Juventus Lyrica acertó con la inclusión de un título que si no lo es, pareció un estreno o exhumación para Buenos Aires. Donde Bizet mostró toda sus virtudes antes de Carmen que la eclipsó injustamente. En cuanto a la presente producción, incluyó también a la mejor revelación en la soprano Virginia Wagner, una de las voces de soprano más importantes que obtuvo también repercusión internacional (muy pronto debuta  como María Boccanegra en el primer elenco en el Teatro Colón). Por último, destaco a la presentación, cuyos rubros en la escenografía, a cargo en su diseño de Florencio Sanguinetti e iluminación  de Rubén Conde llegaron a alcanzar bellos momentos, sobre todo en el último acto.

 

 

Se trata de una exquisita obra de juventud de Bizet bastante anterior a la casi póstuma  Carmen con la que tiene más en común los pasajes de Micaela y que por su tema se inscribe en el exotismo por entonces en boga, en este caso un Ceilán de leyenda. Poco vista a nivel local, mejor conocida a través de grabaciones y sobre todo del aria elegíaca del tenor Je crois entendre encore y del dúo del mismo y el barítono (Zurga), cuyos ecos regresan como ideas fijas hasta el final. La presente versión es entonces una oportunidad que constituye a la vez uno de los espectáculos más logrados de Juventus Lyrica. En primer lugar por el rendimiento de la orquesta y del coro que obtuvo Antonio Russo, destacando la  original orquestación, merecen mencionarse la labor de los cornos y del arpa solista con Alina Traine. También por el desempeño de los cantantes,  para los que es nada fácil las exigencias vocales sumadas a un estilo distinto y menos transitado, empezando por la labor de Virginia Wagner como Leyla, notable en todos sentidos. Carlos Ullán defiende con musicalidad y oficio a Nadir que según René Leibowitz* no es para un tenor ligero, sino para uno lírico, incluso ¡spinto!. En tanto que  Sebastián Sororrain suple con estilo y clara dicción lo que todavía le falta para resolver mejor a Zurga en algún pasaje agudo. Maximiliano Michailovsky progresa como Nourabad. La producción también es muy fina en el diseño escenográfico de Florentino Sanguinetti, distinta por el regreso a lo pictórico y lograda en la realización tipo laqueadoscomo con una pátina. Acorde en el conjunto cromático, el vestuario de María Jaunarena y la puesta en escena de Florencia Sanguinetti de un libreto que no es fácil, integró bien lo coreográfico y consiguió el clima de un cuento bien narrado.

 

 

 

 

El elenco alternativo

Domingo 3 de julio de 2011

 

Balance después de la última función de Los pescadores de perlas

 

Fue la oportunidad de escuchar voces distintas pero válidas también. Por de pronto, a Laura Polverini, bien conocida por cuanto es alguien que se fogueó a la vera de J.L. y que no paró de crecer, a partir de sus buenas condiciones, pero también de una entrega, en todos sentidos, intensa. El barítono  lírico (martin) Lucas Somoza en su debut como Zurga, se fue afirmando hasta alcanzar una buena repercusión en su aria del  tercer acto. Un tanto vacilante el Nourabad de Roman Modzelewski. El público que se hizo presente en la noche gélida del sábado, siguió con muchos aplausos a telón abierto y finales.