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Orquesta Juvenil Teresa Carreño, de Venezuela


Teatro Grosses Festpielhaus de Salzburgo

25 de Julio de 2013

 

Escribe: Eduardo Balestena

 

 

La Orquesta Juvenil Teresa Carreño en el Festival de Salzburgo

Directores: Diego Matheuz y Christian Vásquez


En extenso concierto, este organismo, uno de los más importantes del proyecto El Sistema , abordó, el 25 de julio, bajo la dirección del maestro Christian Vásquez la Obertura Fantasía Romeo y Julieta, de Piotr I. Tschaicowki; La Sinfonía Dramática Romeo y Julieta, de Héctor Berlioz; bajo la dirección del maestro Diego Matheuz el Concierto para Orquesta, de Bela Bartók y bajo la dirección del maestro Christian Vásquez la Sinfonía nro 4  en fa menor opus 36 de Piotr I.Tschaicowski.


Un gran dispositivo orquestal
La Orquesta Teresa Carreño no es solamente un organismo de grandes dimensiones; su sonido, muy adecuado al repertorio que abordó, es sutil, flexible y sus solistas destacaron en el fraseo y los requerimientos que demandan las obras del programa. Durante la extensa sesión del concierto cambiaron algunos integrantes, como el concertino, pero el grueso del organismo afrontó la exigente prueba sin decaer en ninguno de los matices y exigencias que las obras requerían.


Se utiliza una técnica distinta en cuando a la proyección del sonido (para trabajarlo de una manera más destacada, puntual e intensa), ya sea de los solistas como de las secciones que al intervenir alzan el instrumento sin que ese gesto incida en la continuidad del fraseo, en su intensidad o en la afinación, como sucede con el pasaje de respuesta de los cornos a las trompetas en el primer movimiento de la Sinfonía nro. 4 de Tchaicovsky,  en el crescendo y cambio rítmico que sucede a un episodio danzante.
Otra particularidad está dada por el protocolo de saludos en cuyo desarrollo el director reconoce a cada uno de los solistas y  las secciones por orden de intervención, para concluir saludando no desde el podio sino desde el nivel de la orquesta, reconociendo a la música como un trabajo de conjunto, de preparación y de concepción grupal.


Timbres y Diversidad rítmica
Lo que se escuchó fueron versiones maduras y trabajadas de esas obras (que evidencian un serio trabajo previo). Elementos como la diversidad  rítmica en Berlioz, ya presente en el Carnaval Romano, por ejemplo, producen una sensación de inestabilidad, máxime en una obra de la magnitud de la Sinfonía Dramática Romeo y Julieta y requieren una dirección muy clara. También las obras de Tshaicowski implican exigencias en su alternancia rítmica pero más que nada en la construcción de un todo intenso que requiere justeza tanto en el timbre como en el fraseo.


Es sin embargo en Prokofiev y Bartók donde las exigencias resultan mayores, en la precisión rítmica, pureza de sonidos y articulación del fraseo y concepto del todo.


Refinamiento y búsqueda formal
            Romeo y Julieta, de Prokofiev, con su detenimiento en la pureza tímbrica, en la construcción armónica, y en un desarrollo rítmico muy preciso, importa una exigencia para la orquesta, por ejemplo el número 2 de la suite, con una compleja textura rítmica, con una sección de las cuerdas en pizzicato y otra en rápidas figuraciones ternarias que conforman un sonido de relieves que se repite entre episodios de muy distinto carácter en los cuales prevalece la claridad y calidez de los timbres. Requiere una dirección muy justa en esa diversidad.


El Concierto para Orquesta, de Bela Bartók es una obra de gran virtuosismo. Los instrumentos intervienen como solistas, nunca al unísono ni tratados en términos de volúmenes sonoros. Los motivos son elaborados dentro de un esquema armónico muy preciso, en cuanto a los intervalos y a las progresiones que lleva a cabo con un enriquecimiento en los timbres a medida que avanzan los desarrollos. Es una concepción en la que los motivos raramente se repiten (con la excepción de los que son recapitulados al final), y no son expuestos en amplios esquemas melódicos. Bartók se vuelve hacia antiguas formas: la danza lejana; el contrapunto; la fuga; las prosodias de los cantos magiares que recopiló.


Escrito en una clara simetría, la introducción, por ejemplo, está dada en una amplitud interválica que se contrae en el segundo movimiento: dinamismo y expansión y estatismo y concentración.
A diferencia del repertorio romántico y post romántico la exigencia está dada en el sonido individual y su evolución ulterior. Exige esa pureza de sonido y el lirismo en temas cuyos desarrollos no son amplios, lo cual implica que la importancia en el detalle es mayor. Lugares como el segundo movimiento (Allegretto scherzando), con su giuocci delle coppie  (juego de los pares) con las secciones (como maderas,  metales, arpas) que intervienen de manera tan clara, con una armonía muy particular en los graves de la orquesta; o el solo de oboe del tercer movimiento son muestras de los elementos que constituyen a una obra cuya articulación y desarrollo dependen del detalle tímbrico y la exactitud.


La Orquesta Teresa Carreño ha evidenciado la profundidad de su preparación y de su concepto de obras que constituyen hitos en la música.     

 

Eduardo Balestena
http://www.d944musicasinfonica.blogspot.com