Ciclo Nuova Harmonia 2015 en el Teatro Colón
Teatro Colón
Lunes 28 de Septiembre de 2015
Escribe: Diego Montero
Programa:
      Mozart: Sonata Nº 42, en la mayor, K 526; 
Schumann: Sonata Nº 1, en la menor, opus 105;
Takemitsu: Distance de fée;
Pärt: Fratres;
Ravel: Sonata Nº 2, en sol mayor.
Viktoria Mullova, violín y Katia Labèque, piano.
Nuestra opinión: Regular
El ciclo de Nuova Harmonia de altísimo nivel artístico por la excelencia de los artistas convocados, continuó con la presentación de la violinista Viktoria Mullova y la pianista Katia Labèque.
    Una conjunción que resultó despareja porque la  violinista de poco caudal sonoro, buena mecánica en la digitación y manejo del  arco, se mostró desapasionada, gélida y por ende de poca musicalidad, mientras  que la pianista, también de buena mecánica, fue mucho más harpada.
      Consideramos también que la baja calificación  artística del espectáculo se debió a la elección de las obras:
    Primero la sonata para violín y piano K 526 de  Mozart. Una obra excesivamente reiterativa y larga; sin profundidad, sin ideas,  en definitiva sin inspiración; solo combinaciones armónicas (algo complicadas para  la época) producto de la inmensa experiencia y conocimiento del compositor; un  Mozart muy lejos de Mozart –eso sí, una obra difícil en su ejecución –
      Luego la sonata para piano y violín Op. 105 de  Schumann que, sin introducción, encara directamente un clima tortuoso que se  disipa rápidamente perdiendo su fuerza y se transforma también en una obra  vacía (salvo su tercer movimiento que rescata un tema folclórico más agradable).
    Luego del intervalo las artistas ejecutaron,  sin solución de continuidad anunciado en español por la propia pianista, “Fratres”  del genial compositor estonio Arvo Pärt y “Distance de Fée” del japonés Toru  Takemitsu, ambas obras muy interesantes por su armonía moderna y tonal, que dan  testimonio de la definitiva extinción de las experiencias sonoras atonales pero  carentes de belleza.
    Finalmente fue interpretada la sonata para  violín y piano Nº 2 de Maurice Ravel que prueba que fue uno de los precursores  en la búsqueda de combinaciones armónicas “distintas” y que les enseñó a todos,  logrando colorido y mixturas inteligentes sobre la base de un tema jovial y simpático,  el primer movimiento, y el segundo sobre un tema seguramente proveniente del recién  nacido jazz.
      Una selección de obras sin alma.
Una perlita:
    En la primera página del mal diseñado programa  de mano, se pudo leer el nombre del director del Teatro Colón dos veces: uno  como miembro del Gobierno de la Cuidad de Buenos Aires y otro como miembro del  Teatro Colón; en la segunda página encontramos los 24 nombres del Directorio  del Teatro Colón; 6 Directores Generales, 13 Directores y el resto responsables  de áreas. ¡Mamma mia!! ¡Cuántos caciques!!

