La London Festival Orchestra en el Teatro Coliseo
Teatro Coliseo
Mares 4 de Junio de 2013
Escribe: Néstor Echevarría (La Prensa)
London Festival Orchestra
Programa con obras de:
- Johann Christian Bach
- Gustav Holst
- Luigi Boccherini
- Wolfgang Amadeus Mozart
Director: Robert Gibbs.
Solista: Mikhail Nemtsov (cello).
Ciclo Nuova Harmonia en el teatro Coliseo (M.T.de Alvear 1125)
Sin poder contar con su mentor y director principal, el prestigioso maestro neocelandés Ross Pople, afectado por un problema de salud, se presentó en el ciclo Nuova Harmonia en el teatro Coliseo la celebrada London Festival Orchestra, una agrupación camarística británica constituida por algo mas de una veintena de ejecutantes, cuya dirección ejerció en la ocasión su concertino Robert Gibbs, destacado violinista oriundo de la capital inglesa.
Los muchos años de labor conjunto, una clara compenetración con las partituras, cohesionada por un afirmado concepto de equipo, se advirtió en esta agrupación desde el comienzo de su concierto en una primera parte decididamente excelente.
Porque con una interesante estructuración de las obras elegidas, se pudo escuchar de Johann Christian Bach –último hijo del gran Johann Sebastian Bach, llamado ocasionalmente “el milanés” y también “el inglés”- la Obertura-Sinfonía Nº5,op.3 , pieza de estructura canónica, muy de época , que dura menos de diez minutos y cuya versión mostró impecable empaque y cuadratura.
Luego , de Gustav Holst (el conocido autor de “Los Planetas”) se interpretó el Concierto para flauta, oboe y cuerdas, op. 40 Nº2, con dos experimentados músicos del conjunto (la flautista Christine Messiter y el oboísta Christopher O’Neal) para cerrar este primer tramo con el Concierto en Si bemol mayor para violoncello y orquesta de Luigi Boccherini, cuyo solista, el cellista ruso –también miembro de la orquesta- Mikhail Nemtsov , exhibió su talento con el instrumento, mostrando en la “cadenza” que cierra el Rondó-Allegro , incuestionables méritos en sus veinticinco años actuales.
La segunda parte del concierto no llegó a mantener el mismo lucimiento, porque la conocida Sinfonía Nª 40 en Sol menor, K.550 de Mozart fue objeto de una traducción ,si bien correcta, algo deshilvanada (sobre todo en el primer movimiento) lo cual no resta meritos a una convincente muestra de ensamble y sincronía entre sus integrantes. y la legitimidad de su bien ganada fama.