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Jorge Doumont y la Orquesta Sinfónica del Chaco


Escribe: Eduardo Balestena

 

 


Jorge Doumont es el Director Artístico de la Orquesta Sinfónica del Chaco desde marzo de 2017, organismo con el que lleva a cabo una rica y sostenida actividad. Diplomado en la Universidad Nacional de las Artes, en Buenos Aires, pianista, director de orquesta, algo de compositor, ha actuado en nuestro país y en el exterior.


-EB: Cómo comienza tu aproximación a la música.
-JD: Desde pequeño fue gracias a un regalo de los “Reyes Magos”, una flauta melódica, que me ayudó a descubrir el aravilloso mundo de los sonidos. Más adolescente y con la vocación de Director de Orquesta muy presente, fue desde el piano y extrañamente en música popular. Jazz primero y algo de tango después. La música “académica” aparece en la época del
Conservatorio.


-EB: El jazz parece implicar desde un dominio del timbre, porque explora los registros de los instrumentos, a una progresión de acordes muy fina y demandante. Podríamos pensar que quien tiene un dominio formal hecho en “transgredir” la forma, tendrá también una actitud de descubrimiento hacia la música académica: desde el manejo instrumental a esa idea instintiva” de descubrir lo que está más allá. Menciono esto porque veo que en el repertorio de la orquesta hay, por ejemplo, obras de Sibelius, que no son del todo frecuentes y que obedecen a una forma propia: tienen sus propias armonías y transformaciones y están imbuidas de una tradición nacional y también de la música europea. ¿Cómo es el trabajo con obras así y qué te llevó a hacerlas?
-JD: Sibelius es un compositor muy particular desde el punto de vista formal, un sinfonista en época donde la composición tendía a formas más pequeñas, tuvo un período donde dejó de componer debido a que no encontraba su “medio formal” para expresarse. Viajó por Europa y por los Estados Unidos, prestó atención de Bruckner, Wagner, Mahler, todos ellos de escritura “grande”. Así y todo, podemos encontrar en sus obras formas pequeñas y con tendencia a lo que podríamos llamar “poema sinfónico”. Otra de sus características es que muchas de estas obras tienen raíz en algún texto o algún paisaje y de ser así, el desarrollo tímbrico es fundamental para que el discurso pueda llegar a destino.


-EB: Tu experiencia en la dirección es muy amplia, diez años a cargo de la Banda de la PFA y una experiencia casi paralela en la Orquesta Sinfónica de la PFA. Un trabajo y una experiencia sostenida que debe haber sido un aporte importante en el día a día con un organismo. ¿Qué repertorio se manejaba y qué te ha dejado esa experiencia en tu labor de hoy?
-JD: La banda es un organismo maravilloso, tiene un corazón y un alma distinta a la orquesta, tiene un objetivo distinto, la gente que compone las bandas tienen un reflejo distinto. Todo esto que te cuento, tiene que ver básicamente con que nuestro país no tiene una tradición en Bandas de Concierto. Nuestro contacto con las bandas está muy asociado a las fuerzas armadas o de seguridad, etc . Raramente son organismos que desarrollen un repertorio propio del orgánico, es decir, el 90 % del repertorio son arreglos de música escrita originalmente para otra formación, además del repertorio de protocolo en eventos oficiales o patrióticos. El último tiempo, tuve la oportunidad de trabajar con un organismo muy competente, con músicos de muy alto nivel y eso me permitió desarrollar un repertorio específico y original para banda, fue extraordinario . La experiencia, en relación al día de hoy, fue sumamente importante desde la gestión del recurso humano y obviamente también en lo musical.


-EB: La programación de la Orquesta Sinfónica del Chaco incluyó, en julio, un concierto de música de cámara y un sinfónico coral, con el Coro Polifónico de Resistencia ¿Qué podés contarnos de esas experiencias?
-JD: Si, y no solo con el Coro Polifónico ya que además estuvieron presentes los Coros de los Institutos de formación musical de Chaco y de Corrientes, y los coros universitarios de ambas provincias también. Tuvimos la oportunidad de presentar por primera vez en la región Carmina Burana de carl Orff .Esto no solo implica un desafío musical sino de logística entre tanta gente participante y administrativo ya que, gracias a las autoridades del Instituto de Cultura de la Provincia ( Organismo de donde depende la Orquesta) en la persona de su Presidente Héctor Bernabé nos ha permitido solucionar las cuestiones legales para trabajar con tiempo suficiente y lograr un óptimo resultado como merece el público. En cuanto al concierto de cámara, en realidad lo que hemos hecho durante la temporada 2018 es crear un “ciclo de música de cámara”, ciclo que la ciudad no tenía y que, como responsable de la gestión, me vi en la obligación de proponerlo y ponerlo en funcionamiento. Es un ciclo de un concierto al mes, en lugares poco habituales, donde puede participar cualquier músico de la ciudad o del resto de la provincia. La OSCh, pone toda su logística para curar el espacio y el ciclo, garantizando a los artistas un excelente resultado.


-EB: Has dirigido a Los Angeles Sintonietta en una serie de conciertos, que incluyeron la octava sinfonía de Dvorak ¿Cómo fue esa experiencia, tanto en el repertorio abordado como en el organismo?
-JD: Asombrosa!! Desde el punto de vista musical y desde el punto de vista organizativo pude notar una gran diferencia “práctica”. Son directos, sin vueltas, puntuales, sin “roscas”, muy profesionales en el rol que les toca jugar. No debo olvidar que estuve como “guest conductor”, y todo el tiempo hay un mimo extra y un cuidado especial. Digo esto porque seguramente debe haber situaciones complicadas o difíciles de resolver como nos pasa a nosotros, pero yo no las viví. En cuanto al Dvorak, fue hermoso el trabajo ya que es mi compositor favorito y fue la primera vez que ellos tocaron la “octava” La experiencia humana fue más importante e impactante que la musical, a los 20 minutos de estar allí te das cuenta porque funcionan como funcionan y nosotros tan diferente. De todo esto, lo más notable es la relación que tienen con lo que se “debe y lo que no se debe”, si se puede...bien y si no se puede no se hace, nadie cuestiona porque..


- EB: Sin duda una experiencia muy rica para vos y para Los ángeles sinfonietta. Pareciera que a partir de la 7ma sinfonía de Dvorak hay una especie de punto de inflexión. Los motivos en las obras y su construcción parecen diferentes respecto a las anteriores. Dvorak, tu compositor favorito, de haber escrito sólo las nueve sinfonías ya hubiera sido un genio, pero si a eso agregamos la música de cámara, los poemas sinfónicos y las óperas, todo de tanta riqueza, resulta un creador de una riqueza increíble. El maestro Lorenzo Guggenheim me comentaba que debajo de lo que aparece como una sinfonía muy libre y de gran lirismo, la octava es muy rigurosa en cuanto a su construcción, organizada a partir de temas centrales y variaciones sobre ellos. Cuál es tu punto de vista acerca de esta afirmación y de Dvorak como creador.
- JD: Dvorak es maravilloso !! Su lirismo está asociado en gran medida, a una gran melancolía , en todas sus obras hay elementos del folclore checo. Tu mención de las obras posteriores a la 7ma es acertado y tiene que ver con algunos estrenos de otro tipo de composiciones. Entre la sexta y la séptima hay cinco años de diferencia creo,en ese período estrena Dimitri, El listo Labrador, el Scherzo capriccioso, la obertura Hussite. Él había visitado Londres además y la London Philarmonic Society le pidió una nueva sinfonía , a esto hay que sumar que Dvorak estaba embelesado con la 3ra sinfonía de uno de sus ídolos :Brahms. Con respecto a la 8va, el maestro deja de ceñirse a la forma sonata y busca otra forma de darle vuelo a sus melodías. Es cierto , hay dos o tres temas centrales y su desarrollo es a través de variaciones , el 4to movimiento es un ejemplo muy claro de esto?


-EB: ¿Cuál es el actual orgánico de la Sinfónica del Chaco? No siempre es fácil, particularmente en las orquestas del interior, contar con un orgánico que permita abordar obras habituales del repertorio y tampoco es fácil mantenerlo, pese a que suele haber una actividad musical importante y músicos muy capaces para integrar una orquesta ¿Se vive ese problema en el organismo y si es así, hay vías de solución?
-JD: La OSCh cuenta hoy con una plantilla de unos 55 integrantes. El problema no siempre es el mismo, a veces se trata de la relación administrativa que tienen los músicos con el organismo. Hay músicos cuyo vínculo es de empleado público, con sus derechos y obligaciones, hay músicos que están contratados temporalmente y hay músicos cuyos contratos se revalidan cada 4 años. Dicho esto, las autoridades tratan constantemente de concedernos las necesidades que van surgiendo conforme avanza la temporada, pero las decisiones suelen exceder al Instituto de Cultura, suelen depender de del poder legislativo provincial….


-EB: ¿Cuáles son los próximos proyectos y cuales tus obras y compositores preferidos?

-JD: Este fue un muy buen año para la OSCh, tuvimos la oportunidad de formar parte de eventos como el mencionado Carmina Burana, fuimos parte también de Chacú Sinfónico (un evento donde se presentó un vestuario original de hechura y diseño íntegramente chaqueño), hemos compartido escenario con el Maestro Antonio Formaro , quien nos prestigio y nos regaló un maravilloso Concierto para piano y Orquesta N°2 de Rachmaninov y cerrando la temporada tendremos otro “peso pesado” como es Oleg Pishenin, concertino de la Orquesta Estable del Teatro Colón de BsAs. Menciono esto porque considero fundamental para el crecimiento artístico de la OSCh, que podamos compartir escenario con músicos de primerísimo nivel, y es parte de mi “falta de sueño” lograrlo. A las orquestas del interior y especialmente de las provincias menos visibles para Buenos Aires, nos urge expandir fronteras, hay mucho por hacer y necesitamos que se vea y se sepa. ¡La segunda pregunta…que difícil no ser injusto! Me limitaré a la música “académica” para responder, de otra manera tardaría una eternidad. Beethoven es Dios sin lugar a dudas, Bach la perfección, Ravel los colores y así… Pero si debo elegir, Dvorak, Debussy y Beethoven salen como titulares indiscutidos. Y la “Nuevo mundo” y “Preludio a la siesta de un fauno” y “Cuadros de una exposición” son obras que no pueden faltar.

 

- EB: Un repertorio muy representativo y preferencias por obras muy originales en la historia de la música. Mencionaste la actuación con Antonio Formaro, que no sólo es un gran solista y músico de cámara sino también un difusor y alguien muy analítico de la música, en una obra tan cara al repertorio como el segundo concierto de Rachmaninov, que es muy libre en su formulación. Por ejemplo, ese largo comenzó del movimiento lento en que el piano discurre como si explorara un motivo en sí simple pero de una enorme belleza. Cómo fue esa experiencia?
- JD: Fue magnífica, Antonio además de lo mencionado , es una persona extraordinaria lo que permitió una rápida misma mirada sobre los puntos neurálgicos de la obra. El concierto es increíble , es una de esas obras en que la orquesta tiene una parte muy disfrutable a la hora de acompañar, y debo decir que ambos coincidimos en versiones de referencia que podrían ayudarnos a “acomodar” las ideas. Fue magia absoluta e inmediata.


- EB: Hay ya alguna idea de programación para el año que viene?
- JB: Es un año electoral , y los organismos artísticos no estamos exentos a movernos en direcciones diversas. Habrá viajes al interior de la Provincia con un repertorio de “fácil digestión”, ya que la mayoría del público tendrá la oportunidad de ver a la Orquesta por primera vez. En cuanto a la Temporada , tendremos la visita de algunos solistas nuevos , algunos directores invitados e intentaremos que regrese Antonio . Trataremos de hacer ballet, la Orquesta nunca ha realizado esa experiencia y seguiremos en el trabajo fuerte para sonar cada vez mejor.