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Entre poco y nada

 

 

BALANCE DE LA TEMPORADA LÍRICA

 

Domingo 22 de diciembre de 2024

 

Escribe: Carlos Ernesto Ure

 

 

Fue decididamente muy pobre la culminación del ciclo encabezado en el Colón por las autoridades que se fueron, presididas por Jorge Telerman, hombre de la escena de prosa. Sin Mozart, sin Wagner y sin ninguna figura rutilante (Anna Netrebko no reiteró su visita de otros años debido a las reiteradas dificultades que tuvo para cobrar su cachet), la temporada, digamos que mínima, se compuso solamente de siete (7) títulos, de los cuales dos, se supone que para ahorrar, fueron meras reposiciones carentes de todo interés de óperas que se acababan de dar en años recientes: “Ariadna en Naxos” y “El Cónsul”, ambas con parecidos elencos a los de 2019 y 2022.

 

Del elenco de cantantes, cabe destacar de todos modos a la mezzo Guadalupe Barrientos (estupenda en “Un Ballo in Maschera”) y a su colega italiana Francesca Di Sauro (una atrayente Carmen). Mónica Ferracani salvó la ropa en “Turandot” frente a la insuficiencia de las dos protagonistas contratadas, y Carla Filipcic-Holm revalidó sus ascendentes condiciones en la obra de Menotti. Por su lado, el veterano tenor mejicano Ramón Vargas salió airoso de su difícil cometido en la creación verdiana.

 

En cuanto a los directores, se debe mencionar al experto y sólido Carlos Vieu, y a Beatrice Venezi, firme en la conducción de “Turandot” y especialmente en la de “Ballo in Maschera”. La joven italiana se desempeñará como maestra invitada de la Orquesta de la casa.

 

Las producciones escénicas descabelladas iniciadas el año pasado se repitieron con “Ariadna en Naxos” (una verdadera payasada) y “Carmen” (un seudo modernismo extravagante y envejecido). En “Turandot” asistimos a la suntuosa re-edición de La puesta de Roberto Oswald-Aníbal Lápiz, al tiempo que Rita Cosentino plasmó un contexto visual criterioso y funcional en “Ballo in Maschera”. Debe remarcarse, eso sí, la feliz idea de reponer “Aurora”, verdadero emblema de la creación lírica argentina, que inexplicablemente no se representaba desde 1999. Con la esbelta y ajustada batuta de Ulises Maino, Daniela Tabernig en el papel protagónico y agraciada “mise-en-scène” de Betty Gambartes, la ópera de Panizza fue objeto de una traducción tan emotiva como agradable.

 

En otras salas

En lo que hace al quehacer privado, a la desaparición de Buenos Aires Lírica se sumó la merma de actividades de Juventus Lyrica, que no ofreció ninguna ópera. En el teatro Avenida la Compañía Clásica del Sur, cuya “alma mater” es el entusiasta maestro César Tello, interpretó “Nabucco” (Leonardo López Linares), y también, en el teatro Luz y Fuerza, “Mefistófeles” y “Lucia di Lammermoor”.

 

En el Empire, otro recinto abierto para el melodrama, la organización “Música en Escena”, que orienta Silvana D´Onofrio, realizó a su vez varias funciones de “Dido & Eneas”, de Purcell, y “Norma” (repetida en Salto).

 

La provincia y el interior

El teatro Roma, de Avellaneda, sala bien activa en otros tiempos, joya de la colectividad italiana local, volvió a tener lamentablemente cerradas sus puertas. Pero también en el ámbito bonaerense, el Argentino, de La Plata, prosiguió por fortuna el recorrido operístico que había retomado en 2023. Con muchas funciones y recintos absolutamente colmados, se repusieron “Aída” (Vieu, Barrientos, Enrique Folger, Fabián Veloz), y “La Bohème” (con interesante y plástica propuesta escénica de Marina Ciolfi), y además se ejecutó “Le Villi”, también de Puccini, en edición de concierto.

 

En Rosario, otra metrópolis con gran público para el teatro lírico, El Círculo, otrora con mayor movimiento, brindó “La Bohème” (Javier Mas, Carolina Basaldúa), y también “Cavalleria Rusticana” (Marcelo Ayub, Folger, Anabella Carnevalli).

 

El teatro del Libertador (ex Rivera Indarte), en nuestro estado mediterráneo, presentó otra “Bohème”, con la Orquesta Sinfónica de Córdoba dirigida por JongWhi Vakh y Cristina Gómez Comini en la “régie”. El teatro Independencia, de Mendoza, desplegó a su vez una grata versión de “Elisir d’Amore” (César Iván Lara, Luis Gaeta). Y en la sala del Bicentenario, de San Juan, se hizo “Il Campanello”, con el conjunto sinfónico de la Universidad Nacional de esa provincia (César Bustamante, Ciolfi).

 

Conclusión: que con sus menos y sus más, e influido por tribulaciones presupuestarias, se trató de un año verdaderamente menguado en jerarquía y cantidad de espectáculos.

 

Al término de 2024, nuestro panorama económico (y de esto hay que hablar) exhibe sin embargo un fortalecimiento del peso argentino y consecuentemente una paridad muy favorable en materia de divisas. Al mismo tiempo, una incipiente recuperación general. Esto permite abrigar expectativas de una mayor fortaleza de las compañías operísticas, y contrataciones de artistas de alto nivel, acordes a nuestra tradición, para los tiempos por venir.

 

Carlos Ernesto Ure