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El Ensamble Lírico Orquestal reedita uno de sus éxitos con "Un giorno di regno"

 

Excelente versión del genio verdiano temprano


Auditorio de Belgrano
Virrey Loreto y Av Cabildo
30 de junio de 2013

 

Escribe: Andrés Hine

 

 

Libreto: Felice Romani

Cavaliere di Belfiore: Enrique Gibert Mella
Barone di Kelbar: Fernando Grassi
Marchessa del Pogio: María José Dulín
Giuletta di Kelbar: Cecilia Layseca
Edoardo di Sanval: Leonardo Pastore
Signor La Rocca: Fernando Santiago
Conte Ivrea: Lucas Córdoba
Scudiere Delmonte: Alfredo Gonzálz Reig

Dirección Musical: Mastro Dante Ranieri
Dirección Escénica: Maestro Oscar Grassi
Escenografia: Daniel Feijóo

Coral Ensemble - Director: Profesor Gustavo Codina
 

 

Una vez más, se pudo apreciar las bondades de una obra pocas veces representada: Un giorno di regno, la segunda ópera compuesta por Giuseppe Verdi. Una ópera cómica,  basada en Le faux Stanislas de Alexandre de Vincent Pineu-Duval e inspirada en un hecho histórico: la pérdida del trono del rey de Polonia Stanislaw Leszczynski y su reemplazo, en actos públicos, por el oficial Beaufleur, para poder retornar a su patria. Mientras Verdi la componía, acaeció la muerte de su esposa, Margarita Barezzi y sus dos pequeños hijos. A pesar de la congoja que este episodio le provocó, el compositor debía completar la obra para cumplir con el compromiso asumido con el empresario y editor. Fue finalmente estrenada en el Teatro Alla Scala de Milán, el 5 de septiembre de 1840 y debido a su rotundo fracaso, sólo se dio una función.

Excelente  el hecho de reponer esta ópera, que pudo verse el año pasado, también en magnífica versión del Ensamble Lírico Orquestal. Se destacó por la homogeneidad de su elenco, las bondades de una puesta en escena óptima y una dirección musical inmejorable.

 

La soprano María José Dulin interpretó a la Marchessa del Poggio. Actuó con gracia y exhibió material vocal de gran caudal y belleza. La soprano Cecilia Layseca cantó con voz cristalina y fresca y mostró sólida técnica y comunicatividad. El barítono Enrique Gibert Mella dio prestancia al Cavaliere di Belfiore, con voz adecuadamente caudalosa y bien timbrada, cantando sin signos de fatiga alguna aún cuando el personaje que le demanda estar en el centro de la escena gran parte de la obra. Cumplió holgadamente con todos los requerimiento de la obra. Fernando Grassi en el rol del Barón de Kelbar, reeditó su éxito de la temporada anterior,  dando muestra de buena articulación, flexibilidad vocal e histrionismo. De la misma manera, el barítono-bajo Fernando Santiago reveló muy buenas dotes actorales, canto seguro y expresivo. Leonardo Pastore fue un Edoardo de gran lirismo, fraseo elegante y muy  buen manejo del fiato. El elenco se completó con Lucas Córdoba y Alfredo González Reig, como el Conte Ivrea y el Scudiere Delmonte, respectivamente y el Coral Ensamble, bajo la dirección del Prof. Gustavo Codina, quienes realizaron una labor notable.

Inmejorable fue la dirección musical del Maestro Dante Ranieri. Brindó una versión chispeante, resaltando al mismo tiempo, los pasajes románticos de la partitura. Fue perfecta también, la sincronización perfecta entre foso y escenario.

La régie de Oscar Grassi, resultó muy eficaz, graciosa y ágil, al mismo tiempo que absolutamente respetuosa del libreto. Un gran mérito en los días que corren. La escenografía de Daniel Feijóo, la iluminación de Ernesto Bechara y el vestuario, diseñado por Mariela Daga, fueron más que adecuados  y contribuyeron a la belleza general del espectáculo. Lamentablemente, sólo dos funciones. Pero como conclusión, esta es una gran versión para disfrutar.