Esta velada me encontró en Rosario para no perderme la actuación de Eiko Senda que recuerdo siempre, luego de haberla visto en el mismo rol en La Plata, y en otros también en el Teatro Colón. Con interés por ver al elenco que la acompañó, con la puesta en escena de Pablo Maritano y la conducción de Carlos Calleja. Fue un placer estar una vez más en este bello teatro.
Sin duda una ocasión trascendente en la vida de la ciudad, con el teatro colmado, la asistencia del Gobernador y de la Intendenta, entre otros funcionarios, y un público atento que premió la labor de todos. Eiko Senda brilló a lo largo de su extenso papel, uno de los que más demanda a nivel vocal, entrega emocional y permanencia sobre el escenario. Mantuvo su voz, alta y liviana como corresponde al personaje, una chica de quince años, seductora en la media voz y con el peso que requiere, en cambio, sobre todo la escena final. No podría hacerlo, si no tuviera un dominio técnico como el que posee. Tampoco es todo, porque cuenta con fuerte temperamento y presencia escénica. Notable, cuando recordamos, asimismo, su versatilidad que le permite frecuentar roles wagnerianos, y sin salir del mismo Puccini, con muy diferentes requerimientos, Tosca y Turandot. Realmente jerarquiza la región con sus actuaciones en los grandes teatros de nuestro país, Brasil y Uruguay, esperable también pueda aportar su experiencia al perfeccionamiento de jóvenes cantantes líricos.
El personaje del marino que es Pinkerton, es para el tenor, casi tan difícil como el de la protagonista, aunque menos extenso, ya que no interviene en el segundo acto. Juan Carlos Valls hizo una labor meritoria, por de pronto en lo vocal, cantando con total entrega. Tal vez su voz no se avenga del todo a los requerimientos del personaje, o haría falta mayor ductilidad para sostener una línea de canto más lírica. En tanto que, tal vez esa preocupación, le impide actuar con mayor espontaneidad.
María Florencia Machado fue una muy juvenil Susuki y Luciano Garay un elegante cónsul, ambos se lucieron vocal y actoralmente, en tanto que sin mayores relieves en el resto del elenco.
La puesta en escena de Pablo Maritano fue capaz de destacar, en el primer acto, que es el que contiene conjuntos, dentro de una concepción muy tradicional, con una vistosa producción original del Teatro Argentino de La Plata. Sin duda, la labor del maestro Carlos Calleja fue un factor decisivo para la excelencia musical de esta versión, con mejor rendimiento de la Orquesta Sinfónica Provincial que del Coro de la Opera de Rosario. En octubre, será la oportunidad de ver Nabucco. (E.J.S.)
Eiko Senda en otra producción en Belo Horizonte, Brasil, 2012