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LOS SIETE PECADOS CAPITALES (WEILL)
EL CASTILLO DE BARBAZUL (BARTOK)

 

Teatro Colón

Miércoles 28 de septiembre de 2022

 

Escribe: Roberto Falcone

 



El Teatro Colon ha ofrecido un doble espectáculo, integrado por ”Los siete pecados capitales”, (ballet cantado satírico), de Kurt Weill y Bertolt Brecht, junto a la opera “El castillo de Barbazul”, del compositor húngaro Béla Bartok.


”Los siete pecados capitales”, de Kurt Weill, estrenada en París, en 1933, se presenta por primera vez en el Teatro Colon.


La obra, ambientada en una versión imaginaria y fantástica de los Estados Unidos, el “ballet cantado”, cuenta la historia de Anna, una mujer enviada al mundo por su familia codiciosa y explotadora para ganar dinero. Durante su estancia, visita siete ciudades y descubre un pecado capital en cada una.


Anna tiene una doble personalidad, el papel se divide entre una cantante (el lado práctico de Anna , su Ego) y una bailarina (el lado más apasionado de Anna ).


La versión ofrecida fue muy correcta, aunque un tanto superficial en lo escénico, si tenemos como referencia el sobretitulado del texto de la obra. Tanto la Directora escénica, Sophie Hunter, como la coreógrafa, Ann Yee, cumplieron con su labor sin mayor relevancia.


Musicalmente, la cantante Stephanie Wake-Edwards y la bailarina Hanna Rudd, llevaron dignamente adelante el rol de Anna. Muy buen trabajo el del cuarteto de parientes; interpretado por los cantantes Dominic Sedgeick y Egor Zhuravskii, (los hermanos); Adam Gilbert (el padre), el más destacado en este conjunto; y Blaise Malaba ( la madre).


El Castillo de Barbazul, estuvo en un nivel superior al de la obra de Weill. Basada en una puesta con proyecciones que recreaban el clima de la obra, obviando una escenografía corpórea. Fue muy efectiva y visualmente muy buena. Así entonces, la marcación de los movimientos actorales de los cantantes fue casi nula, ya que todo ocurría en un pequeño círculo donde lo fundamental era la atmósfera creada por la iluminación y los videos.


Muy buen trabajo de los protagonistas; Károly Szemerédy, como Barbazul y Rinat Saham como Judith, en notable interpretación de sus respectivos roles.


Excelente la dirección orquestal del Maestro Jan Latham Koenig al frente de la Estable.


En definitiva, un buen espectáculo.