Menu principal

 

 

¡AL COLON!

 

Teatro Colón

Domingo 9 de Julio de 2017

 

Escribe: Donato Decina

 

 

Concierto Sinfónico-Vocal con Semi Montaje Escénico,

Director: Lucio Bruno-Videla,

Solistas: Sebastián Sorrarain (Barítono), Trinidad Goyeneche (Mezzosoprano), Laura Delogu (Soprano).

Guión: Margarita Pollini,

Dirección Escénica: María Concepción y María de la Paz Perré.

Iluminación: Ernesto Bechara.

Efectos Especiales: Gerardo Delgado.

 

Programa:

- Mariano Pablo Rosquellas: “Marchese, Che Mai Dite?.

- Da Suoivaghi, AmatiRai”.

- Recitativo y Aria para Barítono y Orquesta Compuesto Circa 1815.

- Sinfonía “La Batalla de Ayacucho” a Doble Orquesta (Compuesta en 1832  con Edición Crítica de Lucio Bruno-Videla) - Esteban Massini: “Al Veinte y Cinco de Mayo” (Canción Compuesta en 1830 en Orquestación de Patricio Matteri).

- Vicente López y Planes-Blas Parera: Himno Nacional Argentino en versión a dos voces probablemente utilizada en su estreno absoluto reconstruida por Patricio Matteri según fuentes documentales. CCK-Sala Argentina, 9 de Julio de 2017.


NUESTRA OPINION: EXCELENTE


No pudo haber habido un mejor homenaje de la música al aniversario patrio que el de este concierto tan revelador, en donde una vez mas la incansable labor de Lucio Bruno-Videla en materia de recuperación de trabajos olvidados o casi desaparecidos. Invalorable también fue la cooperación de los descendientes de Mariano Pablo Rosquellas, hoy residentes en Bolivia, poseedores de los manuscritos originales del Recitativo y Aria “Marchese , Che mai dite. Da suolvaghi, amatirai” y , fundamentalmente, de la Sinfonía a doble Orquesta “La Batalla de Ayacucho”, eje fundamental del Concierto. Junto a estos dos pilares, una recuperación de una canción de Esteban Massini, “Al veinte y Cinco de Mayo” (Sic) (la cuál integro el repertorio de Rosquellas),  orquestada para esta ocasión por Patricio Matteri, quien también aportó una reconstrucción lo mas cercana posible al Original de Estreno del Himno Nacional Argentino.

 

  Margarita Pollini elaboró un guión el que fue actuado por Sebastián Sorrarain y Trinidad Goyeneche, quienes personificaron a Rosquellas y su esposa, Leticia de Lacy, con lo cual el publico pudo entender quien fue este cantante y compositor, figura fundamental del surgimiento del arte lirico en el Río de la Plata, residiendo en Buenos Aires por una década entre 1823 y 1833, cuando partió a Bolivia en donde residió hasta su fallecimiento Cantante, Compositor y Empresario, fue uno de los autores que  abordó el libro “El Califa de Bagdad” para convertirlo en ópera. Compartió escenarios con el gran Manuel García en Europa, con el que, seguramente, inicó su devoción por Rossini. En gira por ciudades Europeas conoció a  Leticia de Lacy, con la que contrajo matrimonio hasta tomar la decisión de cruzar el Atlántico y probar suerte en estas tierras.  Decir que se le debe el estreno absoluto de “El Barbero de Sevilla”. Primer título lírico íntegramente representado en el “Coliseo Provisional”, habla a las claras de su importancia . Ya en 1815, aun afincado en Europa,  compuso el recitativo y aria “Marchese….”, el que Sorrarain interpretó con muchísima elegancia,dedicado al infante hijo de Fernando VII, conocida por allí la noticiade que el Gral. Belgrano lo imaginaba como encabezando el trono de las Provincias Unidas. La influencia Mozartiana domina por completo esta composición y resultó por demás interesante la reconstrucción que Bruno-Videla efectuó, con instrumentación noble, logrando del conjunto armado para esta ocasión (¿Por qué no se pensó en la Orquesta Juan de Dios Filiberto o la mismísima Sinfónica Nacional?. ¿Qué nos pasa?) un muy buen empaste. Llegó el turnoluego de “Al Veinte y Cinco de Mayo”, canción alegórica de la gesta de 1810, la que encontró en Trinidad Goyeneche a la interprete ideal. Estamos ya ela década 1830 y entonces la influencia Rossiniana para esta canción es abrumadora y el rescate e instrumentación que Patricio Matteri efectuó lo deja en clara evidencia.

 

  Y llegamos al punto central:  “La Batalla de Ayacucho”. Página de 1832 para un doble dispositivo Orquestal. Cuatro Movimientos ampliamente descriptivos todos ellos. El primero un largo que vira a un Allegro Maestoso nos nuestra el paso de las tropas al campo de batalla. El segundo, Allegro Assai, describe la Batalla propiamente dicha. El tercero: Marcha Fúnebre, homenaje a los caídos y el Cuarto, Allegro, celebración de la victoria. Una orquestación inteligentísima para todos sus momentos. Uso de tambores de guerra, redoblantes. Es obvio que se pensó en cañones, aquí representados mediante efectos especiales muy buen conducidos por Gerardo Delgado.  En cuanto a la música las referencias son ineludibles. A los mencionados Mozart y Rossini, se les suma Beethoven y esta muy claro que la Sinfonía Nº 3 “Heróica” y todo lo que ella expresa en sus dos últimos movimientos, obró como inspiración. La descripción de la batalla, el dolor por los caídos (un siglo antes  de que Prokofieff lo manifestara en su imponente Alexander Nevsky) y la felicidad del triunfo grafican a las claras las intenciones de este muy buen compositor. Pensemos que es casi una sinfonía programática, cuando aun por aquí no existían  noticias de la existencia de Héctor Berlioz, por lo que hace mas interesante aun la novedad. El trabajo de Bruno-Videla al frente de la Orquesta fue de una precisión absoluta, logrando del conjunto (Intergado por elementos de las principales orquestas del país con Gustavo Mule a la cabeza como Concertino) un rendimiento superlativo, rescatando con justicia a Rosquellas compositor y dejando en claro que el Colón debería en un futuro nada lejando programar con alguno de sus conjuntos este trabajo, que harto lo merece.

 

 El cierre formal fue con una aproximación que Patricio Matteri logró de nuestro Himno Nacional, entonado Por Laura Delogu ( quien se mostró también como muy buena percusionista con el segundo de los Bombos que intervinieron en la Sinfonía) y Trinidad Goyeneche, incluyendo la estrofa “Se levanta a la faz de la Tierra una Nueva y Gloriosa Nación……”, Muy reveladora para Mí. Y luego sí el cierre informal mas apropiado:  la versión oficial de Nuestra Canción Patria, entonada con total fervor por la concurrencia.

 

  Fue interesante la labor de las Hermanas María Concepción y María de la Paz Perré, en la marcación actoral de Sorrarain y Goyeneche, vestidos a la usanza de la época del estreno de la partitura, resaltada una vez mas de manera formidable por la iluminación de Ernesto Bechara. Repito entonces, que el Colón debe tomar nota de todo esto. Tal vez, el ciclo de los Domingos a la mañana sería ideal para programarla.

 

Donato Decina