Menu principal

 

 

DESCOLLARON INCHAUSTI Y BALAT

Sala Argentina del CCK

Viernes 21 de Febrero de 2020

 

Escribe: Donato Decina

 

 

 

Concierto a cargo del dúo de cámara Xavier Inchausti (Violin) – Marcelo Balat (Piano).

Programa: Obras de Mozart, Brahms y Franck.

 

NUESTRA OPINION: EXCELENTE

 

Ante una Sala Argentina colmada, la dupla Xavier Inchausti y Marcelo Balat afrontó un muy exigente programa, desarrollándolo con calidad, compromiso, exquisito sonido y perfecto entendimiento.

 

  Abrieron la velada con la Sonata Nº 18 en Sol mayor Kv. 301 de Mozart en donde a lo largo de sus dos movimientos (sendos “Allegros”) supieron transmitir el brillo de esta página exquisita compuesta en 1778 y dedicada a la  Princesa electora del Palatinado, María Isabel.

 

  A renglón seguido, la dupla afrontó la bella y muy exigente Sonata en Sol mayor Op. 78, de Brahms, conocida como “Regensonate”, compuesta a exactos 100 años después que la primera abordada por el dúoy que está inspirada en dos canciones del propio compositor que integran su Op. 59 “Regen lied” y “Nachtklang”. A lo largo de sus tres muy intensos movimientos (“Vivace ma non troppo”- “Adagio-Piu andante-Adagio” y “Allegro molto moderato”), el dúo de intérpretes se entregó casi de manera visceral a la música para una versión sencillamente imponente, la que creció progresivamente en intensidad y que a su final hizo estallar al auditorio.

 

 Luego de una merecida pausa (más extensa y sin anuncios de intervalo de ninguna naturaleza, además de que aún no retornan los programas de mano), Inchausti y Balat se entregaron sin concesiones a la bellísima Sonata en La mayor de Cesar Franck. Obra capital de la música de cámara de la época, dedicada a Eugene Ysaye( quién además es autor fundamental en el repertorio que habitualmente aborda Inchausti), transita momentos de excelsa belleza y brillantez absoluta. Compuesta en 1886, está integrada por cuatro movimientos: el primero un “Allegro ben moderato” que presenta el tema principal (el que volverá a aparecer fundamentalmente en la parte final de la obra), para dar paso luego a otro “Allegro” muy apasionado. Ya en el tercero (Recitativo-Fantasía) nos sumergimos en una introspección más que profunda a la que los interpretes supieron llevarnos como previa del “Allegretto poco mosso” final en donde se culmina en un climax de extraordinaria enjundia. Aquí el perfecto entendimiento entre ambos instrumentistas posibilitó al público acceder a una versión extraordinaria, la que con justicia se hizo acreedora de una larga ovación para que los intérpretes decidieran agradecer con un bis de fuste. En un año Beethoven, no podía faltar el “Scherzo” de la Sonata Nº 7, tan excelente como el resto del programa y tan aclamado por el público como las demás obras.

 

Donato Decina