En el Avenida, con Tur Bonet, Saraví, Sciammarella y Concentus BA
      LAS MÁSCARAS  DE DON JUAN 
    
Teatro Avenida
Jueves 15 de agosto de 2024
Escribe: Carlos Ernesto Ure
      Gluck, Suite  del ballet “Don Juan”, Wq.52,
Mozart, Sinfonía Concertante para violín y viola, en mi bemol mayor, K 364, y Sinfonía N° 41, en do mayor, K 541, “Júpiter”.
Lina Tur Bonet, violín y Pablo Saraví, viola.
Ensamble Concentus BA (Ricardo Sciammarella).
“No hay arte que sólo se entienda a partir de la historia”, explica Paul Henry Lang, y agrega: “mostrar la música antigua de un modo bastante diverso al de nuestras experiencias, costumbres y sensibilidades, tocada con instrumentos obsoletos y poco manejables, en condiciones ya superadas por nuestras técnicas musicales, amenaza con convertirse en un asunto abstracto. El sonido es una cosa viva. Las obras de arte están vivas porque se ven con ojos nuevos en cada generación”.
                 Dentro de este marco, si se quiere de mirada un tanto arqueológica, el jueves,  en la tercera función de un ciclo de cuatro denominado “Románticos y  Revolucionarios”, se presentó en el Avenida Concentus BA, “primera orquesta  historicista argentina”, que conducida por Ricardo Sciammarella y pese a los  conceptos tan terminantes del eminente musicólogo húngaro-estadounidense,  consiguió plasmar una velada interesante, a favor fundamentalmente de la  actuación de dos solistas de alto vuelo.
                  Gluck  y Mozart
                Denominado sin que haya quedado muy claro  porqué “Las máscaras de Don Juan”, el concierto (en el que no hubo programas de  mano, lo que fue lamentable) se inició con unos pocos números del ballet  homónimo de Gluck (1761, en la partitura original son cerca de treinta). Y ya  desde el primer acorde se pudo comprobar que sin perjuicio de las esbeltas  líneas desenvueltas por su director, el conjunto exponía una sonoridad  desabrida, opaca, ancha.
                 Seguidamente, la bellísima Sinfonía Concertante, en realidad un doble Concierto  para violín, viola y orquesta, de Mozart, fue objeto de una esmaltada versión,  atravesada en sus esbeltos diálogos por exquisitos unísonos, trinos y  contracantos. Pablo Saraví, esta vez en viola (afinada medio tono más alto para  aproximar timbres y colores) lució alma siempre sedosa, de particular calidez,  fraseo de impecable categoría, acabada cadencia y precisión en las variaciones.  Al tiempo que la joven española Lina Tur Bonet, al margen de su limitado  volumen, mostró melodioso y fluido deslizamiento de arco, excelente bagaje  técnico y metal de hermosa homogeneidad a lo largo de su extensa tesitura. Fue  remarcable asimismo en esta pieza la exacta interacción y equilibrio logradas  por Sciammarella en lo que hace a todos los planos musicales.  
                  La  Sinfonía “Júpiter”
                Tanto Tur Bonet como Saraví descollaron  muy especialmente en su único bis: el Rondó de uno de los Dúos para sus  instrumentos, también del autor de “Don Giovanni”, en cuya traducción  exhibieron cualidades desde ya virtuosísticas.
                 En el final, la versión de la Sinfonía “Júpiter” (la última de su autor) se  ajustó a los lineamientos señalados. Arcos con cuerdas de tripa y sin vibrato,  bronces naturales y maderas de afinación inestable, al igual que timbales de  voz particularmente dura definieron las características de esta entrega, que el  maestro manejó con calificadas acentuaciones y concepto estilístico. 
    Calificación: bueno 
       Carlos Ernesto Ure 
    

