En el teatro Avenida
Empeñosa versión de “Il trovatore”
Teatro Avenida
Viernes 21 de agosto de 2015
Escribe: Néstor Echevarría (La Prensa)
“Il trovatore”, ópera en cuatro actos.
Libreto:Salvatore Cammarano
Musica:Giuseppe Verdi.
Director musical: Ronaldo Rosa De Scalzo
Director coral: :Armando Garrido.
Director escénico: Boris.
Escenografia Guerrero y Cichiro
Vestuario: Maria Vucetich
Cantantes: Haydeé Dabusti, Annabella Carnevali,Reinaldo Samaniego, Enrique Gibert Mella y Cristian De Marco,entre otros.
Coro del Instituto Municipal de Música de Avellaneda y Orquesta .
Integrante de la gran trilogía maestra de Giuseppe Verdi de la madurez de tan admirable carrera, “Il trovatore” constituye uno de los pilares operísticos dedicado al gran despliegue y lucimiento de variados registros vocales tanto masculinos como femeninos.
    Pese  a cierta inconsistencia de su libreto, confuso pero eficazmente planteado por  Salvatore Cammarano sobre la tragedia del español Antonio  García Gutiérrez, y  estrenada en Roma en 1853, implica siempre  un desafío  para cualquier emprendimiento.
    De  manera que la entidad que con el nombre de Melodramma ofreció el  esta ópera verdiana  en el teatro Avenida debió afrontar las  consecuencias de alguna premura y falta de ensayos, lo cual resintió un tanto la  unidad  del espectáculo.
      En  efecto, la orquesta se presentó con empeño, momentos acertados en la partitura y  otros menos  en cuanto a afinación y sincronía,  estando a cargo del eficiente maestro Rolando Rosa De Scalzo, residente en el  extranjero desde hace años, cuya concertación por momentos respiraba silencios  dilatados y mantenía un cierto desnivel sonoro con respecto a los cantantes 
    Los  solistas entre tanto, cumplieron una digna labor comenzando con la lucida  intervención de la mezzosoprano  rosarina  Anabella Carnevali, una Azucena de   potentes medios vocales, línea verdiana y acentos dramáticos manifiestos  en escenas como “Condotta ell’era  in ceppi”,  entre otras.Fue la figura de la noche en su composición de la gitana.
    También  eficiente, la destacada soprano Haydeé Dabusti logró su momento de  brillo en el aria de Leonora “D’amor sull’ali  rosee”,con bellos filados y con natural y expresiva  nobleza de canto. El barítono Enrique Gibert  Mella aportó su experiencia para un Conde de Luna servido con dignidad y  convicción en su exigente aria “Il balen del suo sorriso” , en tanto  el joven bajo Cristian De Marco sigue  evidenciando sus progresos  al entregar  una buena composición del escudero Ferrando.
      En cuanto a la parte de Manrico, el  protagonista ,tan emblemático en  este popular titulo verdiano , el tenor  paraguayo Reinaldo Samaniego apareció superado con frecuencia por las  exigencias vocales, siendo la suya una tesitura lírica de grato timbre, y puso  visible empeño y momentos efectivos, pero   en suma  debe ir perfeccionando su  parte  en lo sucesivo.
    También  se advirtieron  entusiastas los  comprimarios y el numeroso Coro del Instituto de Música de Avellaneda con  algunas asincronías en sus cometidos, que trabajó con la eficaz dirección  de Armando Garrido.
    La  puesta escénica presentada por Boris y sus colaboradores (en la escueta  escenografía Diego Guerrero y Hugo Cichiro, en el  vestuario  María Vucetich y en la  iluminación Ernesto Bechara) se basó como  principio en el monocromatismo del blanco al negro El escenario se asemejó a  una caja negra por los cortinados laterales, siendo así el elemento dominante  para   destacar el perfil tenebroso y oscuro de la  trama.
    Si  bien  en el juego escénico se notaron  algunas libertades propias ,cabe en el conjunto la ponderación del esfuerzo  asumido y el empeño puesto en juego  en  una trama siempre proclive a las confusiones que el  propio libreto por su naturaleza es capaz de  generar. Funciones sucesivas podrán ir   ajustando algunos detalles para certificar este  balance “per se” encomiable. 
      Néstor Echevarría
      Calificación: Bueno



