Martha Argerich y Daniel Barenboim juntos en el Colón
Un duo excepcional
Teatro Colón
Martes 5 de Agosto de 2014
Escribe: Andrés Hine
Martha Argerich y Daniel Barenboim - duo de pianos y piano a cuatro manos
Mozart - Sonata en Re mayor para dos pianos K. 448
Schubert - Variaciones sobre un tema originalen La Bemol para piano a cuatro manos D.813
Stravinski - La consagración de la primavera - version para dos pianos
De todas las presentaciones del Maestro Barenboim bajo el ciclo del Abono Estelar y del Festival de Música y Reflexión, este concierto, donde compartiría el escenario con la gran pianista Martha Argerich, era la más esperada. No sólo por las obras que se titulaban, sino también por tener una oportunidad por primera vez en la Argentina, de disfrutar de dos de nuestros más distinguidos artistas trabajando juntos.
Con la sala colmada y la imposibilidad de comprar entradas, el teatro habia aumentado su capacidad, recurriendo a la ubicación de localidades sobre el escenario, las cuales fueron ocupadas por miembros de la West-Eastern Divan orchestra, familiares y otros dignatarios. La ubicación de los dos pianos en forma paralela con ambos teclados hacia la izquierda en lugar de opuestos como es más común, ya habia sido utilizado por Barenboim la última vez que nos visitó acompañado de su esposa Elena Bashkirova. Lo curioso de esta formacion era que se habia dejado en su lugar la tapa del piano delantero, con lo cual parte del sonido del piano trasero rebotaba hacia arriba a la caja acústica, resultando en un aporte ligeramente desparejo de los dos instrumentos. Posiblemente ésto fue por razones prácticas debido a que la pieza de Schubert se interpretó a cuatro manos, usando sólo el primer piano, lo cual hubiera dado problemas de logistica si se hubiera tenido que re-instalar la tapa en medio de la función.
A continuación de la calurosa bienvenida al escenario, se interpretó la Sonata en Re mayor K. 448 de Mozart, una de las muy pocas obras para dos pianos de este compositor, fue compuesta con la intención de ser tocada con la pianista Josephine von Aurnhammer. Como muchas piezas de Mozart, es una obra de mayor complejidad de lo que aparenta a primera vista, con cadenzas simultáneas y melodías entrelazadas. El menor error de coordinación se torna evidente. Barenboim parecía llevar el control, con Argerich siguiendo impecablemente sus stiempos, con notas claramente distinguibles en el estilo galante que la obra demanda.
Una vez reacomodado el escenario para el uso de un solo piano, siguieron laVariaciones sobre un tema original D.813 de Franz Schubert para piano a cuatro manos , obra del periodo de madurez del compositor donde una vez más, Barenboim y Argerich demostraron su gran capacidad de coordinación y expresividad.
La segunda parte del concierto consistía en La Consagración de la Primavera, de Igor Stravinsky. Esta obra es normalmente conocida en su forma orquestal pero en realidad, la primer versión publicada fue para piano a cuatro manos. En esta función Barenboim y Argerich utilizaron los dos pianos, posiblemente para darse más espacio interpretativo, pués la dinámica de la pieza demanda expansividad tanto física como musical y además tiene gran complejidad rítmica, dificultades las cuales lograron resolver con abundante riqueza de sonidos, como si tratando de recordar al público la versión orquestal.
Con ésto concluyó la parte programada, pero ante los calurosos aplausos, los artistas regresaron con tres miembros de la orquesta West-Eastern Divan - dos violonchelos y un corno - para interpretar el Andante y Variaciones Op 46 de Robert Schumann. Una de las razones por las cuales la música de cámara de Schumann es poco interpretada es que su curiosidad lo llevó a componer piezas para combinaciones de instrumentos poco comunes, y la Op46 es un ejemplo de esto. El tema es llevado principalmente por los dos pianos que reparten entre si la ornamentación musical, mientras que se combinan con pasajes obligato para los violonchelos y el corno. Esta fue la forma original en que se publicó la pieza. Un tiempo después de darse a conocer esta versión, Mendelssohn convenció a Schumann de las ventajas de componer una para dos pianos solamente. Afortunadamente, en esta ocasión, se la pudo escuchar en su forma original. Es una pieza de gran belleza que el ad-hoc conjunto de cámara supo interpretar en estilo y con gran musicalidad. Un verdadero e inesperado placer.
Como si esto fuera poco, y ante los continuados aplausos del público Barenboim y Argerich interpretaron Bailecito de Guastavino, el Vals de la Suite Número 2 de Rachmaninov y la Brasileira de la suite Scaramouche, de Milhaud. En total hubo unos 45 minutos de interpretaciones fuera de programa - un verdadero mini concierto.
Finalmente, Barenboim recurrió a su tradicional señal al publico de que se habian acabado los bises cuando cerro las tapas de los teclados y ante una gran ovación, se retiró del escenario, concluyendo así una noche memorable que seguramente en el futuro será reconocida como uno de los grandes momentos históricos de nuestro querido Teatro Colón.