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LAS DOS OBRAS CENTRALES JUSTIFICARON EL CONCIERTO

 

 

CCK-Sala Sinfónica,

19 de Octubre de 2017.

 

Escribe: Donato Decina

 

Orquesta Filarmónica de Buenos Aires,

Director: Enrique Arturo Diemecke.

Solista: Michelle Wong (Corno Inglés).

 

Programa: Obras de Sousa, Persichetti, Copland y Gershwin.

 

NUESTRA OPINION: MUY BUENO.

 

Una nueva presentación de la Filarmónica en la Sala Sinfónica del CCK, cargada de lógicas expectativas, las que se comprobaron con una concurrencia de casi un 70 % de la capacidad de la misma. A pesar de ello, la programación ofrecida (a mi juicio) no estuvo a la altura de esas expectativas. Pensemos: Los Conciertos del CCK mantienen su gratuidad. El público asistente está compuesto mayoritariamente por personas que cuando pueden asisten a las localidades altas y de pié del Colón, ya no con la continuidad con lo que lo hacían hasta hace una década atrás, no por disconformidad con los productos ofrecidos por la sala de la calle Libertad, sino por la política de precios internacionales que se inició con la reapertura del Teatro tras su restauración, por lo que la mayoría del público del CCK, encuentra allí lo que no puede ver con continuidad en el Colón. $ 400.- para un Jubilado o un Estudiante para cuatro entradas mensuales al Teatro en localidades de pié a lo que debe sumársele gastos de traslado y ni hablar de acceder a las clásicas dos o tres porciones de Pizza con una gaseosa o un vaso de vino (el fín de fiesta mas tradicional para la gente de recursos medios a bajos), hacían suponer que podía llevarse para esta noche un programa de contenido masprofundo (Como ocurrió el año pasado con una fabulosa versión de “Petrouchka” de Stravinsky). Lo que el público encontró fue un programa ciento por ciento compuesto por música Norteamericana, de las cuáles la obra solista era un trabajo en estreno de un compositor (ya fallecido) poco difundido. La de apertura una marcha de un tradicional compositor pero de cuño absolutamente “ligero”. El comienzo de la segunda parte con tan solo una danza para ballet que integra una obra mucho mas sustanciosa (y que también está incluida en una selección o “suite” de ese ballet)  la que solo se la suele interpretar de modo individual como “encore” o “bis”. Entonces la única garantía estaba dada por la obra de cierre de la que Enrique Arturo Diemecke ha dado en otras oportunidades sobradas pruebas de excelencia interpretativa. Y claramente el final nos mostró que solo la mitad del programa satisfizo plenamente el gusto del público.

 

 El Concierto se inició con la “Marcha del Washington Post”, una celebérrima marcha compuesta en 1889 por John Philip Sousa (por ese entonces conductor de la Banda del Cuerpo de “Marines” de Estados Unidos) a pedido de los Titulares del Diario para dar marco a la ceremonia de premiación de un concurso de ensayo literario  organizado por ese medio. Su pegadiza y brillante melodía hizo que rápidamente la obra tomara vuelo propio y que en gran parte del siglo veinte fuera tomada como cortina musical para presentar eventos (fundamentalmente deportivos) no solo en E.E.U.U., sino en el mundo entero. Aquí entre nosotros, ocupó un segundo lugar en las preferencias para musicalizar todo tipo de noticiarios y transmisiones deportivas (fundamentalmente de futbol). Fue objeto de un versión muy ajustada que resaltó el brillo ya mencionado y un Diemecke muy histriónico luciéndose en el podio, pero es una página muy menor para iniciar una velada.

 

 

  A renglón seguido se acometió con el Concierto para Corno Inglés y Orquesta de Cuerdas de Vincent Persichetti, Compositor, Pianista, Director de Orquesta y Pedagogo que viviera entre 1915 y 1987  y guía en el aprendizaje de personalidades de la talla de Philip Glass. De clásica estructura de tres movimientos, su lenguaje y sus formas recuerdan (y mucho) al Concierto para Oboe y Orquesta de Richard Strauss y encontró en Michelle Wong (la interprete del instrumento de la Orquesta) a la solista ideal. Bellísimo sonido, variedad de matices, color. Extrajo a fondo todos los recursos que la partitura tiene. La cuerda de la Filarmónica tuvo su tersura, belleza y calidez que le son reconocidas para que Diemecke logre el empaste  ideal y se floree en la interpretación. Obra de plena tonalidad, prendió fuerte en el público que retribuyó con una sostenida ovación a la Interprete, el Director y el Conjunto.

 

  En consonancia con lo que todos los conjuntos están haciendo en actuaciones en lugares no habituales, no se efectuó intervalo y se continuó con la programación.

 

 Y entonces la segunda parte continuó con “Hoe Down”, danza que cierra el ballet “Rodeo” de Aaron Copland. Obra de 1942 que junto a otros tres momentos pinta la esencia de la vida rural en Estados Unidos. En el conjunto funciona notablemente, sola funciona como “bis”, ahora como comienzo de segunda parte. De todas formas, el ajuste siempre estuvo presente y el resultado fue de alta calidad.

 

  El final tuvo lugar con una magnífica versión de “Un Americano en París” de George Gershwin, con un Diemecke inspiradísimo, un conjunto absolutamente compenetrado y un rendimiento superlativo. Hubo una sostenida ovación que motivo cuatro retornos de Diemecke al escenario. Sin embargo, no concedió “Bis”. ¿Por qué no repetir “Rodeo” ahora en el lugar que le corresponde? Parece que hubo apuro por partir y esperemos que para la próxima el repertorio sea mucho mas comprometido.

 

Donato Decina