DIA DEL HIMNO NACIONAL Y ESTRENO DE UNA GRAN SINFONIA
Teatro Provincial de Salta
Jueves 11 de Mayo de 2017
Escribe: José Mario Carrer
Orquesta Sinfónica de Salta.
Directora Maestra Yeni Delgado.
Himno Nacional Argentino de Blas Parera (1776-1840) y Vicente López y Planes (1785-1856). Sinfonía nº 1 en re menor op.13 de Sergei Rachmaninov (1873-1943), estreno en Salta.
Luego de su exitosa presentación en la ciudad de Montevideo conduciendo la orquesta filarmónica de esa ciudad como cierre del Festival de Música Sacra, la directora Yeni Delgado regresa con ímpetu renovado trayendo un estreno de la obra que comento más abajo.
Como indica el programa de mano, esta noche se celebra el día de nuestro Himno que naciera desde el texto escrito por López y Planes a los que Parera puso una música exultante que tenía que ver musicalmente, con las corrientes compositivas de esos años en Europa central. La Asamblea Constituyente del Año XIII la aprobó como Marcha Patriótica, luego llamada Canción Patriótica Nacional y a partir de 1847 Himno Nacional Argentino con un texto encendido que luego por razones de política internacional fue reducido a lo que hoy cantamos todos los argentinos.
Un breve relax y el público se preparó para descubrir algo nuevo que a su vez estaba cargado de circunstancias poco frecuentes. Ya Rachmaninov, un excelso pianista y compositor ruso, con apenas 22 años había incursionado en la música sinfónica pero para este trabajo de envergadura, mechado de algunos problemas de salud, dedicó la friolera de diez meses en su composición. Era su primera gran sinfonía y sobre ella tenía grandes expectativas de éxito, sobre todo por opiniones previas de quienes habían escuchado pasajes al piano de su contenido sonoro. Por esos tiempos había en Rusia un velado enfrentamiento entre distintas formas de combinar armónicamente las expresiones de su música. Uno de los líderes era naturalmente Nicolai Rimski-Korsakov que tenía no pocos seguidores que a su vez respondían a criterios impartidos por la docencia del Conservatorio de San Petersburgo. La cita viene a colación porque Rachmaninov había terminado sus estudios con honores en el Conservatorio de Moscú. En lo personal siempre creí que este detalle aparentemente de poca importancia tenía valor en el gusto del público ruso. La cuestión es que esta obra, en su primera presentación tuvo un fracaso absoluto sumiendo al compositor en un estado depresivo de tal magnitud que generó en Rachmaninov la idea de no componer nada mas. Mucho tiempo después dijo que “fueron los tiempos más angustiantes de mi vida”. Amigos del músico buscaron la ayuda profesional del sicoterapeuta Nikolai Dahl que mediante técnicas basadas en la hipnosis lo sacó de su postración depresiva y lentamente volvió a escribir música. De allí salió esa joya del romanticismo que es su concierto para piano y orquesta nº 2 dedicado precisamente al médico que salvó para la humanidad el arte de Rachmaninov. La Sinfonía nº 1, en su tiempo, era de alto vuelo orquestal y por demás exigente interpretativamente hablando. Nunca más se tocó la obra en vida del autor. Luego de su muerte y con aportes de otros maestros en el arte de componer que quitaron los momentos que hubieran podido generar l incomprensión del oyente en su estreno, volvió a las salas de concierto y hoy es una página sinfónica de reconocido valor.
Yeni, por supuesto estudió la obra, puso valor y decidió intentar su exposición para el público local. Comienzo sombrío, luego un sólido “allegro” que contiene un hermoso solo de oboe por Emilio Lépez, seguido de otro “allegro animato” con un motivo que Rachmaninov usó en obras posteriores. Llegó un lírico larghetto en el cual se lucieron los primeros violonchelos de la orquesta Andriy Chornyy y Eugenio Bucello para finalizar con un “allegro con fuoco” apasionado, viril, pujante como quien busca mostrar el triunfo. Verdadero lucimiento para orquesta y directora.