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“Un re in ascolto”, deBerio, por el Teatro  Argentino de La Plata

 

La Usina del Arte

Sábado 6 de Julio de 2019


Escribe:  Néstor Echevarría


“Un re in ascolto”, Libreto de Italo Calvino, Wystan Hugh Auden y Friedrich Gotter y música de Luciano Berio.

Produccion del Teatro Argentino de La Plata

Dirección musical: Pablo Drucker.

Dirección del coro: Hernán Sánchez Arteaga.

Dirección escénica: Martin Bauer

Vestaurio:  Gonzalo Giacchino

Iluminación :Matias Sendon.

Cantantes: Victor Torres, Carlos Natale, Hernán Iturralde, Patricia Deleo entre otros.

Teatro Argentino de la Plata en el auditorio de la Usina del Arte


El estreno americano producido por el Teatro Argentino de La Plata el sábado 6 de julio en el auditorio de la Usina del Arte, en el trascurso de una brevísima temporada como viene sucediendo desde hace un par de años, fuera de su propio ámbito y contexto urbano ( se habla de una re-funcionalización de sus localidades, cambios de butacas, mejora del escenario, etc., según ha trascendido)  hizo que  “Un re in ascolto” (“ Un rey en escucha” seria la traducción literal) del italiano Luciano Berio (1925-2003) se presentara en ese ámbito porteño, casi lindero con la Autopìsta, en el barrio de la Boca.


Ahora bien, ya reunida la gente en la sala, y ubicada la orquesta, el coro y los solistas, un representante de los cuerpos artísticos del coliseo platense tomó la palabra  desde el escenario haciendo referencia a la situación que se vive en el Argentino, manifestando su repudio y exigiendo la destitución  del director general Martin Bauer, presente en la sala, con acusaciones serias y criticas de su gestión. La nota fue dirigida a las autoridades de la Provincia de Buenos Aires, de la cual depende el teatro. Esto generó nutridos aplausos por parte del público presente.


Con este introito insólito, empezó la función que duró de corrido una hora y media aproximadamente. Pero yendo a la fuente original de Berio, que  se basó en una idea de Italo Calvino con la  alusión también a “El acto de escuchar” de Roland Barthes y también se entronca Shakespeare en su “Tempestad”, en esa suerte de ecléctica conjunción que Berio siempre nos presenta en su obra singular y personal sin dudas ,que llevó al reconocido intelectual y semiólogo compatriota suyo, Umberto Eco, a  considerar sus trabajos como expresiones de ”obra abierta”  con una visión múltiple en sus acciones y efectos.


Berio la compuso entre finales de los años setenta y principios de la siguiente década ,de manera de llegar al estreno en 1984 en el Festival de Salzburgo, con dirección nada menos que de nuestro recordado Lorin Maazel, que unos pocos años después hizo la grabación completa de la opera con el protagonismo del también recordado Theo Adam (que cantó en “Parsifal” en el Colon mucho antes,en la temporada 1969) En ocasión de aquel estreno mundial salzburgués, la puesta escénica fue del conocido director teatral Gotz Friedrich y la escenografía del también prestigioso Gunther Schneider-Siemssen.


Ahora bien, esto deja la reflexión flotando de porque el Argentino de la Plata la convirtió mas bien en el formato en una cantata u oratorio, donde su orquesta cumplió una muy digna labor, con la batuta cada vez mas creciente de Pablo Drucker y una esmerada y prolija dirección coral de Hernán Sánchez Arteaga. Incluso los solistas, ubicadas en los flancos, y Victor Torres, en cabal cometido, entre los músicos (como Prospero, el rey), bien asimismo Carlos Natale (Director) Hernán Iturralde(Viernes) y Patricia Deleo ( la protagonista) , Marisú Pavon (soprano primera) y Fabiola Massino (soprano segunda) entre otros intérpretes cuya mención  cabe por el empeñoso cometido en sus breves  papeles, como Verónica Cánaves, Miguel Angel Lescano, Alfredo Martinez, Victor Castells, Ximena Ibarrolaza, Maria Inés Franco, Maximiliano Agatiello, Walter Schwarz y Lucia Zapata.


Pero si la ejecución tendió a mostrar amplia dignidad musical hacia la creación de Berio, con todos los efectos de polifonía, y siempre ese carácter experimental de su producción. comoun pionero también de la música electrónica y una producción multidimensional vasta, y de diversidad genérica, también cabe sopesaralgo importante aquí. Por ejemplo, aquello de que Berio no quería llamarla opera sino una “azione musicale” (acción musical), y entonces reflexionar si no hubiese requerido otra forma de propuesta. Un tema para analizar este que comento.


Por lo tanto, al figurar el mencionado Martin Bauer  a cargo –según el programa de mano- de la Dirección Escénica  presupone imaginar una propuesta  y enfoque más condigno con el sustrato, desde ese ángulo y mirada, el del accionar musical y escénico.


Por todo lo dicho, y como contrafigura, la ejecución de músicos, cantantes y coreutas vale  –sobre todo-  como una traducción musical digna y un trabajo de preparación bien competente.Tanto de los integrantes de la orquesta y del coro ,como de los solistas intervinientes, cuyo desenvolvimiento cabe destacarlo.


Calificación: Bueno

 

Néstor Echevarría