El Cuarteto Mandelring con Carmen Piazzini
Viernes 10 de Septiembre
Teatro Avenida
Escribe: Héctor Coda (ACMA)
Mandelring Quartett (Neustadt)
Sebastian Scmidt, violin
Nanette Schmidt, violin
Roland Glassl, viola
Berhard Schmidt, violoncello
Carmen Piazzini, piano. (solista invitada)
Programa
Johannes Brahms - Cuarteto en La Menor Op51 No 2
Robert schumann - Quinteto en Mi bemol mayor, Op. 44
Una noche de excepcional calidad camarística cumplió el Cuarteto Mandelring (Neustadt, Alemania) en el ciclo “Bach y el círculo Schumann”, organizado por Festivales Musicales para su temporada 2010, en el Teatro Avenida.
Los prestigiosos integrantes del conjunto musical, precedidos de relevantes y significativos antecedentes artísticos obtenidos en los principales centros de Europa, América del norte y países de Oriente, actuaron con carácter exclusivo, sumándose a ellos en la segunda parte del concierto nuestra compatriota , la pianista Carmen Piazzini, quien actualmente reside en Darmstadt, Alemania.
Varios rasgos salientes de singular valía ofreció el Cuarteto Mandelring, que pudieron ser apreciados por una audiencia numerosa que siguió atentamente las alternativas del concierto. Perfecta afinación, alto gado de precisión en los ataques, así como también gran fluidez y homogeneidad sonora, excepcional ajuste y equilibrio dinámico que fueron puestos de juego por todos y cada uno de sus miembros.
Pero, si bien tal precisión constituye un deber, y no la principal virtud que poseen, ninguno de ellos la confunde con la finalidad esencial que, obviamente, persiguen: la música misma. Alí lo hicieron a partír del Cuarteto Op. 51 Nº 2, con el que su autor, Johannes Brahms, alcanzó un nuevo e importante estadio de su obra creadora, logrando nuevas formas de ensamble instrumental con una mayor economía de recursos, aunque, asimismo, con una complejidad de lenguaje que no torna fácil el reconocer la relación temática en sus diferentes movimientos.. Hubo calidad sonora y pujanza expresiva en el Allegro non troppo, por parte de los dos violines, ponderada presencia sonora del violonchelo, genuino lirismo melódico en el Andante moderato por el primer violín (que ofrecería, luego, un poderoso dueto con el violonchelo); gracioso además de fluido, resultó el Quasi menuetto con el ajustado juego de “staccato” liviano, seguido de un Finale brillante con marcado carácter de danza húngara.
Singular atractivo tuvo la segunda parte del concierto con la inclusión del Quinteto Op. 44, con piano, de Schumann, pieza muy importante de su creación camarística en la que intervino la pianista Carmen Piazzini. El rigor estructural de esta bella obra, unido a la riqueza imaginativa de su autor, hicieron que la escritura pianística y su fraseo de singular intensidad cobraran realce genuino en las manos de Piazzini, quien ostentó una dinámica inteligentemente sincronizada y equilibrada con las cuerdas desde comienzo mismo del Allegro brillante.
Resultó muy logrado el cljma de gravedad angustiante del segundo movimiento (In modo d’una marcia). El brillo del Scherzo,con el jubiloso final de sus escalas, el Allegro ma non troppo, pujante y pleno de riqueza melódica completaron un ejemplar rendimiento musical cnjunto que sería deseable volver a escuchar en futuras temporadas.
Héctor Coda