La Orchestra della Toscana en el Teatro Coliseo
Teatro Coliseo
Jueves 2 de junio de 2016.
Escribe: Néstor Echevarrìa
Orchestra della Toscana.
Director: Daniele Rustioni
Solista: Francesca Dego (violin) .
Repertorio:
- Obertura”La Italiana en Argel”, de Gioacchino Rossini,
- Concierto Nº 1 en Re mayor para violin y orquesta op.6 de Nicoló Paganini
- Sinfonia Nº5 en Do menor, op 67, de Ludwig van Beethoven.
Este cuarto concierto en oportunidad de cumplir su treintena de años el ciclo Nuova Harmonia, trajo la presencia de una nueva savia en materia de intérpretes italianos, tanto en los roles de director y solista .
      Y consiguientemente,  la presencia de una orquesta relativamente  joven,la  denominada Orchestra della  Toscana, fundada en  Florencia en 1980,  compuesta por unos cuarenta y cinco integrantes de probado oficio y poseedora  de un repertorio genérico de un arco estilístico amplio, que la ha llevado a  una  importante presencia en el medio  musical itálico e internacional.
      Su desempeño dúctil y eficaz en la velada que comento así  lo amerita. Pero lo mas atractivo e innegable fue la juvenil presencia de una  pareja –también en la vida real- italiana, la   del director y la solista, que mostraron una  consubstanciación musical plena  con el organismo  y a la vez dejaron esa impresión positiva y elocuente de talentos juveniles en una  estimulante muestra de renovación generacional.
      La violinista de veintisiete años, nacida en Lecco,  Francesca Dego se reveló con creces en  el Concierto Nº 1 en Re mayor op.6 ,de Nicoló  Paganini, el emblemático   “mago del violín”, brindando una ejecución  de verdadero fuste, mostrando una técnica impecable  con sus saltos de escala, manejo virtuoso del instrumento y adecuación a la  exigente partitura, todas las condiciones de una instrumentista que hace honor  a sus premios y ascenso visible en el universo musical del presente.
      La larga y  agotadora  “cadenza” del primer  movimiento alcanzó ribetes magistrales  y  ante los  efusivos aplausos del publico  agregó fuera de programa una balada del celebrado violinista y compositor belga  Eugène Ysaÿe, (nacido en Lieja en 1858 y muerto en Bruselas a los setenta y dos  años,  concaptuado en su época como“el  rey del violín”) como   nuevo ejemplo de  su destreza, seguido por otra demostración en un segundo bis, donde volviendo a  evocar a Paganini,  ejecutó el capricho  Nº 16.
      El joven  director Daniele   Rustioni, mientras tanto, que  supera por poco  los treinta años,.mostró una gestualidad  elocuente en el podio,y buenas dotes, a la vez que su manera de interpretar  Rossini (la obertura de “La Italiana en Argel” al principio, y la de “El  barbero de Sevilla” como agregado al final) .
      Expuestas con musicalidad, sus silencios bien  respirados, la gradación entre los piano y los forte, los “crescendi” y “diminuendi”  característicos de la paleta rossiniana, dejó   entrever los efectos de las clases tomadas  en el   seminario de ópera italiana impartido por el  admirado y bien conocido Ricardo Muti, a  los que asistió seleccionado en la Academia de  Malta.
      En cuanto a la lSinfonía Nº 5  beethoveniana surgió noblemente expuesta, con  un apreciable grado de corrección y   pulcritud por parte de los integrantes de esta noble agrupación  presentada en el Teatro Coliseo en el curso de su trigésima temporada de este  ya tradicional ciclo.
      Ciclo que este critico recuerda  desde su propio nacimiento con el nombre de Harmonia  en su comienzo y desde hace  algunos años  quedó rebautizado como Nueva Harmonia , siempre teniendo su sede .en el   Teatro  Coliseo, perteneciente como es sabido al gobierno italiano. Y a los que, con  justicia la Asociación de Críticos Musicales de la Argentina ha premiado en  numerosas oportunidades.
En suma hoy, un icono de la cultura y el espectáculo en nuestro medio. Que dicho se de paso, aparece “aggiornato”, con sus reformas recientes y una agradable iluminación de sala.

 


