El espíritu de Verdi se hizo presente en el Teatro Avenida
Muy buena y aplaudida versión de “Rigoletto” por Juventus Lyrica
Teatro Avenida
Viernes 6 de abril, 2014
Escribe: Graciela Morgenstern
Rigoletto, de Giuseppe Verdi
Libreto: Francesco Maria Piave
Elenco (Segundo elenco): Juan Font, Ivana Ledesma, Sebastián Russo, Felipe Cudina Begovic,Gabriela Kreig, Pol Gonzalez, Tamara Odón, Juán feico, Maximiliano Agatiello, Juan Pablo Labourdette, Samanta Jaume, Mathias Soto, Julieta Fernandez Afaro
Coro y Orquesta de Juventus Lyrica
Dirección Musical: Antonio María Russo
Escenografía e iluminación: Gonzalo Córdova
Vestuario: María Jaunarega, sobre vestuario original de Ponchi Morpurgo
Dirección Escénica: Ana D’Anna
Rigoletto cree que es el destino bajo la forma de la maldición de Monterone, lo que causa su destrucción. Pero en realidad no es así. Es el medio en el que él se mueve, plagado de gente cruel y caprichosa, entre los que él mismo está incluído. La corrupción, la discriminación por diferencias físicas, el crimen aplicado sobre los más desposeídos y la impunidad de los poderosos son moneda corriente. Esta historia no podría tener más vigencia.
Esta muy buena versión que presentó Juventus Lyrica, como apertura de su Temporada 2014, contó en su segundo elenco, con elementos muy jóvenes y promisorios. Juan Font en el papel protagónico, realizó una buena interpretación de Pari siamo y fue muy aplaudido después de Cortiggiani, vil razza, aria que cantó con vehemencia e intensidad dramática. Hizo creíble al bufón, más por su intensa actuación que por su pulido vocalismo. En pos del sentimiento trágico, en ciertas ocasiones empuja la voz para crear mayor sonido, lo que hace que algunas notas suenen calantes. Sin embargo, denotó un claro compromiso con el personaje, estuvo completamente absorbido en él y dominó la escena.
Magnífica la Gilda de Ivana Ledesma. Cantó con gran delicadeza, musicalidad sin fallas. Su habilidad para el bel canto, una voz mórbida y su habilidad para transmitir el conflicto en el que se debate le brindaron un triunfo seguro. Cantó su aria Caro nome de manera impecable y fue justamente ovacionada al finalizar. Es una cantante muy promisoria que habrá que tener en cuenta en el futuro.
Sebastián Russo como el Duque de Mantua, tiene caudal suficiente para sobrepasar la masa orquestal, bello color y dicción clara. Sin embargo, no pareció sentirse cómodo en las notas agudas, lo que fue más notorio en La donna e mobile. En cambio, actuó de manera convincente. Gabriela Kreig fue una Maddalena atractiva y provocativa.
Felipe Cudina Begovic brilló con oscuro esplendor vocal como Sparafucile. El grave en el dúo con Rigoletto sonó impecable, con la debida redondez. En tanto, el Monterone de Pol González fue cantado con gran autoridad vocal y presencia escénica. Tanto Felipe Cudina Begovic como Pol González causaron hondo impacto en el público. Los otros roles comprimarios fueron debidamente interpretados. El coro masculino se desenvolvió con soltura vocal y artística.
Antonio Maria Russo extrajo de la Orquesta un sonido homogéneo y destacó las innumerables genialidades de la partitura, revelando pulso dramático. Mantuvo el ritmo de excitación, las texturas transparentes, y en todo momento, acompañó a los cantantes con energía y brindándoles el apoyo necesario.
La régie de Ana D’Anna se enmarcó dentro de lo tradicional, respetuoso, en términos generales, del compositor, resolvió bien las escenas de conjunto, teniendo en cuenta las limitaciones del escenario. Funcional la escenografía y escasa en algunos momentos, la iluminación de Gonzalo Códova. De notable belleza resultó el vestuario de María Jaunarena, basado en el diseño de Ponchi Morpurgo.
El efecto general fue el de un muy buen trabajo en equipo, un elenco homogéneo en el que cada uno brindó lo mejor de sí mismo. Un gran esfuerzo, pero valió la pena. El premio, cálidos aplausos de un público entusiasta que colmaba la sala.