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Recital de Elina Garanča

Teatro Colón

Miércoles 19 de junio de 2019

 

Escribe:Roberto Falcone

 

 

El pasado miércoles 19 de junio, se presentó por primera vez en el Teatro Colón, la mezzosoprano letona Elina Garanča, una de las grandes figuras de le lírica actual.


A sala colmada, Garanča supo ganarse el favor del público ofreciendo un programa variado y con algunas licencias.


Sin duda alguna, esta artista tiene todas las condiciones, que en estos tiempos, un cantante lírico debe reunir para llegar a esa cima, a las que pocos arriban: buena técnica, soltura escénica, carisma y belleza física.  No obstante, y al igual que otros cantantes actuales de su misma categoría, su arte no está en el decir. Su interpretación pasa más por lo visual (gestos, movimientos, actitudes), que por lo que pueda transmitir con el canto, (emoción, sentimiento, expresividad). Su voz es bella y generosa en la zona aguda y  central; no lo es tanto en los graves, que desdibujan un poco la homogeneidad de todo su registro. Lo que explica que se la oyera tan bien en un aria para soprano;  “Io son l’umile ancella”, de la Adriana Lecouvreur de Cilea, y en “No puede ser” de La tabernera del puerto, de Sorozabal, escrita para tenor.


Se lució en los fragmentos de Carmen, de Bizet, obra que ha cantado en los teatros más importantes del mundo. Eficientes, pero no deslumbrantes fueron su interpretación de las arias de Cavalleria Rusticana, Sanson y Dalila y el aria para el personaje de La princesa de Bouillion, de Adriana Lecouvreur.


Radicada en España, Elina Garanča habla perfectamente el idioma español, lo que le permite abordar las romanzas de zarzuela que cantó con perfecta dicción (“Canción de Paloma”, de El Barberillo de Lavapiés, de Asenjo Barbieri; “De España vengo”,de El niño judío, de Luna, en los bises, “Carceleras”, de Las hijas del Zebedeo, de Chapí, y la ya mencionada Tabernera del puerto), aunque sin la gracia española que es propia de ese género.


Muy bien cantado y festejado por el público, fue su interpretación de “El día que me quieras”, de Gardel y Le Pera.  Cerró su participación con “Granada” de Agustín Lara, que también fue muy bien recibida.
Acompañó a la cantante, la OFBA, dirigida por el maestro Arturo Diemecke, que interpretaron sin mayor lucimiento, y hasta con algún abucheo, la Obertura de “Orfeo en los infiernos” de Offenbach, la“Bacanal” de Sanson y Dalila, de Saint Saens y el Preludio, de Carmen, de Bizet.


En resumen, un buen concierto de una artista importante de esta era audiovisual.