“Otello” de Verdi en el Teatro Colón
Jueves 18 de Julio
Teatro Colón
Escribe: Néstor Echevarría (La Prensa)
“Otello”, ópera en cuatro actos.
Libreto : Arrigo Boito.
Música: Giuseppe Verdi.
Dirección de orquesta: Massimo Zanetti.
Dirección de escena y escénografia: José Cura .
Vestuario: Fabio Fernández Ruiz.
Cantantes: José Cura, Carmen Giannattasio, Carlos Alvarez, Enrique Folger Carlos Esquivel,Guadalupe Barrientos y otros.
Orquesta Estable del Teatro Colón, Coro Estable (Miguel Martínez) y Coro de Niños(César Bustamante)
Basada en la famosa tragedia de William Shakespeare , “Otello” se presenta como un exponente preclaro de la última “maniera” compositiva verdiana, resumiendo el concepto integrador de música y teatro en una simbiosis paradigmática. La sagacidad del poeta y músico Arrigo Boito al tejer el libreto sobre el drama isabelino permitió a Verdi generar esta nueva experiencia, plena de sustantivos valores en su discurso musical, lo que condiciona cada reposición de aquel gran logro estrenado en la Scala de Milán en 1887, a ese desafío en la dualidad “música-teatro” sustentada por compositor y libretista.
Por eso la versión que ofreció el Colón en su cuarto espectáculo lírico de este año, sentó sus raíces en esa dualidad. La concepción de José Cura en tal sentido como “régisseur” y escenógrafo, tras un inicio de intención propia, alusivo a la relación con el célebre “Manco de Lepanto”.Miguel de Cervantes , buscó con habilidad el aprovechamiento del disco giratorio ofreciendo una narrativa visual en el trascurrir del discurso musical.
Triangulando el circulo móvil obtuvo tres diferentes espacios donde el drama, la pasión, los celos y la muerte se fueron encadenando, con algún toque de sobreactuación, en una escena a veces congestionada ,otras casi solitaria .La propuesta fue efectiva e interesante a la vez. El vestuario de Fabio Fernández Ruiz se mostró algo monocromo y el juego lumínico del mismo Cura junto con Roberto Traferri matizó las escenas.
La intervención de los solistas fue sólida, donde el tenor rosarino mostró sus recursos actorales privilegiando el canto recitado y escandido , y en pasajes como el monólogo “Dio! mi potevi scagliar” o el impactante final de la ópera, el célebre “Niun mi tema…” remarcó mayormente el fraseo intencionado y el sesgo psicológico del torturado “moro.de Venecia”.
Eficaz desempeño le cupo al barítono malagueño Carlos Alvarez (Iago), debutante entre nosotros, dueño de una voz homogénea de barítono lírico y buena línea de canto (destacada sobre todo en “Era la notte…”) y dotes musicales que hablan también del cultivado intérprete.
La joven soprano italiana Carmen Giannattasio fue un elemento muy lucido de la versión, cristalizando en la escena de Desdémona (la “canción del sauce “y la bella plegaria “Ave Maria piena di grazia” una línea de pureza verdiana en un material de luminoso timbre y contextura.
En cuanto a los roles de flanco, fueron convincentes y sólidas las aportaciones de Enrique Folger como Cassio, de Guadalupe Barrientos como Emilia, y Carlos Esquivel como Lodovico, completando el “cast” con eficacia Fernando Chalabe, Mario de Salvo y Fernando Grassi.
En el podio, el maestro itálico Massimo Zanetti, presentó una traducción correcta y ajustada, al frente de la orquesta estable del Colón, en tanto el coro de la entidad, preparado por Miguel Fabián Martínez y el de niños por César Bustamante cumplieron su cometido con relieve en esta producción de jerarquía de la genial opera de Verdi.