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“ANDREA CHÉNIER”

 

Teatro Colón

Martes 5 de diciembre de 2017

 

Escribe: Roberto Falcone

 


“Andrea Chénier”, drama lírico en cuatro actos, con libro de Luigi Illica y música de Umberto Giordano. Con Maria Pia Piscitelli, José Cura, Fabián Veloz, Guadalupe Barrientos, Gustavo Gibert, Emiliano Bulacios, Sergio Spina, Alejandra Malvino, Cecilia Aguirre Paz, Victor Castells, Norberto Marcos, Alejandro Meerapfel e Ivan Maier. Coreografía de Carlos Trunsky, iluminación de Rubén Conde, escenografía de Emilio Basaldúa, supervisión de vestuario de Eduardo Caldirola y “régie” de Matías Cambiasso. Coro (Miguel Martínez) y Orquesta Estables del Teatro Colón (Christian Badea).

 

 
El Teatro Colon, cierra su temporada lírica 2017 con la opera Andrea Chenier de Giordano.


Desde mediados de año, esta producción viene sufriendo contratiempos y modificaciones. Primero, la baja del trio protagónico de cantantes  y el director de orquesta convocados (Marcelo Álvarez, Roberto Frontali, Anna Pirozzi y Donato Renzetti). A último momento, cuando los ensayos estaban por comenzar, se produce la baja de Lucrecia Martel, directora cinematográfica convocada por Darío Loperfido, para hacer su debut en el género. Por suerte, el Colon pudo armar un elenco a la altura de lo previamente anunciado y concluir su temporada con una muy buena función de Andrea Chenier.


José Cura, interpretó el rol de Chenier con todo el oficio y la calidad de un cantante que tiene muy bien conocido el personaje. Puso el énfasis y el lirismo necesarios en cada momento en el quela partitura se lo requiere y toda su personalidad al servicio de la obra.


María Pía Piscitelli, volvió a demostrar, tal cual lo hiciera en el Argentino de La Plata, hace unos años, su belleza vocal y expresiva como Maddalena. Una voz plena de italianidad y temperamento latino, conmovió con frases magníficas como “ora soave” en el dúo del segundo acto (que por sí sola, pagaba la función), y una “Mamma morta” muy intensa y profunda en el decir.


Estupenda interpretación de Fabián Veloz, como Gerard, cada vez más consolidado en su carrera. Una voz baritonal bellísima, canta con soltura y absoluta comodidad a lo largo de todo su registro y vemos, sobre todo en la función del domingo, que esa soltura ya comienza a notarse  cada vez más, en la faz actoral. 


Andrea Chenier, es una obra que tiene 11 personajes de los llamados “secundarios”, a los que Giordano les da la oportunidad de lucimiento individual. Estos personajes fueron muy bien servidos por cantantes de nuestro medio lo que les mereció el reconocimiento del público en el saludo final.


Guadalupe Barrientos, con su generosa voz y soltura en escena interpretó una excelente Bersi, y fue bien reconocida por su entrega. Sergio Spina es un cantante indispensable en el teatro Colon para interpretar los roles de tenor ligero, como el “Incredibile”, para el caso, en Chenier. Digno sucesor  de Valori y Falzetti en la interpretación de este tipo de roles, se mostró absolutamente convincente en esta ocasión, como en tantas otras, en las que nos tocó verlo en otros roles característicos.


Gustavo Gibert, también es otro de los solventes y efectivos profesionales con los que cuenta el Colon.  Mostró un Mathieu, sobrio y efectivo, lejos del prototipo buffo con que se suele interpretar este rol. Conmovedora, Alejandra Malvino, como Madelon, en uno de los momentos más emotivos de la obra. Muy bien también Emiliano Bulacios, Ivan Maier, Alejandro Spies. Victor Castells, Norberto Marcos y Alejandro Meerapfel en sus respectivos roles.


Muy buena la concertación del Maestro Christian Badea, al frente de la Estable. A Matías Cambiasso, le tocó la tarea de hacerse cargo, a poco del estreno, de la regie de la obra. Un difícil compromiso, dada la expectativa que despertaban los rumores de lo que hubiera podido llegar a hacer Lucrecia Martel con Andrea Chenier. A favor de Cambiasso, podemos decir que vimos Andrea Chenier tal y como fue escrita y pensada por sus autores.  Nos contó la historia de la que trata la obra, fue un intérprete más de la misma como los cantantes y los músicos y no un co-autor de Andrea Chenier, como es moda entre los registas de esta ápoca. Cambiasso, es un profesional de larga trayectoria en nuestro teatro. Es del medio. No es un “paracaidista” que vino a “aggiornar” la opera con ideas fuera de contexto tratando de transferir problemáticas actuales a una obra escrita en tiempos  en los que esas problemáticas no se pensaron.  Ver, en este caso, Chenier, sin contradicciones entre texto y acción, y en la época a la que la obra se refiere, es la novedad. Seguramente, con más tiempo para elaborar las ideas, el resultado hubiera sido mejor; pero aun así, Cambiasso logro un resultado satisfactorio.

 

 

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