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Aspectos positivos y negativos

 

LOS HECHOS DESTACADOS DE LA TEMPORADA LÍRICA

Miercoles 26 de diciembre de 2018

Escribe: Carlos Ernesto Ure

 

1 - Dirigida por Daniel Barenboim al frente de la Staatskapelle de Berlín, la presentación de “Tristán e Isolda” en el Colón, en Julio, constituyó sin lugar a dudas el acontecimiento mayor de la temporada lírica de este año. Una orquesta y un conductor de rara excelencia, dos sopranos de primer rango mundial que alternaron en el desgastante papel protagónico (Anja Kampe e Irene Theorin, con ventaja para la primera) y una exquisita Brangäne (Angela Denoke) formaron parte de la producción de la Ópera del Estado de la capital alemana, contratada de manera completa por la sala de la calle Libertad. Es cierto que el costo de las cuatro funciones fue muy alto (pasajes, viáticos, “cachets”, estadías, transporte de decorados, seguros), todo para más de un centenar de personas, pero los resultados lo justificaron plenamente, pues estas representaciones del “gran drama del amor y de la muerte” marcaron verdaderamente un hito perdurable en la trayectoria de nuestro primer coliseo.

 

2 - Emergiendo de un prolongado silencio, y en coproducción con Nuova Harmonia, el Argentino ofreció en Noviembre en el teatro Coliseo la opereta (o comedia musical) “Candide”, de Leonard Bernstein. Homenaje al compositor estadounidense con motivo de conmemorarse cien años de su nacimiento, el demorado estreno en nuestro medio de este trabajo inspirado en Voltaire permitió que el público local tuviera acceso a una pieza de 1936, muy celebrada en el exterior. Por encima de cualquier otro aspecto, lo que distinguió a esta “première” fue la puesta presidida por Rubén Szuchmacher, dinámica en la acción y movimiento de múltiples personajes, colorida, muy imaginativa.

 

3 - También en Noviembre y después de ochenta y un años de ausencia de las carteleras porteñas, en el teatro Avenida se dio “Hamlet. Organizada por Juventus Lyrica, entidad de labor tan importante en la promoción de artistas y títulos, el evento exhibió toda la belleza de la música de Ambroise Thomas, su refinamiento francés, su agradable melodismo. La “régie” de María Jaunarena, desde ya difícil debido a los meandros de la tragedia de Shakespeare, acreditó inteligente funcionalidad, el elenco vocal fue parejo y en el podio Hernán Schvartzman se manejó con fluidez. “Hamlet” (o “Amleto” como se la llamaba en tiempos de Titta Ruffo) formó parte del “cartellone” del Colón en la temporada inaugural de 1908.

 

4 - La “mise-en-scène” de “Aida” perteneciente a Roberto Oswald, suntuosa, del mejor estilo “grand-spectacle” fue repuesta en el Colón en Mayo y Junio por Aníbal Lápiz, su estrecho colaborador de tantos años (siete funciones). Ópera popular por donde se la mire, en la interpretación del trabajo verdiano sobresalió Latonia Moore, soprano de Houston de notable color y tersura que encarnó a la esclava etíope con plena convicción vocal.

 

5 - La famosa Anna Netrebko, figura de primerísima línea en el “jet set” internacional del canto, plena de “glamour” y de tantas anécdotas que la rodean, visitó por primera vez nuestro país en Agosto. Acompañada por su nueva pareja, el tenor argelino Yusif Eivazov, la soprano rusa, que intenta abordar ahora un repertorio más pesado, transitó con magnífico nivel por páginas bien conocidas de Verdi, de Puccini y Leoncavallo, frente a un público enfervorizado, que la aclamó con gran suceso.

 

6 - Otro cantante de muy alto rango en el panorama universal de la ópera, Juan Diego Flórez, brindó en Septiembre un recital de excelente categoría, también en el Colón. El tenor peruano, lírico ligero, sobresalió sobre todo en las páginas más afines a su registro, y culminó la velada con una traducción de fuerte impacto de la endiablada “Ah! mes amis”, de “La Fille du Regiment”, de Donizetti.

 

7 - Siempre en el terreno lírico, cabe encomiar una vez más la relevante tarea de la Academia Bach de Buenos Aires, que bajo la dirección del maestro Mario Videla, ya en su trigésimo sexta temporada continuó difundiendo las cantatas del inigualable “Kantor” de Santo Tomás de Leipzig y creaciones cantadas de otros compositores de la época, todo en un alto nivel de calidad y pureza estilística.

 

8 - Ya en Diciembre, otro estreno importante porque posibilitó el contacto directo con la creación contemporánea. “Powder her face” (1995), ópera en dos actos un tanto extensa, es una obra primeriza del significativo músico británico Thomas Adès, enderezada al escándalo (que generó de verdad, porque en ocasiones fue prohibida), cuyo discurso sonoro es por lo general violento, polimodal, cargado de disonancias y de una instrumentación llamativa. El Colón la presentó en el teatro 25 de Mayo, con puesta en escena absolutamente aceitada por Marcelo Lombardero y Daniela Tabernig en el penetrante personaje de la relajada duquesa de Argyll.

 

9 Dentro de la pobre programación del Colón en cuanto al número de títulos melodramáticos (siete en total cuando en 1926 se hacían treinta), los ciclos de abono culminaron con “Norma”, producción gratamente encuadrada por Mario Pontiggia que permitió conocer a Annalisa Stroppa, mezzo de metal cálido, impecablemente colocado, y especialmente a Anna Pirozzi. Dueña de una carrera de no muchos años, la soprano italiana, elemento en vertiginoso ascenso, sorprendió debido a su formidable caudal, intensidad y frescura, el color y la naturaleza de la emisión.

 

10 - No puede soslayarse por último la lamentable situación del teatro Argentino, de La Plata. Desde ya uno de los recintos más importantes de todo el continente, conflictos internos y una conducción para nada eficaz en orden a resultados, desembocaron finalmente en su cierre. Las autoridades explicaron que ello obedeció a la necesidad de realizar refacciones. El hecho es que aparte de “Candide” y una representación tempranera de “Così fan tutte” en el Roma, de Avellaneda, fueron esporádicas las actuaciones de la orquesta y el ballet, fuera de sede. Falta de ideas, de programación, de iniciativas de interés, lo cierto es que el gobierno de la provincia abona puntualmente su sueldo los doce meses del año a la orquesta y el coro estables, el cuerpo de baile, sectores técnicos y administrativos, maestros internos, todo esto para que hagan qué? No podría hablarse acaso de la comisión del delito de malversación de caudales públicos?

 

Carlos Ernesto Ure