrigas amorosas de una marquesa y un vizconde de la época  cortesana.
    Ese tema fue objeto de varias  adaptaciones teatrales y también llegó a la cinematografía. Pero volviendo a  Heiner Muller (1929-1995), dramaturgo alemán de una definida tendencia  provocadora y también revolucionaria. realizó esta obra teatral en 1982.
    De ahí que Francesconi tomara  este tema, con el libreto original traducido al ingles, manteniendo bastante  fielmente su subido carácter escatológico, con frases huecas por momentos en  sus contenidos y hasta de penetrante y provocativo efecto.
    El tema y la intención parecerían  ser ,justamente, impactar al publico. Y (no por casualidad) unos cuantos espectadores  se fueron retirando en el trascurso en la función de estreno, que estoy  comentando.
    Ese juego de roles, en un  momento se convierte en los cambios de personajes, por lo que el “cuarteto”,  como evoca el titulo, se da por añadidura, aunque siempre los protagonistas son  dos, la marquesa, para lo cual cantó y actuó con gran propiedad y convicción  la mezzosoprano escocesa  Allison Cook y el vizconde, por caso el  baritono Robin Adams, quien hizo lo propio, en  tanto el director de orquesta, con suma  eficiencia,  fue el estadounidense Brad  Lubman al frente de una inobjetable actuación de la Orquesta Estable  del Teatro Colón.
    Francesconi, portador de este  mensaje,  se manifestó por escrito autodefiniendo  su opera,  calificándola de “  violenta, sexual, blasfema, aquí no hay piedad. Los únicos dos personajes en  escena son la personificación del cinismo y se han jurado no volver a amar jamás.”  Y agregó” No vengan al teatro si no están  dispuestos a cuestionar lo que hacen y lo que son”.
    En otro ángulo también  manifiestó  de su controvertido “Quartett”   que es un espectáculos “voyeurista” y  explica que su orquestas son dos. Una orquesta “in”(en el foso)de escala un tanto  camarística aunque con mucha profusión de la percusión, y en otro plano,  el “out” en la sala en general , otra orquesta  y coro , que en la versión del Colón utilizó  una banda sonora ( la grabación del estreno mundial  de La Scala de Milán)  que envuelve al espectador con una intención de dar espacialidad sonora.
    Cabe entonces la ponderación  de la versión musical en los 80 minutos  corridos de duración de esta ópera, y también la de ambos cantantes, en una  prueba difícil de evaluar dentro de las reglas académicas del canto lírico, por  cuanto se mueven  con ariosos y  recitativos, pasajes hablados, saltos interválicos bastante recurrentes y otros  medios de lenguaje de la aplicación vocal. Interpretativamente, ambos, y especialmente  la mezzosoprano, estuvieron muy convincentes.
      La puesta escénica de la Fura dels Baus ya es la  cuarta intervención entre nosotros desde su debut, con “El gran macabro” de  Ligeti, cuyo critica traje también a estas paginas. Como siempre hábiles en el manejo  de escena y soprendentes en muchos de los efectos, la paleta de recursos variada  e incansable de Alex Ollé , nacido hace cincuenta y cinco años en Barcelona, mostró  sugerencias, impactos conexos con el discurso musical y escenas atrevidas de  fuerte erotismo.
      Sugerente la disposición  escenográfica de Alfons Flores, traída de la versión de La Scala, con una caja  suspendida por trescientos tensores de acero y un fondo proyectual donde las  imágenes de Franc Aleu siguen la trama argumental , en tanto en la caja  centralizada están las escenas en vivo de los dos personajes protagónicos. También  el vestuario de Lluc Castells y la iluminación cuidada de Marco Filibeck contribuyeron  a esta realización de la Fura dels Baus en su  reaparición local.
      En suma ,mas allá de valores intrínsecos  de tecnologiota escénica aplicada, también queda  latente la indefinición genérica, entrando  esta obra de Francesconi mas en una experiencia teatral y multidireccional ,  por tanto experimental, que entremezcla en su recurrencia, lenguaje y  metalenguaje.
                                               Néstor Echevarría
Néstor Echevarría

