Menu principal

 

Elías predicando sobre el Isar

 

Munich

Viernes 14 de octubre de 2022


Escribe: Ricardo Mandel (Por Siempre Coloneros)

 

 

 

 

Múnich, Isarphilharmonie

 

PROGRAMA
Felix Mendelssohn Bartholdy: “Elias” - oratorio para solistas, coro y orquesta, op.70

 

- Maria Bengtsson , soprano (La viuda)
- Wiebke Lehmkühl , contralto
- Maximilian Schmitt , tenor (Obadjah)
- Georg Zeppenfeld , bajo (Elías)
- Solistas del coro Jasmin Delfs (soprano I), Jessica Niles (soprano II), Xenia Puskarz Thomas (contralto l) y Laura Hilden (contralto II)

 

Coro y Orquesta Sinfónica de la Radio de Baviera
Duncan Ward , director
Peter Dijkstra, preparador del coro

 

Años después de exhumar la Pasión según San Mateo de Bach, la cual no se había vuelto a interpretar desde la muerte del compositor, y de haber preparado una edición de los oratorios de Händel en Londres, Mendelssohn recibe el encargo de un oratorio por parte del Festival de Birmingham, que llegará a estrenarse allí en su versión inglesa, y un año después de su muerte en Leipzig, en su versión original en Alemán. Ambos maestro barrocos parecen inspirar la composición de su “Elias”, que sin embargo muestra un lirismo y un tratamiento orquestal y coral claramente romántico propio del período de madurez del compositor.


El libreto de Julius Schubring basado en el Libro de los Reyes del Antiguo Testamento, narra episodios de la vida del profeta, que pasa de ser el predicador fanático que logra demostrar el poder del Dios verdadero a un pueblo seducido por los profetas de Baal, a un incrédulo resignado y finalmente, a un iluminado divinamente. Un arco interminable de suspenso recorre el oratorio con su complejo personaje principal, mientras Mendelssohn crea escenas espectaculares, casi teatrales. De esta manera, uno es literalmente arrastrado a las situaciones individuales: la hambruna, los milagros del fuego y la lluvia, las multitudes agitadas o la ascensión final del profeta.


Todos estos aspectos del personaje fueron magníficamente servidos por un elenco soñado compuesto por la soprano sueca formada en la Academia de Música de Friburgo Maria Bengtsson, la contralto Wiebke Lehmkühl oriunda de Hamburgo, el tenor berlinés Maximilian Schmitt y el bajo barítono Georg Zeppenfeld, todos de dilatada trayectoria en las principales casas de ópera del viejo continente. Este verdadero dream team de solistas, llevan a buen puerto la acción dramática propuesta por Schubring. Ya en el comienzo, Georg Zeppenfeld muestra gran fuerza dramática en su solo introductorio de Elias, que es seguido de una obertura orquestal. Su ampio registro y un caudal que correrá sin inconvenientes por toda la sala, aún en los momentos de mayor enjundia de la orquesta, tendrá su mejor momento en el lamento “Es ist genug! So nimm nun, Herr” arropado a la perfección por la sección de violonchelos que expresan la melancolía propia del texto. Ambas solistas nos presentan los aspectos más dulces de sus voces en el dúo “Zion streckt ihre Hände aus” secundadas por el coro a cuatro voces preparado de manera impecable por Peter Dijkstra. La soprano Maria Bengtsson tendrá su momento más conmovedor en el comienzo de la segunda parte con su aria “Höre, Israel, höre des Herren Stimme!”, mientras que el tenor Maximilian Schmitt hará lo propio en el recitativo de Obdajah “Du Mann Gottes, laß meine Rede etwas vor”.


Si bien lamentamos la ausencia por motivos de salud del célebre Kirill Petrenko, hay que admitir que la circunstancia nos permitió conocer el talento del joven director británico Duncan Ward, quien asumió la responsabilidad en medio de los ensayos, llevando a muy buen puerto la concertación de una obra por demás compleja, en la que contó con un elenco, una orquesta y un coro soñados para su interpretación.


La Orquesta, considerada una de las cinco agrupaciones sinfónicas más relevantes del panorama actual, demostró sus credenciales a lo largo de toda la obra, combinando su virtuosismo con un sentido de contención, tan necesario en una obra con solistas, enfatizando el sentido dramático de cada uno de los pasajes del oratorio. El Coro fue un protagonista más de la velada, tanto en sus intervenciones de conjunto como en sus tríos, cuartetos y octetos, solicitados por el compositor.
En resumen, una velada inolvidable, en la bella y funcional sala del Gasteig, a orillas del Río Isar, en la orgullosa ciudad de Munich.

 

Munich1