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GUSTAV HOLST NO ES SOLO SINONIMO DE “LOS PLANETAS”

CCK-Auditorio Nacional

Miércoles 18 de Septiembre19 de 20

 

Escribe: Donato Decina

 

 

Mozarteum Argentino, Temporada 2019:

Presentación de la Orquesta de Cámara del Congreso de la Nación.

Programa dedicado aobras del compositor inglés Gustav Holst (1874-1934).

Incluye el estreno argentino de la ópera “Savitri”.

Intérpretes :JaquelinaLivieri (Savitri), Carlos Ullán (Satyavan), Gustavo Gibert  (La Muerte). Sección Femenina del Coro Nacionalde Jóvenes: Sub-director a cargo: Pablo Banchi.

Piano: María Inés Natalucci.

Dirección Musical: Sebastiano de Filippi. 

Decimotercer Concierto del Ciclo “Conciertos del Mediodía”, con el auspicio de la “Holst Foundation” de Londres.

 

NUESTRA OPINION: EXCELENTE.

 

Desde hace 60 años, el Mozarteum Argentino presenta en días Miércoles sus tradicionales “Conciertos del Mediodía”, espacio concebido como la posibilidad de un “recreo espiritual” en medio de la jornada laboral, aun cuando en estos tiempos disponer de esa hora de descanso  es para muchos un bien escaso. Desde hace poco tiempo, el Ciclo se desarrolla en el “Auditorio Nacional” del CCK. El público demostró su interés llenando apreciablemente la sala. Nadie salió defraudado.

 

  La inquietud de Sebastiano de Filippi por incrementar el repertorio de la Orquesta de Cámara del Congreso de la Nación (de la que hace seis años es su titular), lo llevó a dar con una partitura de Gustav  Holst  desconocida entre Ntros.: “Savitri”, una ópera muy breve para tres personajes, coro femenino y pequeña orquesta inspirada en un episodio del “Mahabharata” (libro de la filosofía Hindú). Trata sobre la historia de la joven esposa de un leñador a quien se le aparece la muerte anunciándole que se llevará a su esposo. La joven narra su felicidad  junto al leñador, lo que podría acontecerle si este le faltase y que ante esto,  su felicidad no sería completa sin su esposo al lado suyo, arrancándole entonces a la muerte la promesa de mantenerlo vivo. Al regresar el leñador al hogar, la muerte no cumple el compromiso y se lo lleva. La joven Savitri le reprocha el no acatar lo prometido, la muerte cede, Satyavan (el leñador) recobra vida y se une junto a su joven mujer mientras la muerte parte.

 

  La partitura es intensa, muy rica en sonoridades, incluso aquellas en las que solo interviene la voz humana, como al comienzo en que la Muerte y Savitri inician la ópera entonando “a capella”. Pasajes de fuerte intensidad dramática, otros de intimidad que grafican una gran espiritualidad, estableciendo una fuerte conexión entre Savitri y los dos protagonistas masculinos. Los textos del “Mahabharata”, adaptados por el propio Holst, son de una inmensa riqueza. Me atrevo a decir que se anticipa de algún modo al  Britten que aquí conocimos en “Curlew River” (ésta, fábula de iglesia) y a la actualidad, como se pudo apreciar en “Nanóperas”.  La obra dura unos veinticinco minutos y sacude al espectador por su contundencia. Sebastiano de Filippi desarrolló una tarea espectacular, tuvo plena conexión con las voces, guió a la sección femenina del Coro Nacional de Jóvenes de manera impecable y le extrajo a la Orquesta todo lo mejor. Exhibió toda la paleta de color que la partitura contiene y redondeó una faena impresionante. En cuanto a las voces, las que además lucieron vestimentas acordes y actuaron en semi-montaje, estupendamente resaltadas por los iluminadores del CCK, Gustavo Gibert expuso de modo espectacular su oficio y sus cualidades interpretativas como “La Muerte”, con fuerte presencia escénica y graves estupendos. Carlos Ullán como “Satyavan” (Esposo y leñador), rol que le quedó como anillo al dedo, cumplió con creces con muy buenas respuestas en los pasajes de fuerte carga dramática y supo decir. Jaquelina Livieri fue “La Protagonista”. Se compenetró absolutamente con el rol, desplegó todo su potencial vocal, actuó estupendamente y no se guardó nada. No sintió el ser el eje permanente de toda la obra.

 

  El inicio trajo además un agregado muy oportuno, también relacionado con la cultura Hindú. Dado que como recién lo expuse “Savitri” se inicia “a capella”, se insertó previamente  el “Himno de los Viajeros” que integra el Op. 58 del compositor, en una versión para Coro Femenino y Piano (el original es para arpa). Aquí de Filippi condujo a las voces y el piano estuvo a cargo de Ntra. bien conocida María Inés Natalucci. Fue una versión muy bella, plena de sonoridad y luz, bien llevada por de Filippi junto a la sobria interpretación al piano de Natalucci. La composición forma parte del tercer grupo de los 14 Himnos Corales del Rig Veda, texto védico de un período estimado entre el 1500 al 1200 antes de Crísto. Evoca el viaje de la vida y su música (del mismo período que comprende a “Savitri”) es muy similar a la del final de la ópera, por lo que inteligentemente se inició con este Himno y sín solución de continuidad se dio paso a la ópera con su comienzo “a cappella”.

 

  Hubo una primera parte en la cual la Orquesta inició la velada con la Suite “St. Paul” que Holst compusiera también por aquellos años (1913), dándole ese nombre en dedicatoria al Colegio de Niñas en el que ejerciera el cargo de Director del departamento de música.  Son cuatro números en los que rescata danzas y melodías de la música folcklórica inglesa.  El las dispone en “Giga” (originalmente “Jig” en Inglés), un “Ostinato” en el cuál una melodía es trabajada al máximo. Un “Intermezzo” que es  iniciado  por un exigido solo de violín magníficamente resuelto por el Concertino Pablo Pereira  y el cierre con un “Dargason” melodía Inglesa que además es citada en una de las más famosas canciones de la Inglaterra del siglo XVI. Orquesta y Director llevaron aquí a cabo una memorable faena en una versión sin falla alguna. Por todo lo que acabo de exponerles, saludo con mi mayor elogio a los intérpretes y felicito junto a ellos al Mozarteum, quien una vez más estuvo a la altura de su trayectoria.

 

Donato Decina