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En los Conciertos del Mediodía del Mozarteum

 

EXCELENTE SESIÓN DEDICADA A SCHÖNBERG

Miércoles 12 de Septiembre

Teatro Gran Rex.

Escribe: Carlos Ure

 

Schönberg:

“Begleitungsmusik zu einer Lichtspielszene”, opus 34,

“Pierrot Lunaire”, opus 21.

 

Marta Blanco, mediosoprano,

dirección cinematográfica de Carlo Ippolito, y

Grupo Encuentros (Alicia Terzián).

 

Hace ya cerca de una centuria, y en senda paralela con Strawinsky (pero por caminos diferentes), fue fundamental la renovación revolucionaria que produjo Arnold Schönberg en el campo de la creación musical occidental. En esa dirección, y sobre la base de textos de embriagador simbolismo pertenecientes al belga Albert Giraud, traducidos con ventaja al alemán por Otto Erich Hartleben, el líder de la Escuela de Viena concibió en 1912 una obra de corte camarístico y trascendente originalidad, que marcó un hito en materia instrumental, armónica y tímbrica, polifónica y de estructuras sonoro-espaciales. Pieza típica del cabaret musical centro europeo, “Pierrot Lunaire” está escrita para voz-recitante y ocho instrumentistas, y se divide en tres secciones, que totalizan veintiún números a lo largo de algo más de cuarenta minutos. Visiones oníricas exacerbadas, un clima constante de poética irrealidad se suman a un discurso netamente expresionista, en el cual las alucinaciones del subconsciente, la angustia, la materia impura en conjunción con una luna dominante y helada plasman una suerte de trance decadentista, preanuncio iluminado de la catástrofe universal que sobrevendría muy poco después.

 

Versión espléndida

El Mozarteum Argentino, saliéndose de sus esquemas habituales para este ciclo, ofreció el miércoles en su serie de Conciertos del Mediodía una magnífica traducción del trabajo de Schönberg. Lo hizo en el teatro Gran Rex, en conjunción con la Fundación Encuentros Internacionales de Música Contemporánea, cuyo grupo instrumental, formado por impecables solistas, fue conducido con estilo, precisión y rigor por Alicia Terzián.

 

En calidad de cantante-narradora se desempeñó Marta Blanco, quien acreditó catedrático dominio de la estética de la “sprechmelodie” y las inflexiones habladas y entonadas (“tono hablado y no cantado”) arquetípicas del género y de la época. En materia vocal, la mezzo argentina exhibió además un órgano de cuerpo homogéneo y emisión natural a lo largo de una extensa tesitura, metal de color redondo y comunicativos armónicos. Su interpretación de “La luna enferma” (“Der kranke Mond”), plena de desgarradoras reverberaciones y claroscuros, fue decididamente ejemplar en todo sentido.

 

Música para un film

Igualmente atonal, la “Música de acompañamiento para la escena de una película” (“Begleitungsmusik zu einer Lichtspielszene”), es también una composición novedosa dividida en tres episodios, escrita por Schönberg entre 1929 y 1930 para servir de banda sonora a un film imaginario, que nunca existió. Con impronta rítmica y despliegue dinámico intensos, la percepción transformada en colores sonoros y auditivos y muy eficaces relaciones seriales, esta obra fue (inversamente) llevada a la pantalla por Carlo Ippolito en 2003. Realizada por la Televisión Suiza-Italiana , resultó premiada al año siguiente en el Concurso celebrado en el Auditórium del Louvre. Presentada al comienzo de la velada que nos ocupa, con banda sonora grabada por la Orquesta de la productora dirigida por Jean Pommier, “Une autre ville” sorprende por el ingenio de su montaje y el talento cromático y acompasado de sus secuencias, encadenadas detalle por detalle con los movidos pasajes de Schönberg.  

                                         

                                                                                           Carlos Ernesto Ure