Concierto de la Orquesta Sinfónica Municipal de Mar del Plata
Teatro Municipal Colón
Mar del Plata
Sábado 28 de junio de 2025
Escribe: Eduardo Balestena
Orquesta Sinfónica Municipal de Mar del  Plata
      Director: maestro Ricardo Schiammarella
    Teatro Municipal Colón, Mar del Plata, 28  de junio, hora 20.
El maestro Ricardo Schiammarella condujo como director invitado a nuestra Orquesta Sinfónica Municipal en su último concierto.
    El  programa estuvo dedicado a obras y autores de la última parte del siglo XVIII y  comienzos del XIX y orientado a conceptualizar los opus abordados como concebidos  en una época de cambios, estéticos y políticos, que el movimiento Sturm un drang (tormenta e impulso) supo  llevar al arte.
      Fue, desde  este punto de vista y del de la técnica interpretativa una relectura de la  obras de referencia. 
El primer opus del programa fue la Obertura para la música de escena del drama Egmont, de Göthe, opus 84 de Ludwig van Beethoven (1770-1827), una música descriptiva que narra las alternativas de la lucha por la liberación de Flandes del dominio español; en el más puro sentido –acordes netos y profundos- y un desarrollo marcadamente rítmico es una música dramática.
      En su sequedad melódica, la obertura ya  contiene todos los elementos del drama tanto como las particularidades de la  escritura Beethoveniana: la construcción a partir de materiales limitados que  se expanden y planteo de clima intensos.
La Sinfonía nro. 104, en re mayor, Hob. I: 104, Londres de Franz Joseph Haydn (1732-1809) fue la segunda obra de la primera parte. Ultima de la serie de sinfonías de Londres y también de la producción sinfónica de Haydn, se abre con un fuerte acorde que inicia la introducción con la cual la sinfonía comienza solemnemente, para dar lugar a un bello tema distendido que contrata con la introducción y que es elaborado en la forma Allegro de sonata. En el Andante del segundo movimiento es elaborado un tema en sí sencillo que, tras el pasaje de las maderas. El tercer movimiento Menuet-Allegro-Trío en re mayor, con un bellísimo trío central en re menor.
    El cuarto movimiento es  un Finale spirituoso que toma danzas populares, una rápida alternancia  entre cuerdas y maderas marca el comienzo. Es de gran exigencia,  con un rápido diseño en los pasajes de las  cuerdas, a las que no da tregua en casi ningún momento. Se trata de una trama ágil  y cerrada que alterna con momentos de distención.
      Un digno broche para la  enorme producción sinfónica de Haydn.
El programa finalizó con la Sinfonía nro. 40, K.550, en sol menor, de Wolfgang Amadeus Mozart (1756-1791).
      En la extensa  conversación con el maestro Schiammarella el día anterior al concierto,  mencionó que Mozart escribió sus tres últimas sinfonías en el corto periodo de  cinco meses, en 1788. El nivel de elaboración musical que tienen es un indicador  tanto del genio mozartiano como de su capacidad de trabajo.
      Es (junto con la nro. 25)  una de las dos únicas sinfonías escritas en modo menor de toda la producción; en  ella, señala el profesor José Luís Conde en su análisis de las obras de Mozart,  el compositor abandona el estilo grácil, luminoso y galante en pos de algo muy  diferente. Si recordamos aquellas versiones de Waldo de los Ríos (hoy  felizmente olvidadas) se la ha tomado como algo alegre, el maestro Nikolaus  Harnoncourt dijo de ello “como pudo suceder este gran malentendido”.
      En efecto, no hay tema de  comienzo sino un rápido diseño cromático descendente, que, desde el barroco  connota tristeza, y que es un elemento decisivo en la construcción musical. 
      No hay comienzo ni final,  dijo el maestro Schiammarella, aludiendo a que tras el complejo nudo dramático  en el final del desarrollo del último movimiento Allegro assai sobreviene  poco después un final que es más un interrogante que un cierre.
      Las complejidades y  características formales son muy numerosas para abordarlas en esta instancia.  En algunos lugares, como en el primer movimiento Molto allegro el puente  modulante entre el primero y el segundo tema es más extenso e intrincado que  los propios temas. Todo es así.
      La sensación que deja es  de maravilla por la concepción sonora y de desconcierto por la falta de  resolución, con lo cual estamos ante la idea –con la cual el maestro  Schiammarella acuerda- de Nikolaus Harnoncourt, quien toma en vasto corpus de  las tres últimas sinfonías mozartianas como una unidad, un vasto oratorio sin  voces.
La interpretación
    El maestro Schiammarella,  es formador del Ensamble Concentus, dedicado a la interpretación  historicista de la música y un profundo estudioso de los aspectos técnicos,  culturales y estéticos de esta concepción, que busca brindarnos una alternativa  que nos acerque al paradigma sonoro en el cual las obras fueron concebidas e  interpretadas al momento de su estreno.
    La orquesta formó con los primeros  violines del lado izquierdo del podio, los segundos del lado derecho y cellos y  violas delante de la ubicación del director, mientras que los contrabajos  fueron situados detrás de los primeros violines.
    Cornos y trompetas fueron ubicados  respectivamente del lado izquierdo y derecho respecto al podio y las maderas  mantuvieron la ubicación habitual.
    En  la cuerda, la disposición permite apreciar el aspecto textural del discurso, ya  que en ocasiones la melodía la llevan los segundos violines y mientras que los  primeros o acompañan o introducen un elemento nuevo.
    No obstante, la gran diferencia estuvo  en el sonido y en los relieves dinámicos.
      En la pausa del ensayo, compartido el  café con un cellista, le pregunté al músico si había sido bajada la afinación  de la cuerda o si simplemente el sonido era producto del menor vibrato. Era de esperar que si la  afinación hubiese sido más baja en la cuerda también lo debería serlo en el  resto de las secciones. La respuesta fue que el cambio obedecía simplemente al  menor vibrato empleado, lo cual daba  por resultado un sonido no incisivo y más plano.
    Asimismo, la diferencia de intensidades  y la flexibilidad en los tempos en  las secciones de enunciación de un motivo y de respuesta marcaban diferencias y  ofrecían un mayor relieve al discurso musical.
    Los directores pueden concebir el  discurso en unidades largas y marcar una dirección o bien conceptualizar el  discurso en otras unidades más pequeñas, cada una con su propia intensidad, que  fue el caso de lo que escuchamos.
    La línea puede tomar una dirección y  seguirla para llegar a un determinado lugar o bien ir paso a paso porque cada  uno de esos pasos es un fin en sí mismo y la sucesión de dichos pasos en el  fraseo es lo que le da relieve a la obra.
    Fue una experiencia distinta en el modo  de concebir un discurso musical y presentar de un modo diferente obras que  siempre tendrán mucho para decirnos;  también que el aporte de directores del calado  musical del maestro Schiammarella significan algo muy positivo que permite  apreciar las posibilidades de la orquesta.
      A la finalización del concierto fueron  varios los alumnos del Conservatorio que se acercaron al maestro para hacerle  muchas preguntas, una prueba del interés que concitó este concierto.
    
Eduardo Balestena

