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“Nuova Harmonía” e “Italia XXI”, Temporada 2019.

 

DOS EJES QUE SE ENLAZAN CON MUY BUENA MUSICA

 

Teatro Coliseo,

Martes 21 de Mayo de 2019.

 

Escribe: Donato Decina

 

 

Presentación del Dúo de Cámara: Francesco D’Orazio (Violín)-GiampaoloNuti (Piano)

Programa: Obras de Stravinsky, Berio; Rota, Adams, Bolcom y Ravel. 

 

NUESTRA OPINION: MUY BUENO.
                                                               
Si hay un rasgo distintivo en “Nuova Harmonía” en el correr del tiempo es la presencia constante de muy buenas formaciones de cámara en sus programaciones, muchas veces venidas a través del Servicio Exterior del Gobierno litaliano (caso al que hoy me referiré) las que también se incluyen sin excepción en la programación de Italia XXI desde el año pasado.  En esta oportunidad, el escenario del Coliseo albergó al Dúo conformado por el Violinista Francesco D’Orazio,  oriundo de Bari y portador de una amplísima foja de servicios que incluye, entre otros hitos, las primeras audiciones italianas de obras de compositores de finales de  siglo xx y comienzos del XXI que van desde el atonalísmo al minimalismo. Y junto a el, Francesco Nuti, pianísta oriundo de Florencia y también como D’Orazio, portador de una interesante trayectoria.. Con estos antecedentes no resultó extraño la inclusión en el programa de Obras de compositores de esos períodos y dos consagrados en las puntas del programa: Stravinsky al Comienzo y Ravel al final. Las dos partes tuvieron dos hilos conductores bien definidos: Italia el Primero y el Jazz en el segundo, con la inclusión de composiciones en donde esa forma domina.


Así comenzamos escuchando la “Suite Italiana” para Violín y piano de Igor Stravinsky, compuesta por fragmentos de su célebre Ballet “Pulcinella” compuesto en estilo neoclásico y basado en obras de Giovanni Battista Pergolesi. D’Orazio comenzó la interpretación de un modo destemplado,  Nuti en cambio mostró solidez interpretativa desde el vamos. Las cosas mejoraron sensiblemente a partir de las “Due Pezzi” para Violin y Piano de Luciano Berio, obra de 1951, revisada en 1968,  surgida con Luigi Dallapiccola como referencia de origen. Magníficamente presentadas, se constituyeron en el primer momento fuerte de la noche. La culminación de este segmento tuvo como protagonista a Nino Rota y su “Improviso” “Un Diavolo Sentmentale”. Prácticamente no hay división aquí entre el Rota clásico y  el mas popular. Imposible no remitirse a sus melodías mas conocidas y por supuesto surgió el infaltable toque nostálgico, marcado de manera exácta por los intérpretes.

 

  La segunda parte nos trajo la presencia de dos compositores de origen Norteaméricano. John Adams, uno de los máximos cultores del minimalismo, a través de Road Movies (Películas de carretera), obra comisionada por la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos. El tema vertiginoso, la inteligencia en la construcción del fragmento y las formidables técnica y cumplimentación entre ambos músicos, dieron por resultado una muy interesante audición muy bien recibida por el público. Otro tanto ocurrió con “Graceful Ghost Rag” de William Bolcom, variaciones en tiempo de rag en donde ambos se florearon de modo exquisito y culminar con la Sonata para Violín y Piano en Sol menor de Ravel, totalmente dominada por el Jazz, con solidez, entendimiento y formidable técnica por parte de ámbos.

 

  Si bien puede decirse que fue un breve programa, gustó y mucho, por lo que los interpretes se vieron obligados a conceder tres notables bises que fueron desde el Jazz a un compositor Italiano, regresando al origen del Concierto: “AH-LEU-CHA” de Charlie Parker, la famosísima “Dama Sofisticada” del gran Duke Ellington y un curioso y contundente cierre con la brevisima pero dominante “Per Caterina” de Bruno Maderna. Sea esta última muy bienvenida.

 

Donato Decina