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TOSCA, CELOS, SACRIFICIO, ABUSO DE PODER, AMOR, DRAMA.

 

Teatro Provincial.

Salta, jueves 16 de agosto de 2018.


Escribe: José Mario Carrer


Opera en tres actos.

Música de Giacomo Puccini.

Libreto de Luigi Illica y Giuseppe Giacosa.

Basado en la obra homónima de Victorien Sardou. 

 

Mónica Ferracani (FloriaTosca - soprano);

Enrique Folger (Mario Cavaradossi – tenor).

Ionut Pascu (Barón Scarpia – barítono).

Alfredo Tiseira (Sacristan).

Yamil Montero (Cesare Angelotti).

José Velardez (Spoletta).

Sebastian López (Sciarrone).

Marcos Rivadeneira (Carcelero).

Romina Santillán (Chico Pastor).

Boris Laures (Director de Escena).

 

Orquesta Sinfónica de Salta. Director Titular maestro Noam Zur.

Coro del Instituto de Música y  Danza. Director Luciano Garay.

Coro del Proyecto de Orquestas Infanto-Juveniles de Salta. Directora Cecilia Cafrune Wierna. Banda Interna: Miembros de la Orquesta Sinfónica Juvenil de Salta. Director Martín D’Elía.

Versión Semi-Escénica. Aforo 95%
   
Tres acordes imponentes y sombríos dan inicio al drama por venir. Primero la voz de Angelotti, un revolucionario escapando de las autoridades, aterrado porque está huyendo de la prisión y se esconderá en la Iglesia de Santa Andrea del Valle. La acción se desarrolla en la Roma de 1800. Luego el Sacristán quejándose de tener que limpiar los pinceles del pintor Mario Cavaradossi. En ese momento llega el artista y habla del cuadro que está pintando, una María Magdalena, cuyo rostro es sumamente parecido al de una bella mujer que el Sacristán ve llegar los domingos al servicio y que el pintor no sabe que es la hermana de su amigo Angelotti. Vuelve a mirar el cuadro, y canta la famosa aria “Recondita Armonía de bellezas diversas, es morena Floria la ardiente amada mía…” Ingresa Tosca en la estancia, alcanza a mirar el cuadro que pinta su amado Mario y celosa de la mujer que ve en la hermana de Angelotti, con sus bellos ojos azules, le pide los pinte de negro, como los suyos. Cavaradossi canta un dúo apasionado con Tosca y luego ayuda a su amigo Angelotti en su huída que se torna dramática al escuchar el cañón del castillo anunciando que el barón Scarpia, el temible jefe de policía de Roma, ha comenzado la búsqueda del penado que ha huido.
Napoleón ha sido derrotado y por tanto habrá una gran fiesta en el Palacio Farnese donde cantará Floria Tosca mientras en la Iglesia se cantará un Tedeum. Llega Scarpia a la Iglesia y por una serie de indicios sospecha que allí está escondido el prisionero Angelotti hasta que encuentra el abanico de la Marquesa de Attavanti luego de algunas preguntas concluye en que el pintor a quien siempre miró con malicia, no solo es el amante de Tosca sino que ayudó a huir a Angelotti. Scarpia se las arregla con el abanico de la Attavanti para inyectar celos en el corazón de Tosca que apesadumbrada abandona el lugar mientras se canta el Tedeum. Es justamente el momento lírico mas deslumbrante de la ópera con orquesta, coro y Scarpia convencido que Tosca puede sentirlo en el corazón y alienta su deseo carnal por ella canta “Va, Tosca” casi un murmullo cargado de lujuria sensual. Fin del primer acto.


Durante el segundo acto Scarpia medita cómo poseer a Tosca. Scarpia es un hombre brutal que cuando quiere algo lo obtiene sin importarle nada. Teje toda una historia por la cual Cavaradossi, detenido por los esbirros del jefe de la policía romana cree que Tosca habló acerca del paradero del revolucionario Angelotti. Se enteran que Napoleón ha triunfado y en consecuencia Scarpia perderá su poder. Pero antes éste ordena la muerte de Cavaradossi y aún cuando Tosca parece ceder a sus requerimientos le ordena a Spoletta la muerte del pintor. Tosca pide asistir a la “supuesta” ejecución de su amado y solicita un salvoconducto para terminado el fingido acto, pueda escapar con Cavaradossi. Es allí cuando Tosca canta una plegaria “Ella ha vivido para el arte y para el amor, llevando flores al altar con fe sincera y ahora en esta hora de dolor ¿Por qué Señor me pagas así?” Cuando Scarpia se le acerca con lascivia llevando el documento en la mano, le clava el cuchillo que minutos antes había encontrado en la mesa del Barón que cae moribundo y ahogado en su propia sangre. Tosca lo ve morir impertérrita mientras exclama que toda Roma temblaba ante el Jefe de Policía. Quita con asco de las manos del cadáver el salvoconducto y sale silenciosamente del palacio. Fin del Acto II.


Es la madrugada. Un pelotón trae al detenido Cavaradossi. Este entrega su anillo al carcelero y le pide lo deje escribir un último mensaje a su amada. Casi no puede hacerlo y comienza a recordar los bellos momentos vividos junto a su adorada Tosca “las estrellas  brillaban y la tierra respiraba el perfume de las flores; se abría la puerta del huerto y aparecía su enamorada; recuerda sus besos y sus caricias que ahora solo son el recuerdo de un sueño de amor” cuando entra Tosca y le dice todo lo sucedido con Scarpia y el salvoconducto para ambos Cavaradossi se asombra del valor de Tosca y juntos esperan lo que suponían una fingida ejecución. Esta se produce realmente, fusilan a Cavaradossi y Tosca descubre su cuerpo sin vida ejecutado por los esbirros de Scarpia, enterados que su jefe ha muerto y persiguen a Tosca que se suicida. Es la venganza de Scarpia.


He visto varias veces esta ópera, en el país y en el extranjero. Es la primera vez que la veo en una versión a mitad de camino entre versión de concierto y ópera escenografiada como corresponde. Se trata entonces de una versión denominada “semi-escenificada” y está tan bien pensada que resulta clara al oyente no iniciado. El trabajo del escenógrafo Boris Laurens es realmente impecable. Dada las características de la puesta, la orquesta está en el escenario y ello permite algo no fácil de vivir y es escuchar cada nota, cada instrumento, cada combinación tímbrica, cada intensidad, cada tempo tal cual lo pensó el genio de Puccini. Por supuesto, esta descripción no podría ser dicha si el grupo instrumental no hubiera tenido al frente a un maestro de la talla de Noam Zur que cuidó hasta el mínimo detalle lo que sucedía a sus espaldas con irreprochable conocimiento, con evidente arte musical, amplio dominio del tramado sonoro al servicio del verismo del drama pucciniano. El coro de adultos magníficamente preparado por Luciano Garay lució largamente en el espectacular Te Deum del primer acto y el de jóvenes a la altura de las circunstancias. Los papeles comprimarios, salvo alguna observación de relativa importancia estuvieron bien completando con su accionar los papeles de las figuras principales.


Deliberadamente he dejado para el final a los tres protagonistas. Mónica Ferracani la premiada soprano argentina –uno de los premios fue la distinción obtenida por parte de la Asociación de Críticos Musicales Argentinos a la que me honro en pertenecer-  compone una notable  Floria Tosca, emisión, fraseo, movimiento, con una aria conmovedora como “Vissi d’arte”, potencia, fuerza, volumen manejado de tal modo que su figura fue creciendo hasta llegar a dos momentos inolvidables: el asesinato de Scarpia y su corta frase del final ante el cadáver de Cavaradossi “é morto”. Un lujo.


Enrique Folger tiene varios pasajes importantes pero de ellos son de destacar dos arias maravillosas “Recondita Armonía” que se canta ante el cuadro de la Madonna que como Mario Cavaradossi está pintando y sobre el final, sus recuerdos del amor que lo une a Tosca “E lucevan le stelle”. Su musicalidad, su técnica altamente dotada le permitió emocionar profundamente al oyente sobre todo en la segunda de sus arias.


Finalmente la poderosa voz del barítono rumano Ionut Pascu componiendo un Scarpia que está pensado como el centro deleznable de la obra y lo logra ampliamente. Afinado, sin fisuras, rotundo, irónico, despreciable, convencido que el poder que maneja en sus manos le permite alcanzar cualquier objetivo, todo eso lo logra no solo con convicción sino que hasta llega a provocar la furia del oyente que solo espera el peor final como en verdad le ocurre. Gran cantante. Es su primera visita a Suramérica. Todo conforma un espectáculo que debe enorgullecer a los responsables de la Cultura local.