Impresionante concierto a cargo de Pablo Boggiano al frente de la Sinfónica Nacional
A TODA ORQUESTA Y CON FINAL BRILLANTE
CCK-Auditorio Nacional
Viernes 18 de Octubre de 2019
Escribe: Martha Cora Eliseht
El pasado viernes 18 del corriente tuvo lugar el Ciclo de Abono de la Orquesta Sinfónica Nacional en el marco de la Sala Sinfónica (Auditorio Nacional) del Centro Cultural Kirchner (CCK) bajo la dirección de Pablo Boggiano, con la presencia de los siguientes solistas: José Araujo, Jorge Pérez Tedesco y Eduardo Vassallo (cello) y Daniel Binelli (bandoneón), en un programa compuesto por las siguientes obras: Éxodos, para tres cellos y orquesta de cuerdas de Fabián Pérez Tedesco (1966); Encuentros, para bandoneón, cello y orquesta, de Daniel Binelli - con la presencia del compositor como solista- acompañado por Eduardo Vassallo y el Concierto para orquesta de Béla Bartok (1881-1945).
  Quien escribe conoce a Fabián Pérez Tedesco desde  sus comienzos, cuando ganó por concurso el cargo de timbal suplente en la  Orquesta Estable del Teatro Colón en 1983, tras su breve paso como  percusionista en la Orquesta Filarmónica de Buenos Aires. Posteriormente, viaja  para perfeccionarse en Alemania y reside en dicho país hasta la actualidad. En  este caso, debuta en su país de origen   como compositor con Éxodospara  tres cellos y orquesta de cuerdas en calidad de estreno local. Dedicada a su  hermano –el cellista Jorge Pérez Tedesco-, está escrita en un solo movimiento  donde el primer cello abre con un Adagio y  le siguen los otros dos cellos en canon. Mientras los dos cellos sostienen  notas en tonos graves, el tercer cello realiza un contrapunto en agudo.  Posteriormente, la orquesta de cuerdas se acopla y toma el tema principal, con  reminiscencias de tango y otros ritmos latinoamericanos, que es repicado por  los tres cellos solistas con un fraseo y acordes  en  cascada. Sigue con una cadencia por parte del segundo cello, que introduce  el segundo tema y luego, el timbal lo retoma para lograr una recapitulación  posterior por parte de la orquesta, siguiendo una línea melódica en 6/8 con un cantábile por parte del solista,  mientras la orquesta ejecuta un contrapunto en 4/4, con reminiscencias de  tango. Seguidamente, el tercer cello introduce un tema romántico, mientras la  orquesta inicia una cadencia sobre el segundo tema –al estilo de la 5° Sinfonía de Carl Nielsen- , que es  retomado por la orquesta para recapitular y cerrar con el tema inicial,  mientras los solistas cierran con un punteo. La labor de José Araujo, Jorge  Pérez Tedesco y Eduardo Vassallo fue estupenda, con un impecable fraseo y muy  buenos matices sonoros, al igual que la excelente dirección de Pablo Boggiano.
  Encuentros es una obra compuesta por el talentoso  bandoneonista Daniel Binelli. Radicado en Francia, este gran músico argentino  también presentó su obra en calidad de estreno local, acompañado por Eduardo  Vassallo como  solista. Ambos demostraron  ser eximios músicos e intérpretes de gran jerarquía, en una obra escrita en  tres movimientos: Andante maestoso-Allegro/ Adagio/ Allegro vivace. Previamente  al inicio, Pablo Boggiano acomodó el atrial inclinado hacia la izquierda (“a la rusa”)para permitir una mayor  profundidad de sonido y lucimiento de los solistas. El 1° movimiento se abre  con un solo de cello (Andante maestoso), repicado  posteriormente en el bandoneón, con una particularidad: mientras el cello toca  notas graves, el bandoneón lo replica en agudo. La duplaVassallo-Binelli  funcionó a la perfección, logrando una gran interpretación –como pocas veces se  ha escuchado en la Sala Sinfónica- y una línea melódica audible, agradable, con  muy buenos matices, pero también con  un  sello personal, que no cae en convencionalismos. Si bien hay elementos de tango  y otros ritmos –tales como la guaracha y  el candombe en el Allegro del 3° movimiento- , Binelli  conserva un estilo propio en una obra maestra, que permite que los solistas de  los diferentes grupos de instrumentos se luzcan. En el transcurso del 1°  movimiento, la melodía es retomada por la orquesta (violas y cellos) y  posteriormente por la percusión, mediante golpes de látigo y batería, que  marcan el ritmo en cadencia de tango, mientras el dúo de bandoneón y cello  interpretan un cantábile magistral.  El segundo movimiento (Adagio) abre  con un solo de bandoneón, seguido por el cello y un solo de violín a cargo del concertino en un contrapunto –magistral  interpretación de Xavier Inchasuti-, mientras la orquesta desarrolla el tema  hasta desembocar en un acorde fff  (fortissimo) al cierre del movimiento. El 3° movimiento abre con el dúo de  cello y bandoneón en ritmo de tango y candombe, que posteriormente es retomado y desarrollado por la orquesta con un tutti en ritmo de guaracha. La dirección de Pablo Boggiano fue estupenda en todos los  aspectos, dando entradas, marcación e indicaciones precisas a cada uno de los  solistas de los diferentes grupos de instrumentos. Al final de la obra, el  público que permaneció en la sala –ya que lamentablemente,  hubo muchos que se retiraron-  la  aplaudió y hubo numerosos vítores. La dupla Binelli- Vassallo ofreció un bis de tango: Triunfal, de Astor Piazzolla, donde ambos demostraron sus  excelentes dotes y se retiraron sumamente aplaudidos.
  Compuesto en 1942, el Concierto para Orquesta de BélaBartok consta de cinco  movimientos, siguiendo el siguiente esquema: Vivo- Moderado- Lento- Moderado- Vivo.  Según el propio compositor, “se produce  una transición gradual de la austeridad del primer movimiento hasta la  afirmación vital del último”. En efecto, la grandilocuencia y vitalidad  característicos de esta obra representan el triunfo de la mente sobre el cuerpo  (hay que recordar que Bartok estaba gravemente enfermo de leucemia cunado lo  compuso). En la presente versión, el acorde inicial del 1° movimiento (Mi-  La-Re- Sol- Fa) sonó muy compacto por parte de violoncellos y contrabajos, que  luego es retomado por las maderas. Lo mismo sucedió con el Allegretto scherzando del 2° movimiento, interpretado  magistralmente por el dúo de fagots y el trío de trompetas con sordina,  continuado por el resto de la Orquesta. Luego de la trágica Elegía del 3° movimiento –basada en un  tema típico húngaro extraído del 1° movimiento-, Boggiano y los músicos a su  cargo tuvieron un magnífico desempeño en los pasajes más brillantes y más  conocidos de la obra Allegretto y Finale: pesante- presto, con un equilibrio perfecto entre los tutti, el virtuosismoy el contrapunto.  En el 4° movimiento, el tema es interrumpido por los glissandien los trombones y los instrumentos de viento. Los solos  por parte de las flautistas Amalia Pérez y Patricia Da Dalt sonaron perfectos,  al igual que los solos de flautín (piccolo) de Sandra Acquaviva y de oboe, a cargo de Gustavo Cosentino. Pablo Boggiano  demostró ser un director de jerarquía, logrando un  sonido compacto, puro y un equilibrio  perfecto, dando vuelo y haciendo “cantar” a la orquesta. Si bien la versión que  ofreció Pablo Drucker a principios de 2018 con la Orquesta del Teatro Argentino  de La Plata fue excelente, fue algo más académica al compararla con la  presente, que fue brillante desde todo punto de vista y una de las mejores que  esta cronista tuvo oportunidad de escuchar. 
  A pesar de las dificultades, los contratiempos  económicos y los consabidos carteles #Sinfónica  Nacional en crisis que exhiben los músicos antes del inicio de cada  concierto, la orquesta ha sido galardonada con el Premio Konex de Platino a la  mejor orquesta sinfónica del país. Un motivo más de orgullo para seguir  destacándose y continuar ofreciendo un repertorio de obras de alta jerarquía,  extrema complejidad  y estrenos de  compositores argentinos –que consta dentro de sus objetivos principales desde  su creación, en 1948- y extranjeros, o interpretando un repertorio poco  convencional. Y en este caso, con un final brillante, acorde a los quilates de  la batuta de su director. 

