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Presentación de Thomas Hampson y Luca Pisaroni en el Colón


BARÍTONOS DE PIES A CABEZA


Teatro Colón
Viernes 4 de octubre de 2109


Escribe: Martha Cora Eliseht

Fotos: Arnaldo Colombaroli

 

 

El pasado viernes 4 del corriente tuvo lugar en el Teatro Colón la presentación del espectáculo “NO SE ADMITEN TENORES” (NO TENORS ALLOWED) dentro del Ciclo de Grandes Intérpretes Internacionales organizado por dicho coliseo, con la participación de dos de los principales barítonos de la actualidad: Thomas Hampson y Luca Pisaroni -suegro y yerno en la vida real, respectivamente-, acompañados por el pianista austríaco Christian Koch.


El programa se dividió en dos partes: la primera, formada por arias de ópera, y la segunda, por canzonettas napolitanas, arias de opereta y canciones de comedias musicales de Broadway. Dentro de la primera parte se ejecutaron las siguientes obras: “Non piú andrai” y “Hai quá vinta la causa” de “LAS BODAS DE FÍGARO”, de Wolfgang Amadeus Mozart (1756-1791); “Madamina, il catalogo é questo” “Eh, vía bufone” y “Den vieni alla finestra” de “DON GIOVANNI”; el dúo “Il rival… suoni la tomba” de “I PURITANI” de Vincenzo Bellini (1801-1835); Intermezzo de “I PAGLIACCI” de Ruggiero Leoncavallo (1857-1919) y el dúo “Restate” de “DON CARLO” de Giuseppe Verdi (1813-1901). La segunda parte comprendió las siguientes obras: Musica proibita, de Stanislao Gastaldon (1861-1939); Lolita, de Arturo Buzzi- Peccia (1854-1943); “O Vatrrland” de “LA VIUDA ALEGRE” de Franz Lehar (1870-1948); “Where is the live that late I led?” de “KISS ME, KATE” de Cole Porter (1891-1964); “And this is myy beloved” de “KISMET” de Robert Wright (1914-2005) y George Forrest (1915-1999); “Somewhere over the rainbow” de “EL MAGO DE OZ” de Harold Ailen (1905-1986); “Just another rhumba” de “A DAMSEL IN DISTRESS” de George Gershwin (1898-1937); “Roses of Picardy” del compositor inglés Haydn Wood (1882-1959); “Night and Day”de “THE GAY DIVORCE” de Cole Porter (1891-1964) y “Anything you can do” de “ANNE GET YOUR GUN” de Irving Berlin (1888-1989).


Ambos barítonos visitaron anteriormente la Argentina, pero ésta era su primera presentación en el Colón. En el caso de Luca Pisaroni, él mismo narró en un perfecto castellano que visitó nuestro país por primera vez en 2002 para tomar un curso de perfeccionamiento por dos años. Y Thomas Hampson ofreció en 2007 un recital en el Teatro Coliseo –hay que recordar que el Colón estaba cerrado por refacciones y remodelación para esa fecha- , donde cautivó con su maestría y sus prodigiosas cualidades vocales al público argentino. Ambos demostraron no sólo ser dos excelentes barítonos de consabida fama mundial en escena, sino también dos showman sobre el escenario, donde interactuaron todo el tiempo entre sí y con el pianista Christian Koch, que se reveló como un extraordinario pianista acompañante. A este último se lo pudo apreciar como solista en el Intermezzo de “I PAGLIACCI” y en “Somewhere over the rainbow”, donde se desempeñó como un magnífico intérprete. Un pianista con mayúsculas.


Quien abrió el recital fue Luca Pisaroini con la célebre aria de Fígaro en “LAS BODAS DE FÍGARO” de Mozart. No sólo es un excelente bajo- barítono, sino un muy buen actor. Cuando interpretó el aria de Leoporello (“Madamina, il catalogo é questo” de “DON GIOVANNI”) interactuó dando y besando las manos de las damas que estaban sentadas en la primera fila de la platea (tanto rubias como castañas, biondas é brunas) y se ganó el cariño del público. Posee una voz más joven y fresca, pero muy bien colocada, mientras que la de Thomas Hampson es más aplomada y madura. No obstante, este último aún posee una excelente coloratura, que se caracteriza por ser todavía ágil –cualidad que se pierde a medida que avanza la edad-. Y ambos lograron unas versiones magistrales de los dúos de I PURITANI (“Il rival… Suoni la tomba”) y de DON GIOVANNI “(eh via bufone”). Pero el plato fuerte de la noche fue el dúo de DON CARLO (“Restate”) entre Moya (Thomas Hampson) y el Rey Felipe II (Luca Pisaroni), logrando una profundidad de sonido y vocalización característicos del mencionado drama verdiano. Hampson se lució como Don Giovanni en “Den vieni alla finestra”, donde hizo gala de su maestría habitual. Puede que haya gritado un poco en su interpretación del Conde de Almaviva (“Hai giá vinta la causa”), pero quien lo ha escuchado en grabaciones previas y en las transmisiones del Metropolitan en HD se da cuenta que su voz posee la misma característica. Probablemente, se deba más a un tema de temperamento apasionado que a una ligera deficiencia vocal. No se pueden negar sus magníficas dotes histriónicas y su impecable línea de canto, que persisten con el correr del tiempo –tiene 64 años, mientras que Pisaroni, 42-. El público respondió con un aplauso sostenido y numerosos vítores.


Al igual que en la primera parte del concierto, Luca Pisaroni abrió la segunda parte interpretando dos canciones populares italianas: Musica proibita de Stanislao Gasdtaldon y Lolita, de Arturo Buzzi- Peccia. La primera corresponde al canto de una niña, a quien su madre le prohíbe entonar una canción de amor que un chico le dedica a modo de serenata, mientras que la segunda es una canción española. El barítono italiano hizo gala de sus excelentes cualidades vocales y dotes histriónicas, logrando una gran interpretación. Acto seguido, Thomas Hampson encarnó al Conde Danilo en “O Vaterland” de LA VIUDA ALEGRE, caracterizado por estar siempre borracho. Lo hizo con su habitual maestría y dominio escénico, haciendo alarde de su capacidad actoral. Y siguió con el primer número de las numerosas canciones de comedia musical incorporadas en esta parte: “Where is the life that late I led?” de “KISS ME, KATE”, compuesta por Belia y Samuel Spewack con música de Cole Porter. Está basada en “La Fierecilla domada” de Shakespeare y hace alusión a la vida que llevaba Petruchio antes de casarse con Catalina. El público acompañó su interpretación con un cálido aplauso, tras el cual el recital continuó con el dúo de KISMET “And this is my beloved”, basado en el Cuarteto para cuerdas n° 2 de Alexander Borodin. Ambos lograron una soberbia compaginación, que fue muy aplaudida por el público. Posteriormente a la estupenda interpretación en piano de “Somewhwre over the rainbow”, Thomas Hampson continuó con una célebre canción inglesa: Roses of Picardy, compuesta en 1916 por Haydn Wood con letra de Frederick Weatherly. Era la canción de los soldados británicos que iban a combatir al continente durante la Primera Guerra Mundial y adquirió gran popularidad. Según opinión personal de quien escribe, fue la mejor interpretación de Hampson –previa a los numerosos bises luego del recital- en esta segunda parte. Seguidamente, Luca Pisaroni brindó una magnífica versión de “Just another rhumba” de Gershwin, luciéndose vocal y actoralmente. El recital culminó con dos dúos: la célebre Night and Day de Cole Porter y Anything you csn do de Irving Berlin. No sólo fueron versiones de gran calidad, sino que en esta última Thomas Hampson ofreció un cierre con falsete que fue magistral. La ovación fue total y se puede decir que comenzó la tercera parte del recital, compuesta por cinco bises. Comenzó Luca Pisaroni –dirigiéndose al público en un perfecto castellano y sintiéndose un privilegiado por haber cantado sobre el escenario del Colón- quien, tras haberse metido en el bolsillo al público, cantó un aria que está reservada habitualmente a los tenores: Mamma, de Bixio. Lo hizo con su impecable línea de canto y lo siguió Thomas Hampson con otro clásico de Cole Porter: Begin the Beguin, que fue interpretada con su habitual maestría y que –al igual que en la mencionada canción de Berlin- remató también con un contundente falsete, que hizo ovacionar al público.


A continuación, Luca Pisaroni ofreció una excelente versión de “La calunnia é un venticello” de EL BARBERO DE SEVILLA de Rossini. Christian Koch demostró una vez más sus excelentes dotes de pianista acompañante, mientras que Pisaroni hizo gala de una coloratura magnífica y fresca, que sorprendió al auditorio. Le siguió Thomas Hampson en el aria “Pietá, rispeto, amore” de MACBETH, de Verdi, donde se lució en la interpretación del personaje shakesperiano como barítono dramático. Fue de un nivel de excelencia vocal y actoral y se retiró ovacionado. Y, cuando todos pensaron que los bises se habían terminado, los intérpretes y el pianista regresaron al escenario para cerrar con el dúo de Pasquale y Malatesta de DON PASQUALE, de Gaetano Donizetti, que será recordado como un auténtica lección de bel canto: magnífica interpretación, una coloratura versátil, dinámica y ágil por parte de ambos, pero lo más sorprendente es que a pesar de ser un barítono dramático, Thomas Hampson aún conserva estas cualidades. Y desde el punto de vista actoral, sublime. Hasta tal punto, que el Colón se vino abajo en aplausos y vítores una vez más y tuvieron que repetir los últimos treinta compases finales de la mencionada aria.


A diferencia de otros recitales donde hubo poco canto y mucho relleno orquestal –o también, por parte del acompañante-, esta vez se trató de un auténtico recital ofrecido por dos voces prodigiosas, que una pudo apreciar en todo su esplendor. Dos barítonos de pura cepa y de pies a cabeza, que brillaron sobre el escenario del Colón.

 

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