Inauguró la Temporada Oficial del Teatro Colón
"Tres Hermanas”, de Peter Eötvös
Teatro Colón
Viernes 16 de Marzo de 2018
Escribe: Graciela Morgenstern
Fotos: Teatro Colón. Arnaldo Colombaroli, Máximo Parpagnoli
Libreto: Claus Henneberg y Krysztof Wiernicki, basado en la obra homónima de Antón Chéjov
Elenco: Elvira Hasanagic, Anna Lapkovskaja, Jovita Vaskeviciute, Luciano Garay, Marisú Pavón, Victor Castells, Walter Schwarz, Alejandro Spies, Mario De Salvo, Hector Guedes, Carlos Ullán, Pablo Pollitzer y Santiago Martinez.
Orquesta Estable del Teatro Colón
Escenografía y vestuario: Jorge Ferrari
Iluminación: Gonzalo Córdoba
Régie: Rubén Szuchmacher.
Director de orquesta: Christian Schumann
Director adjunto: Santiago Santero
Si bien parece más acorde que la inauguración de la Temporada Lírica Oficial de un teatro de la envergadura del Colón fuera con la presentación de una ópera de las llamadas "de repertorio", fue la anteriormente postergada "Tres hermanas", de Peter Eötvös la que tuvo tal honor, en carácter de estreno americano. La obra, que consta de un prólogo y tres secuencias con texto de Claus Henneberg y Krysztof Wiernicki, basado en la obra homónima de Antón Chéjov, fue estrenada en Lyon el 13 de marzo de 1998.
La música de Peter Eötvös, sutil y detallista, refleja los sentimientos de sus protagonistas y sus vidas tediosas, cargadas de frustraciones y anhelos no concretados.
Desde el punto de vista interpretativo, puede decirse que el elenco en general, se caracterizó por su homogeneidad, encomiable desempeño vocal y entrega dramática. Y aunque todos se lucieron, cabe destacar las actuaciones de Elvira Hasanagic, Anna Lapkovskaja y Jovita Vaskeviciute como las tres hermanas y de nuestros compatriotas Marisú Pavón y Luciano Garay, como Natasha y Andrei, respectivamente.
Otro de los puntos fuertes de la función fue la orquestación, con profusa percusión y algunas cuerdas y vientos en el foso, mientras que el resto de la Orquesta Estable estaba ubicada en la parte posterior del escenario. Esta disposición presenta la dificultad de articular los dos conjuntos orquestales para lograr la sonoridad deseada. Con precisión y alto grado de profesionalismo, Christian Schumann y Santiago Santero como director adjunto, lograron este objetivo.
En lo visual, Rubén Szuchmacher realizó un trabajo superlativo, subrayando la sordidez en la vida de los personajes, sin caer en desbordes ni exageraciones pero sin soslayar detalles en la descripción de situaciones conflictivas y personalidades. Estuvo bien secundado por Jorge Ferrari, a cargo de la escenografía y vestuario y Gonzalo Córdoba, responsable de la iluminación.
Fue ésta entonces una versión interesante que destacó, como lo describe el programa de mano: "la despedida, el vacío, el deseo y el sufrimiento".
CALIFICACION: MUY BUENA
