Artistas: Yo Yo Ma (Violonchelo), Kathryn Stott (Piano).

Obras:

Primera Parte:
- El oboe de Gabriel (de la banda de sonido de la película "La misión") de Ennio Morricone (1928)
- Preludio No. 2 de George Gershwin (1898-1937)
- Cristal de Cesar Camargo Mariano (1943)
- Sonata para violonchelo y piano No. 1 en Mi menor, Op38 de Johannes Brahms

Segunda Parte:
- L de Graham Fitkin
- Sonata para violonchelo y piano en Sol menor, Op. 19 de Sergei Rachmaninov (1873-1953)

 

Yo-Yo Ma es uno de los chelistas más celebrados de los últimos años que expone sus talentos al máximo en programas eclécticos, mostrando gran ductilidad por su enorme destreza en la adaptación a los diferentes estilos de los compositores. cuando cruza los límites de los estilos.

Kathryn Stott es una pianista imaginativa, que se encuentra igualmente cómoda en un concierto de gran escala como en la música de cámara más íntima cuando está acompañada por alguien de su círculo más cercano. Yo Yo Ma cumple con esa condición y en el primer concierto del Ciclo del Bicentenario, la pianista exhibió lo mejor de su extensa colaboración con el distinguido chelista.

Deslizándose sin esfuerzo entre la música melódica de Rachmaninov y Brahms, y la vibrante y moderna de Fitkin y Morricone, la pareja demostró la maestría de sus respectivos instrumentos con una perfecta sintonía entre ambos.

La primera parte del concierto presentó tres obras cortas de diferente índole a las que los dos artistas se adaptaron mostrando precisión insoslayable y perfecta sincronización en las conversaciones entre sus instrumentos. Pero no cabe duda que el plato fuerte de esta parte fue la Sonata Op. 28 de Brahms. Es en esta pieza en la que Yo Yo Ma deslumbró con su fraseo melódico y su emotividad, produciendo notas que flotaban en el aire y corrían inalterables por la enorme sala.

Tras el intervalo se presentó la obra L de Fitkin compuesta especialmente para Kathryn Stott a pedido suyo. Ambos cumplieron con los requerimientos de la obra que incluye muchos fragmentos staccatti y agilidad por parte de los ínterpretes. Concluyendo el programa presentaron la Sonata para violonchelo y piano en Sol menor, Op 19 de Rachmaninov. Aunque faltó algo del verdadero espiritu ruso, la rendición de la misma fue irreprochable desde el punto de vista técnico.

El público reconoció la calidad de la interpretación de las obras que habian escuchado con largos aplausos, los cuales fueron recompensados con una admirable interpretación de Le Grand Tango de Astor Piazzola, fuera de programa. Kathryn Stott es adicta confesa al tango, al cual Yo Yo Ma la había introducido, lo cual fue evidente por la emotividad que transmitieron ambos artistas en su ejecución.

Al no disminuir las ovaciones, salieron una vez más para demostrar su magia en una sentida interpretación de La muerte del Cisne del Carnaval de los Animales de Camille Saint-Saens.

Cabe mencionar también que la acústica del Colón no ha sido afectada por la restauración que se acaba de completar, destacándose especialmente las notas delicadas y sutiles del violonchelo que se escucharon con claridad y nitidez en toda la sala.

En conclusión, una involvidable presentación por dos artistas del más alto nivel.

 

Andrés Hine (ACMA)

 

 

Yo Yo Ma y Kathryn Stott durante su recital el 11 de Junio en el Teatro Colon