“Nabucco” en el Avenida por Buenos Aires Lirica
Tearo Avenida
Viernes 2 de Agosto de 2013
Escribe: Néstor Echevarría (La Prensa)
(La Prensa)
“Nabucco”, ópera en cuatro actos.
Libreto: Temistocle Solera.
Música: Giuseppe Verdi.
Direccion musical: Javier Logioia Orbe.
Dirección coral: Juan Casasbellas.
Puesta en escena:Marcelo Perusso.
Cantantes: Lisandro Guinis, Mónica Ferracani, Hernán Iturralde, María Luisa Merino ,Santiago Burgi y otros.
Coro Buenos Aires Lirica y Orquesta.
En el transcurso del año del bicentenario del nacimiento de Giuseppe Verdi, Buenos Aires Lirica , en el tercer espectáculo de su temporada en el Avenida, presentó la que sería una ópera determinante en la carera del maestro,y que produjo en su vida ,valga el símil, un cambio de paradigma:”Nabucco”.
Porque el relativo éxito y a la vez frustración del admirado músico de Busseto nacido hace doscientos años, de sus dos óperas iniciales en el Teatro alla Scala de Milan, se vió agudizado aun más por la desgracia familiar (la muerte de sus dos hijos y su esposa Margherita), generándole un hondo y desgarrador cuadro depresivo, al punto de querer abandonar la composición.
Pero el libreto que le alcanzó su colaborador Temistocle Solera sobre el tema de Nabucodonosor, rey de Babilonia, le hizo no solo renacer, humana e intelectualmente, sino proyectarse en identificación con lo patriótico, con el “Risorgimento” italiano, donde sus admirables coros y mensajes tuvieron resonancia popular. Un tema exponencial nacido a raíz de este exitosísimo “Nabucco”, estrenado en la misma Scala en 1842.
De esto se desprende que lo coral tiene un protagonismo singular y es por ello que el lucimiento del Coro de Buenos Aires Lirica, acrecentado a mas de cuarenta integrantes en esta ocasión, ,dirigido por Juan Casabellas, fue vital en la velada no solo por la ejecución ajustada y sentida del celebrado “Va pensiero”, que fue bisado, sino por su intervención global.
La orquesta dirigida por Javier Logioia Orbe fue creciendo en rendimiento y ajuste, y la plana de cantantes tuvo en el barítono platense Lisandro Guinis (protagonista) un crecimiento paulatino que en el monólogo “Dio di Giuda!” epilogó con medios vocales y expresivos de relieve.
La participación de Mónica Ferracani como Abigaille, a partir de la exigente aria “Anch’io dischiuso il giorno” fue lucida y aguerrida, emitiendo con seguridad y firmeza la tesitura aguda del personaje de la ambiciosa esclava y falsa hija del rey,y en cuanto a la hija legitima, Fenena, fue interpretada con esmero y eficacia vocal por la joven soprano chilena María Luisa Merino.
En los demás personajes, el Zaccaria de Hernán Iturralde mostró estilo y eficacia en los registros central y pasaje alto, mas afines a su cuerda baritonal, y el tenor Santiago Burgi ((Ismaele) cumplió dignamente y con fervor su cometido. En los roles de flanco Walter Schwarz, Dario Leoncini y Laura Polverini completaron el “cast” correctamente.
Una puesta de características tradicionales a cargo de Marcelo Perusso, planteada con esmero en lo actoral, con respetuosa escenografía y vestuario y con un efecto trasmutante hacia el final , se vió apoyada por la eficaz iluminación de Rubén Conde.